Por Leandro Africano
En los últimos 10 años Perú dejó de estar en el ostracismo latinoamericano para integrar el top five de países de la región donde los turistas han puesto foco. Entre 2002 y 2013, el país triplicó la cantidad de visitantes extranjeros: pasó de 1,1 millones a 3,1 millones previsto para 2013, generando además un aumento de 15% en las divisas ingresadas en el último periodo bianual.
Este cambio de percepción por parte de los turistas está basado en tres ejes centrales que modificaron la dimensión del país como destino de vacaciones o reuniones de negocios: por un lado, las datos macroeconómicos muestran a Perú como uno de los países más pujantes de la región con niveles de inversión privada internacional por arriba del promedio de los países latinoamericanos.
Asimismo, los profundos cambios en lo que se denomina servicios receptivos como construcción de infraestructura hotelera de categoría y espacios para el desarrollo de encuentros de negocios y convenciones anuales. Finalmente, el tercer pilar de este boom guarda relación con la comunicación de las bondades turísticas de Perú afincadas en su diversidad climática, restos arqueológicos y una gastronomía tan diversa que no se encuentra en ningún país de América.
Un recorrido posible
Para quienes elijan Perú como destino un itinerario clásico, pero no por eso menos interesante, es el que se arma uniendo las ciudades y localidades de Lima, Paracas, Nazca, Valle Sagrado, Machu Picchu y Cusco.
Desde la capital del país se puede realizar un tour que incluye la visita a la catedral, ubicada en la Plaza de Armas. Esta ocupa el mismo lugar del edificio original de 1555 y fue reconstruida bajo la dirección del jesuita Juan Rehr después del terremoto de 1746. Su fachada e interior son austeros: se destaca la sillería del coro, sus altares y la tumba de Francisco Pizarro (quien murió en 1541). Luego se visita la iglesia San Francisco con su convento, museo de arte colonial, sus instalaciones de claustro y catacumbas que casualmente fueron tema de discusión cuando el general José de San Martín intervino en la administración de la ciudad cuando se retiraron los realistas. Fue él quien suspendió el entierro de las personas en las catacumbas porque temía una emergencia sanitaria.
A continuación se puede echar una mirada panorámica a la Plaza de Armas, el Palacio de Gobierno, la Municipalidad, las calles del centro de Lima, que conservan diversas casonas coloniales con típicos balcones tallados en madera. A la hora de la tarde se puede disfrutar de una espectacular vista del océano Pacífico y una breve visita al distrito de Barranco donde se encuentra un grupo de bares y restaurantes al mejor estilo de Palermo, de la ciudad de Buenos Aires, pero con un clásico estilo limeño.
Desde Lima se puede planear el recorrido a la bahía de Paracas, un pintoresco balneario ubicado a 250 km al sur de Lima. El desierto de Paracas es conocido como uno de los más áridos del mundo donde rara vez llueve y donde las dunas crean una imagen inigualable durante el atardecer. La localidad que da nombre a la región se sitúa en el lugar exacto donde desembarcó San Martín, proveniente de Chile, con 4.000 hombres en septiembre de 1820 como parte de la expedición libertadora.
Paracas sufrió un terremoto y tsunami en 2007 que devastó la ciudad. Pero fue decisión estratégica reconstruir el destino como una nueva localidad para el veraneo de los limeños y como forma de demostrar la salud de la economía. Allí se instalaron hoteles de la más alta categoría. Todos cuentan con salida exclusiva al mar y diversas particularidades de los alojamientos de 5 estrellas. Entre los más destacados se encuentran Hotel Hacienda Bahía Paracas, Double Tree Guest Suites by Hilton, Hotel Paracas Luxury Collection Resort y el Hotel Libertador Paracas.
Desde Paracas se pueden realizar dos grandes excursiones que complementen los días de playa. Por un lado está la posibilidad de embarcarse para conocer las islas Ballestas, consideradas como uno de los mayores refugios naturales del mundo para una amplia diversidad de aves del mundo. Es un paseo en lancha desde donde se puede avistar una innumerable cantidad de fauna y que permite disfrutar el contacto con la naturaleza. La otra excursión es un poco más exótica: se trata de un recorrido por el desierto en camionetas 4X4 conducidas por guías especializados que combina aventura y experiencia gourmet porque luego de más de una hora de recorrida y ver la puesta del sol, la travesía termina con una cena en un ambiente soñado bajo las estrellas y en medio de las dunas del desierto.
