EE.UU. lejos de la punta en la contienda por 5G

    A mediados del siglo 20 las dos grandes súper potencias del mundo –Estados Unidos y Rusia– competían por el dominio de las armas nucleares. Hoy el foco de tensión es entre Estados Unidos y China y se centra en la hegemonía tecnológica, particularmente hoy en 5G, la herramienta inalámbrica que promete conectar todo con la web.

    Los dos países están enredados en una guerra política sobre Huawei, la gran compañía china de telecomunicaciones. El gobierno estadounidense la acusa de robar secretos comerciales, de cometer fraude y de tener lazos con el gobierno de Beijing.

    La compañía niega las acusaciones y defiende su historial en privacidad y seguridad. Mientras tanto, países aliados de Estados Unidos como Gran Bretaña, Nueva Zelanda, Australia, Canadá, Alemania y Japón, ya impusieron restricciones a los equipos Huawei o están pensando en hacerlo, citando preocupaciones sobre seguridad nacional. Pero detrás del telón el tema que preocupa es quién va a dominar la próxima gran tecnología 5G.

    5G, o quinta generación, es una tecnología fundacional totalmente distinta de las anteriores.También llamada Massive MIMO, promete conectar personas, lugares y millones de millones de objetos con increíble velocidad con la máxima confiabilidad y baja latencia de servicio inalámbrico. Tiene una capacidad 10 veces superior a la de los actuales sistemas LTE, con lo cual aumenta notablemente la velocidad de la transmisión de datos para más clientes en lugares de alto tránsito.

    La revolucionaria tecnología permitirá nuevos niveles de innovación y progreso en campos como robótica en la nube, telemedicina, autos y drones conectados, realidad virtual y aumentada y mucho más.

    Ventajas y peligros

    Así como las redes 4G llevaron a la ubicuidad del smartphone y otros dispositivos inteligentes, las redes 5G conducirán a la aparición de miles de millones de nuevos dispositivos conectados a Internet, todos hablando entre sí a velocidades increíblemente altas. Eso abrirá muchísmas nuevas posibilidades para los consumidores, empresas y sociedad en su totalidad. Pero con esas oportunidades llevan grandes peligros en cíber seguridad.

    El diseño de las redes 5G marca una desviación importante de las redes 2G, 3G y 4G, que fueron construidas primeramente para la comunicación de datos y de voz de teléfono a teléfono.

    A medida que las cámaras de los smartphones y las pantallas fueron mejorando y permitiendo resoluciones mucho mayores, la demanda de aplicaciones de datos como videos en streaming necesitaban que los fabricantes y operadores de equipos ajustaran el desempeño de las redes 4G. Sin embargo, la arquitectura de base de la red seguía con limitaciones para lograr velocidad.

    Así llega 5G, que está diseñada desde la base para manejar enormes cantidades de dispositivos, de datos y de aplicaciones que requieren comunicaciones muy rápidas y confiables con el mínimo de latencia (demora), como los vehículos autónomos conectados entre sí. Para brindar esas características, las redes 5G se dividen en tres porciones primarias de redes, cada una para cumplir una función primaria diferente:
    banda ancha móvil mejorada (eMBB, según siglas inglesas): este trozo de la red, que probablemente será el primero en aparecer y en usar aspectos de la actual arquitectura 4G, permitirá bajar archivos con mucha mayor rapidez a los smartphones y otros dispositivos, con una velocidad diez veces más rápida.

    Luego está el segmento de las comunicaciones ultra confiables de baja latencia (uRLLC): este segmento está diseñado para aplicaciones como los autos autónomos, que necesitan comunicación permanente para tareas tan importantes como detectar obstáculos en el camino o controlar el vehículo en todo momento.

    Esta porción de la red necesitará importantes inversiones en nuevos equipos para aumentar la capacidad de las comunicaciones. También necesita nuevos diseños de antenas y equipos más pequeños que brinden buena cobertura.

