Siempre hay una última gota que rebasa el vaso, dice Masha Gessen en The New Yorker sobre la propuesta de impeachment a Donald Trump. El martes la presidenta de la Casa de Representantes, Nancy Pelosi, declaró que Trump se pasó de la raya al pedir al presidente de Ucrania que tome medidas para beneficiarlo políticamente a él y que eso merece que se proceda al juicio político. “El hecho concreto es que el presidente de Estados Unidos , en violación de sus responsabilidades constitucionales, pidió a un gobierno extranjero que lo ayude en su campaña política a expensas de nuestra seguridad nacional debilitando además la integridad de nuestras elecciones. El presidente debe hacerse responsable. Nadie está por encima de la ley”, dijo Pelosi.
Se refiere a una conversación telefónica realizada el 25 de julio entre Donald Trump y el presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky en la cual Trump insistió varias veces que Ucrania investigue y denuncie a su rival político para las próximas elecciones, Joe Biden y su hijo Hunter. Puso eso como condición para realizar la última entrega de un préstamo al país. La transcripción de esa conversación revela también que Trump pidió al líder ucraniano que trabaje en este asunto junto a su abogado personal, Rudy Giuliani, y al fiscal General de Estados Unidos William Barr.
¿Qué es lo que diferencia este hecho de todas las demás fechorías cometidas durante su gobierno? A Trump se lo acusó muchas veces de violar la ley. ¿Por qué es esta más grave que las anteriores? Las razones, según Gessen, son más políticas que legales. A criterio de Zack Beauchamp (Vox) porque se trata de un intento “presente” de poner la política exterior de Estados Unidos al servicio de la reelección del presidente. No se trata de castigar hechos del pasado. Un juicio político originado por la transcripción de la conversación telefónica serviría para impedir daños futuros. Esto, dice Beauchamp hace que sea más difícil para los republicanos descartar el problema.
La investigación adquiere urgencia porque se refiere a la elección presidencial de 2020. Durante los primeros dos años y medio de la presidencia de Trump los demócratas en el Congreso y los medios de comunicación se dedicaron a investigar y denunciar la elección de 2016, a veces a costa de ignorar acontecimientos de la presidencia misma. Ahora el foco se pone en 2020, donde Ucrania desbanca a Rusia y toda la historia desbanca a los acontecimientos actuales (como su discurso aislacionista y anti-inmigración del martes ante Naciones Unidas). Durante dos años y medio Trump aspiró a la autocracia – atacó instituciones, debilitó la separación de poderes – pero si su presidencia puede terminar con una elección, no ha logrado consolidar poder autocrático.