A pocos kilómetros de Paracas está el aeropuerto de Pisco, la estación aérea más importante desde donde se realizan los vuelos para avistar las famosas líneas y figuras del desierto de Nazca. Muchas teorías se han formulado sobre estas líneas y diseños increíbles, algunos de casi 300 metros de largo: pistas de aterrizaje para naves extraterrestres, líneas de un sismógrafo gigante y señales a los dioses. Sin embargo, la investigadora alemana María Reiche, quien pasó su vida estudiándolas, tiene una teoría más creíble: que forman un calendario astronómico gigante basado en el movimiento del sol. Las propias líneas van desde diseños simples a más de 30 figuras complejas de animales, como un mono, araña, colibrí, perro, astronauta y hasta una familia.
Los vuelos que parten desde ese aeropuerto tienen una duración de dos horas de los cuales casi 45 minutos están íntegramente dedicados a la visualización de las figuras sobre el desierto. Una de las particularidades que tienen estos vuelos es que garantizan que desde cualquier ubicación dentro del avión se puedan visualizar cada una de las figuras porque los pilotos recorren los dibujos de cada lado de la nave. Aunque puede resultar una experiencia mística, según el relato que se cuente para las explicaciones, la excursión quedará grabada en la memoria del turista para siempre.
Cusco y Machu Picchu
La segunda parte del viaje puede complementarse con el que es considerado el mayor atractivo turístico del Perú, la ruinas de la ciudadela inca de Machu Picchu. Para conocer este resto arqueológico hay que volar hasta Cusco, ciudad que se encuentra a 3.400 metros de altura y a dos horas de avión de Lima. Antiguamente fue la capital del imperio inca y una de las ciudades más importantes del Virreinato del Perú. Declarada Patrimonio de la Humanidad en 1983 por la Unesco, suele ser denominada, debido a la gran cantidad de monumentos que posee, como la “Roma de América”.
Desde Cusco se pueden hacer dos grandes recorridos Valle Sagrado y Machu Picchu. En automóvil se puede hacer la ruta de Valle Sagrado que es un camino de montaña leve que se recorre en forma paralela con el río Urubamba y atraviesa pueblos pintorescos a la vera de la ruta. De esta manera se puede llegar hasta Pisac donde se destaca su gran mercado de artesanías y las típicas postales de caminos angostos que suben empinados hasta encontrarse con la base de las montañas.
Se podrá hacer la visita a los diferentes hoteles dentro del Valle Sagrado para conocer su gastronomía o para tomar un buen trago típico del lugar. Entre estos se destacan el Hotel Sol y Luna, Libertador Tambo del Inka y Hotel Río Sagrado y Aranwa donde la mayoría desarrolló su infraestructura frente al río ofreciendo una vista única del valle. Para los turistas que no están acostumbrados a la altura se recomienda que una vez alojados en el hotel tomen un descanso para que el cuerpo se acostumbre a las nuevas condiciones.
A escasos kilómetros de Valle Sagrado se encuentra la estación de Ollantaytambo para abordar el tren hacia Aguas Calientes y desde allí visitar Machu Picchu. Es una travesía única, cruzando valles, montañas y pintorescas aldeas. Durante el trayecto se descenderá hasta los 1.900 metros sobre el nivel del mar cruzando desde la sierra hacia los bosques de nubes. Al llegar al final del tramo de tren hay un último recorrido que se hace en buses ecológicos que hacen un traslado de 20 minutos hacia la parte alta del valle donde se encuentra Machu Picchu.
La ciudadela de piedra de Machu Picchu, situada a 112 km de Cusco, también es conocida como “la ciudad perdida de los Incas” pues fue un misterio hasta que fue descubierta (desde el punto de vista arqueológico) por el investigador inglés Hiram Bingham en 1911. Fue construida en un lugar muy especial cubierto de vegetación sobre las montañas de Machu Picchu (montaña vieja) y Huayna Picchu (montaña joven) y bordeada por el río Urubamba o Vilcanota que otorgan un paisaje de selva con abundante flora y fauna.
Para muchos visitantes el recorrido por esta ciudadela inca puede marcar una antes y un después en su vida como turista, pero lo cierto es que es un lugar único en el mundo ya que está en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1983, como parte de todo un conjunto cultural y ecológico conocido bajo la denominación santuario histórico de Machu Picchu. Asimismo en 2007 Machu Picchu fue declarada como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno.