    Comunicaciones masivas máquina a máquina (mMTC): Este segmento está diseñado para manejar miles de millones de nuevos sensores y otros dispositivos “de punta” que se comunicarán entre sí y con otras partes de la red, ambién conocida como la Internet de las Cosas (IoT).

    Las redes 5G operan en dos rangos de frecuencia diferentes. En uno de los modos, aprovecharán las mismas frecuencias de las redes actuales 4G y Wi–Fi, pero usando un sistema de codificación más eficiente y canales más grandes para lograr un aumento de velocidad de 25% a 50%. En un segundo modo, usarán frecuencias de ondas milimétricas mucho más altas para transmitir datos a mayor velocidad aunque los rangos sean más cortos.

    Para aumentar el ancho de banda, las células 5G también utilizan una tecnología conocida como MIMO (multiple input, multiple output, según siglas en inglés). Eso permite que centenares de antenas funcionen en paralelo, lo que aumenta las velocidades y ayuda a bajar la latencia a casi un milisegundo (de 30 milisegundos en la 4G) mientras permite que se conecten más dispositivos.

    Finalmente, otra tecnología llamada “full duplex” aumentará todavía más la capacidad de datos al permitir que los transmisores y los dispositivos envíen y reciban datos en la misma frecuencia. Eso se hace usando circuitos especializados capaces de asegurar que las señales entrantes y salientes no interfieran entre sí.

    Aumentan los riesgos de seguridad

    Las redes de telecomunicaciones de quinta generación (5G) pueden revolucionar la economía digital al permitir nuevas aplicaciones que dependen de comunicaciones ultra rápidas a escala industrial. Muchas de esas nuevas aplicaciones, como los autos autónomos, las redes eléctricas inteligentes y las ciudades inteligentes, aprovecharán los avances de la inteligencia artificial (IA) y las mismas redes 5G incorporarán IA.

    Con esas oportunidades llegan grandes problemas de cíber seguridad que van a necesitar un nuevo tratamiento por parte de las operadoras de redes móviles (ORM). El peligro central es el crecimiento exponencial de la superficie de ataque, ya que los dispositivos IoT y la computación móvil se expanden a una escala nunca antes vista.

    Porque 5G, al reemplazar las conexiones alámbricas, va a abrir la puerta para que muchos más dispositivos se conecten vía Internet, incluidos electrodomésticos y máquinas industriales. Se acabarán los problemas de ancho de banda pero con tantos dispositivos conectados, el riesgo de robo de datos y de sabotaje será más alto.

    Algo más. Como 5G va a ser compatible con las redes existentes de 4G, 3G y Wi–Fi, los actuales problemas de seguridad se trasladarán a las nuevas redes.

    La gran misión: asegurar las redes

    Como sea, las redes 5G ya están llegando, con una infinidad de beneficios y una increíble cadena de preocupaciones de cíber seguridad que se suman a los problemas que presentan las actuales soluciones.

    Los gobiernos, las empresas de telecomunicaciones y los expertos en seguridad de todo el mundo deberán prestar la debida atención a mejorar, actualizar y aumentar sus actuales soluciones de seguridad. No hacerlo podría traer consecuencias serias, no solo para las organizaciones sino para el mundo. Los datos sensibles de una compañía y de sus clientes pueden ser robados y los dispositivos vulnerables podrían usarse como puerta de entrada a sistemas ultraprotegidos. Todos deben preguntarse si están protegidos.

    Marcas como Samsung y Xiaomi ya tienen modelos de teléfonos que admiten 5G que podrían llegar al mercado muy pronto.

    Una investigación realizada por Ericsson sugiere que para 2024, las suscripciones globales a 5G podrían llegar a 1.900 millones. Ya hay algunos primeros adoptantes en países como Estados Unidos y Suiza que obtienen velocidades 5G, unas tres veces más rápidas que las velocidades de descarga de 4G.

    Hay mucho de bueno para esperar, pero también mucha preocupación. Por todas partes hay grupos que se oponen ferozmente al despliegue de 5G y hasta mencionan posibles impactos en la salud.

