Por Virginia Cabrera Nocito (*)
Pero la educación digital, ya sea mediante sesiones síncronas o contenidos, puede y debe ser cálida y profunda también. Siempre que nosotros, como profesores, pongamos un pedacito de alma en nuestros textos, vídeos o en foros.
Los humanos sabemos ir en contra de las leyes de la física, desafiándolas con ingenios que retan a la gravedad o a la entropía. Hoy podemos, y debemos, remar a contracorriente, “reformulando” con nuevos elementos las prácticas que resultan de éxito en un aula para trasladarlas al mundo digital.
El medio digital no lo pone fácil, y lo sé bien porque llevo décadas viéndome las caras con él. Por eso quiero compartir estos trucos que he desarrollado:
PQTS: ‘Para Qué Te Sirve’
En un mundo hiperestimulado, nuestra atención se ha vuelto micro. El tiempo es el bien más valioso del alumno. O tiene claro desde el minuto cero cómo y en qué va a aplicar lo que aprende o desconecta.
Digamos no al “síndrome del experto”, que se recrea demasiado en el conocimiento que transmite. Ellos buscan valor y aplicabilidad, mostrémoslos a cada paso.
NOEGO: Enseñemos desde la humildad
Reconozcamos que a los profesores nos gusta estar a la última y que, a veces, olvidamos el punto en el que están nuestros alumnos.
La metodología Jobs-to-be-done, extraída del marketing digital, puede ayudarnos a reformular los contenidos desde el punto de vista de las necesidades del alumno.
Porque les interesarán más las bondades de lo que les contamos y las referencias que lo avalan cuando han entendido cómo van a aliviar sus “dolores de cabeza”. Es buena idea comenzar revisando los conceptos más útiles para cada tipo de alumno, que incluso podemos recabar por anticipado.
D-HUMAN: Conectemos con la mente de un alumno digital
Lo que hacemos va cambiando lo que somos. La tecnología ha puesto el mundo en tiempo real en nuestros bolsillos y nos ha hecho más impacientes. Aunque quizá uno mismo jamás optaría por estudiar así, hay que apostar por lo que ellos prefieren.
- El microaprendizaje, entendiendo que no significa contar menos, sino contarlo en porciones más “comestibles”. Ya decía William Shakespeare que la brevedad es el alma del ingenio.
- Hagamos del móvil nuestro aliado. Es el mata tiempos muertos del siglo XXI. Elaboremos contenidos y propongamos actividades que puedan completarse en esos ratos de móvil en mano.
- Personalicemos, permitiéndoles que seleccionen los contenidos que más les interesan y las actividades que más les apetecen.
Tomemos como ejemplo TikTok: son vídeos de un minuto, pero los estudiantes están allí una media de 50 minutos. Enseñemos en píldoras.
Q-WOW: Emocionemos, sorprendamos, sonriamos, disfrutemos y hagamos disfrutar
Dice el profesor Fernando Mora Teruel, especialista en neurociencia y aprendizaje, que “sólo es posible aprender aquello que se ama”. Si potenciamos la emoción, huimos del aburrimiento.
- La gamificación es buena idea, pero no la única. Podemos ser ser más amenos y entretenidos con preguntas inquietantes, humor o anécdotas. Con buenos gráficos e infografías que “pintan” los mensajes clave.
- Pidamos a los alumnos que investiguen para enseñar a sus compañeros. Aprendemos mucho cuando enseñamos.
- Enseñemos con una sonrisa: los alumnos la percibirán. Transmitimos nuestro nivel de energía y entusiasmo en las clases, pero también, lo creamos o no, en nuestros textos, presentaciones o vídeos.
CO-XX: Contemos con ell@s
Animo a que dejemos de ser el profe de las clases magistrales y nos convirtamos en influencers de lo nuestro. Podemos co-crear con los alumnos para formar una comunidad de aprendizaje más allá del aula. Convertirnos en el referente que proporciona hilos de los que tirar y herramientas para aprender más de manera individual.
Ellos saben bien que la habilidad para aprender de manera proactiva y el aprendizaje continuo están entre las capacidades más demandadas por las empresas. Y que se aprende a aprender, de todo y de todos, durante toda la vida. Usemos las plataformas colaborativas y las redes sociales para enseñar a buscar más. Mostremos nuestra disposición a seguir en contacto.
Para que la tecnología mejore la vida de nuestros alumnos y también la nuestra como docentes, debemos recordar que los materiales nunca lo conseguirán si no desarrollamos una mentalidad digital. Debemos aprovechar nuestras clases en línea y materiales digitales para acercarnos a la educación digital sin prejuicios. Nos abre a todos (profesores y alumnos) nuevas oportunidades.
(*) Profesora Mentalidad y Capacitación Digital, Universidad Nebrija.