Luego del regreso en tren hacia la ciudad de Cusco, paseo que se extiende por más de 3 horas, se puede organizar nuevas actividades en esta ciudad. Hay innumerables monumentos incas y españoles, como la plaza de Armas, conocida por los incas como Huacaypata o plaza del Guerrero, que fue el escenario de diversos acontecimientos claves en la historia de Cusco. La catedral, construida originalmente en el antiguo templo de Suntur Wasi (Casa de Dios), ahora denominada la iglesia de El Triunfo.
También se puede visitar el convento de Santo Domingo, una construcción española perteneciente a la Orden de Santo Domingo construido sobre los cimientos del templo inca del Koricancha o Templo del sol que fue el principal edificio religioso de los incas dedicado al culto del sol y cuyas paredes, según los cronistas, se encontraban recubiertas por láminas de oro. Allí se pueden observar los bloques de piedra labrada que fueron utilizados en su construcción.
Para los amantes del turismo arqueológico se recomienda visitar las ruinas cercanas a la ciudad de Cusco: Sacsayhuamán, enorme fortaleza inca en tres plataformas superpuestas, cada una de ellas más de 360 ??m de largo; Tambomachay, conocido como los “baños del Inca” y que al parecer era un sitio dedicado a la adoración del agua y un lugar de descanso del monarca del imperio; y finalmente Kenko y Puca Pucará, dos de los más importantes restos arqueológicos muy cercanos a la ciudad.
El hospedaje en Cusco también goza de una magnífica infraestructura. Así se destacan el Hotel Casa Cartagena, J.W Marriot, Palacio Nazarenas, la Casona Inkaterra y Monasterio, todos de categoría 5 estrellas de nivel internacional y que garantizan una estadía confortable en esta maravillosa ciudad inca. La combinación entre la inversión en hotelería y la reconversión de un país que entendió las bondades del turismo como generador de divisas permiten visualizar a Perú como un nuevo destino para el turismo de la región.
Turistas del mundo
Según datos del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, las llegadas de turistas procedentes de Asia registraron el mayor dinamismo con 16,3%, lo que se explica por el crecimiento del número de visitantes procedentes de Japón (24,5%), Corea del sur (16,7%), Tailandia (16,4%), Taiwán (15,3%), India (14,8%), Indonesia (35%) y Filipinas (22,7%).
Los turistas procedentes de Europa, por su parte, registraron un incremento de 13,8%, destacando las llegadas de turistas de República Checa (31,3%), Francia (30,1%), Portugal (29%), Rusia (28,2%), Bielorrusia (18,7%), Alemania (17,5%), Austria (17%), Noruega (12%), Suiza (11,7%), Suecia (11,7%), Italia (8,9%) y España (8,8%).
Asimismo, los visitantes procedentes de los países de América del Sur alcanzaron un crecimiento de 11,3%, gracias al aumento en las llegadas de turistas de Brasil (10%), Argentina (16,7%), Colombia (21,1%), Venezuela (21,8%), Bolivia (27,1%) y Chile (7%). Finalmente, en América Central destacaron países como El Salvador y Panamá con crecimientos de 22,3% y 6,1%, respectivamente.
La gastronomía en alza
Hace apenas unas semanas, Perú fue nombrado ganador del premio a “Mejor destino culinario del mundo” en Doha, Qatar, por segundo año consecutivo. Conocidos mundialmente como los “Oscar del Turismo”, los World Travel Awards reconocen y celebran la excelencia en cada uno de los sectores de la industria turística en el mundo. En la actualidad, estos premios son reconocidos como el más alto galardón que un producto o servicio de viajes y turismo puede aspirar a alcanzar.
Lo curiosos es que Perú ya había ganado el premio a “Mejor destino culinario de Sudamérica 2013” en el marco de las premiaciones regionales de los World Travel Awards que se celebraron en los cinco continentes. Álvaro Silva-Santisteban, consejero económico comercial en Dubai, recibió el premio y señaló que “en menos de 10 años hemos pasado de tener una cocina valorada por todos los peruanos a ser una tendencia culinaria reconocida a escala mundial. Este es un gran avance hacia nuestro objetivo: que nuestra gastronomía esté presente en todas las grandes ciudades del mundo”.