    Las compañías de redes, dispositivos y aplicaciones son conscientes de las vulnerabilidades y muchas están haciendo sus mayores esfuerzos por resolver esos problemas

    A diferencia de las actuales, las nuevas redes serán casi puramente software y el software es vulnerable. Esa es la parte más difícil de la “carrera” por conquistar 5G, hacerse de las herramientas necesarias para asegurar lo que será la red más importante del siglo 21 y el ecosistema de dispositivos y aplicaciones que broten de esa red.

    Los datos sensibles de una compañía y de sus clientes podrían ser robados y los dispositivos vulnerables podrían usarse para operaciones fraudulentas. Si no se actúa proactivamente, el costo de perder esa oportunidad será mucho mayor.

    El famoso ataque en 2018 con el virus ransomware llamado Notpetya, el más devastador cíber ataque en la historia que dejó puertos cerrados, empresas paralizadas y organismos estatales congelados, provocó pérdidas de US$ 10 .000 millones. Es más, su objetivo no fue ganar dinero sino destruir información. No obstante, las pérdidas combinadas de Merck, Maersk, y FedEx superaron los US$ 1.000 millones. Si se tiene en cuenta que en aquel momento no existían las redes 5G todos esos costos empalidecen con lo que podría ocurrir con una filtración a las redes de quinta generación.

    Nada de esto sugiere que haya que suspender los beneficios que promete 5G, pero sí la importancia de aumentar la inversión en cíber seguridad.

    En 2016, por ejemplo, los hackers hicieron caer grandes porciones de Internet controlando millones de chips de bajo costo en los motherboards de videocámaras de seguridad y videograbadores digitales. El solo hecho que Internet pudiera ser atacada de esa forma reveló la realidad de las cadenas digitales de suministro: como los consumidores no pensaban en la cíberseguridad al decidir la compra de un dispositivo barato pero conectado (dispositivos que eran el medio pero no el objetivo del ataque) a los minoristas tampoco les parecía importante la seguridad cuando decidían qué cosas vender.

    Resultado: los fabricantes de dispositivos no tenían en cuenta el riesgo en los componentes que compraban y, por lo tanto, tampoco los fabricantes de chips o motherboards incluían cíber protecciones a sus productos. Ninguno de los eslabones se adjudicaba un rol para sostener la seguridad del producto una vez vendido y esa situación, en términos generales, se mantiene hasta hoy.

    China, de imitador a precursor

    China ha implementado una estrategia coordinada para desarrollar la infraestructura de las redes 5G y ya se perciben los resultados. No obstante, el país aún depende de las importaciones de ciertos productos, en particular, de componentes de alta gama, lo que expone al sector a las medidas proteccionistas. Estados Unidos ya prohíbe los equipos Huawei y presiona a sus aliados para que sigan su ejemplo, lo que, en el futuro, podría limitar el crecimiento del 5G chino.

    Tras ponerse al día en la era de las tecnologías 3G y 4G, el gobierno chino se centró en el desarrollo de las redes 5G. En 2014, lanzó el grupo de promoción ‘IMT–2020 5G’ para reunir a todos los actores del ecosistema, con el fin de crear sinergias y mejorar la cooperación. En el mismo año, el gobierno también impulsó la inversión en el sector, especialmente mediante la creación del Fondo Nacional de Inversión de la Industria del Circuito Integrado (National Integrated Circuit Industry Investment Fund).

    El objetivo de este fondo es ampliar la industria local de chips de US$ 65.000 millones en 2016 a US$ 305.000 millones en 2030, según revela un reciente informe de Coface. En este contexto político favorable, las empresas chinas han sido capaces de aumentar rápidamente su I+D en el sector privado.

    La estrategia orquestada por China respecto a la promoción de 5G contribuirá a que numerosas empresas locales aprovechen esta ventajosa posición de precursor. Se estima que 40% de las patentes para los estándares actuales de las redes 5G provienen de empresas chinas, que además se beneficiarán de esta nueva tecnología, como es el caso de Huawei, líder mundial en infraestructuras de red, que actualmente da cuenta del 29% del mercado.

