Los BRICS ante la crisis del orden mundial

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La opinión del profesor Sanusha Naidu sobre presente y futuro del bloque de los BRICS.

Conciliar los intereses y prioridades nacionales con las obligaciones internacionales seguirá siendo un foco fundamental para la reunión cumbre de los BRICS que se está realizando en Sudáfrica. Pero tal vez la pregunta más importante que habría que hacer es cómo va a hacer el bloque para fortalecer su rol y su agenda en un orden internacional que se caracteriza por la fragmentación y la incertidumbre.

A lo largo de los últimos 10 años, los socios de este grupo lanzaron una serie de iniciativas tendientes a aportar capacidades adicionales a las estructuras políticas y económicas del mundo. Uno de sus proyectos incluye la creación del Nuevo Banco de Desarrollo, que hasta ahora ha iniciado financiamientos por valor de US$ 3.400 millones a los países miembro.

Crearon también el Contingency Reserve Arrangement, que busca asegurar liquidez a los miembros que afrontan crisis en sus balanzas de pagos.

Con esas instituciones en funcionamiento, la décima cumbre brinda la oportunidad a los cinco países que la integran de reflexionar sobre la relevancia práctica del bloque y su accionar futuro.

 

Pero aunque persiste el escepticismo de muchos sobre la coherencia del grupo, no es probable que los cinco países se retracten de sus obligaciones.

¿Cuál es el futuro de los BRICS?

BRICS es, por su naturaleza misma, una construcción imperfecta dado el tamaño y la escala de sus estados miembro. Hay nuevas alianzas entre los cinco integrantes. La Belt and road Initiative de China es un nuevo factor en el bloque. Hay también subgrupos que juegan un rol importante en la influencia de las lealtades internas y los intereses estratégicos. Está la Shanghai Cooperation Organisation que se formó en 2001. Se ve como una organización intergubernamental que se ocupa de energía y seguridad y está formada por China, Rusia y seis repúblicas asiáticas. Se caracteriza por funcionar como contrapeso a la influencia norteamericana en Asia Central. Otros la identifican como un contrapeso al G7, un bloque formado por Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Canadá, Japón y Gran Bretaña.

Luego está el bloque de cooperación entre India, Brasil y Sudáfrica. Fue creado en 2003 como una plataforma de cooperación Sur-Sur.

La cooperación entre Rusia, India y China ya tiene prominencia. En abril de 2016 los ministros de relaciones exteriores de cada uno de los tres países se reunieron para tratar la agenda de gobierno global. También se está fortaleciendo la relación entre China y Rusia. Todo esto estará sobre la mesa en las conversaciones de esta cumbre sobre el futuro del bloque.

La Belt Road Initiative ya ha provocado desacuerdos.

Otra fuente de diferencias es la posibilidad de aumentar el número de miembros: el concepto BRICS Plus. China lo propone, India lo rechaza.

Si bien la identidad colectiva del bloque todavía no está clara, las grietas en el sistema global presentan oportunidades para que afirme y fortalezca su posición. Podría hacerlo enarbolando los principios de los acuerdos comerciales multilaterales que Estados Unidos parece estar abandonando. La pregunta más importante será ésta: cómo y hasta qué punto los BRICS avanzarán para avalar las reglas del juego en un orden internacional que está buscando liderazgo y dirección.

 

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