jueves, 21 de noviembre de 2024

El valor escondido de un buen jefe

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Un buen supervisor de gerencia media puede crear más valor ayudando a los buenos empleados a ser excelentes que apuntalando las debilidades de los mediocres. Hay mucho valor en las capas gerenciales medias, pero los jefes deben ser ubicados estratégicamente.

<p>&ldquo;El valor de los jefes,&rdquo; un estudio producido por el U.S. National Bureau of Economic Research (NBER), sugiere que los jefes aportan un importante valor en cuanto a diferencias de desempe&ntilde;o. Edward Lazear, Kathryn Shaw y Christopher Stanto afirman que jefes y supervisores intervienen en la contrataci&oacute;n, motivaci&oacute;n, capacitaci&oacute;n y asignaci&oacute;n de tareas de los trabajadores de l&iacute;nea. Sin embargo, el rol de esos jefes y supervisores ha sido en gran medida ignorado en el apuro por estudiar a los l&iacute;deres m&aacute;s encumbrados y otros cargos glamorosos.</p>
<p>De modo que los investigadores examinaron mediciones de productividad diaria de m&aacute;s de 23.000 trabajadores en paralelo con 1.940 jefes durante cinco a&ntilde;os, de 2006 a 2010. Estudiaron trabajos con monitoreo computarizado, caracter&iacute;stico de vendedores minoristas, especialistas en IT agentes apostados en las puertas de aerol&iacute;neas en aeropuertos, trabajadores de call center, etc.</p>
<p>Los investigadores clasificaron el desempe&ntilde;o de los jefes seg&uacute;n la producci&oacute;n de los trabajadores bajo su supervisi&oacute;n. El primer 10% de los jefes ten&iacute;a una producci&oacute;n por empleado de 1,3 unidades por hora m&aacute;s que el 10% m&aacute;s bajo. La investigaci&oacute;n descubri&oacute; que reemplazar a un jefe deficiente con uno bueno eleva la productividad tanto como agregar un trabajador a un equipo de nueve.</p>
<p>Como revela la investigaci&oacute;n, el rol fundamental que jugaban los jefes era ense&ntilde;ar a los empleados &ldquo;habilidades que persisten&rdquo;; motivarlos en el momento era un factor notable pero secundario.</p>
<p>Los jefes ubicados en el 10% m&aacute;s bajo eran 67% m&aacute;s proclives a dejar la firma que los jefes en el 90% m&aacute;s alto de distribuci&oacute;n de desempe&ntilde;o.</p>
<p>Lo que suele ocurrir es que las organizaciones no siempre ponen a los buenos jefes en el lugar donde pueden tener mayor efecto. El estudio descubri&oacute; que los buenos jefes mejoran la productividad de los buenos trabajadores m&aacute;s que mejorar a los trabajadores menos buenos. El lugar para los mejores jefes puede no ser aquel que tiene los mayores problemas sino all&iacute; donde pueden hacer que los buenos empleados sean m&aacute;s buenos todav&iacute;a. Los autores advierten que los cient&iacute;ficos m&aacute;s distinguidos ense&ntilde;an a estudiantes de doctorado, no a chiquitos de jard&iacute;n de infantes, porque las habilidades b&aacute;sicas las pueden ense&ntilde;ar maestros menos capacitados.</p>
<p>Los datos sugieren tambi&eacute;n que jefes y empleados rara vez son combinados de esta forma (o sea buen jefe con buen empleado). Las empresas prestan mucha atenci&oacute;n a la productividad del empleado en los equipos de trabajo, pero este estudio descubre que &ldquo;el &uacute;nico &lsquo;par&rsquo; que importa en este ambiente es el jefe&rdquo;. Hay que reequipar el departamento de recursos humanos para que comprenda mejor d&oacute;nde es m&aacute;s importante mejorar el desempe&ntilde;o para el &eacute;xito de la organizaci&oacute;n.</p>

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