    Por otra parte, se espera que 5G dispare una ola de reemplazos de teléfonos móviles, y tres de los cinco líderes mundiales de la telefonía móvil son chinos: Huawei, Xiaomi y Oppo.

    De acuerdo con la Academia China de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (CAICT – China Academy of Information and Communications Technology), en 2025, el mercado del 5G podría representar 3,2% del PIB chino, es decir, US$ 166.000 millones.

     ¿Por qué preocupa tanto Huawei?

    La creciente influencia de Huawei es producto de la combinación de destreza tecnológica, equipamiento con la calidad necesaria y bajos precios. Pero la compañía, aunque en apariencia es privada, ha logrado escala global en parte gracias al apoyo del Estado chino.

    Estados Unidos hizo suya la responsabilidad de advertir sobre el riesgo potencial para la cíber seguridad. China tiene un historial de cíber ataques y, a pesar de que Huawei insiste en que nunca permitiría que se la use de ese modo, Beijing podría imponer leyes obligando a las compañías chinas a cooperar con los servicios de seguridad para lograr acceder a información comercial, dice el Financial Times en una columna editorial.

    Aunque Donald Trump intenta desde hace mucho disuadir a los gobiernos europeos de utilizar los sistemas de la empresa china, un documento de evaluación de seguridad de la Unión Europea advierte que las empresas no europeas que se presenten a licitación para instalar sistemas de comunicación de próxima generación podrían “ser objeto de interferencia” si tienen conexión con el gobierno de su país. Podría ser ese el caso de Huawei.

    Estados Unidos busca todo tipo de instrumento para contrarrestar la influencia de Huawei. Uno, difícil, podría ser intentar convertir a una empresa estadounidense en campeona de 5G. Desde los 90 que el gobierno federal no interfiere en cuestiones empresariales. Cambiar esa política llevaría mucho tiempo y dinero. Mejor sería que invierta en investigación que podría resultar en innovaciones futuras.

    La UE también podría crear las mejores condiciones para que surjan sus propios jugadores en 5G. Margrethe Vestager, comisionada de la UE para la competencia, vigila en forma permanente el dominio de los gigantes tecnológicos norteamericanos e impide fusiones peligrosas.

    Pero el peligro que implica Huawei en 5G, dice el Financial Times, es real y es urgente. Los gobiernos occidentales deberían aspirar a tener mercados abiertos y competitivos. China, en cambio, es una superpotencia rival que no comparte esa idea. Si no se ejerce un poco de control para apoyar tecnología occidental 5G, la única opción para el futuro será Huawei.

    La batalla por la Internet de las Cosas

    La compañía china está decidida a fijar los estándares de la industria.

    Ren Zhengfei, el fundador de Huawei, calcula que la próxima gran batalla con Estados Unidos será por el empuje que la telco china dará a la Internet de las Cosas y la fábrica inteligente.

    Huawei está concentrada en el desarrollo de chips y software para que las fábricas se conecten a Internet usando sensores para automatizar y monitorear el proceso de manufactura.

    La destreza manufacturera china le da a Huawei un enorme mercado potencial para su tecnología y la posibilidad de fijar estándares que terminen adoptándose en todo el mundo. El gobierno chino estima que el sector industrial IoT tuvo el año pasado un valor que rondó los US$ 44.000 millones y que sigue creciendo a razón de 25% al año.

    Ren predice que el gobierno de Trump va a prestar atención al sector IoT cuando Huawei sea líder. “Que den la pelea”, desafía.

    Huawei proyecta dominar el mercado global fijando los estándares de la industria. Aunque todavía no hay un líder en este mercado incipiente para plataformas y hardware industrial IoT, Huawei –dicen muchos analistas– ofrece la más amplia gama de productos: chips, sistemas operativos, redes, plataformas, seguridad y análisis de datos.

    Huawei confía en que su experiencia en 5G se podrá convertir en dominio de la I0T industrial porque la conectividad de alta velocidad es un imperativo para el análisis de los datos industriales. Además, tiene la mayor cantidad de patentes necesarias para los estándares globales 5G.