Putin resovietiza casi todo, menos los símbolos comunistas

En un arranque de revisionismo selectivo, desde ahora Rusia ya no recordará la revolución de octubre, 1917. En su lugar, el presidente Vladyímir Putin instauró 1612. Curioso año: en su curso, Segismundo III Vasa, rey de Polonia. ocupó Moscú.

11 noviembre, 2005

El almanaque ruso nunca termina de complicarse. Eliminada por el régimen soviético la diferencia de trece días entre el calendario occidental (gregoriano) y el bizantino (o sea, el juliano), la Revolución pasó del 25 de octubre al 7 de noviembre. Cabe recordar que aquella refoma tuvo efectos sólo en el mundo católico romano, aún no quebrado por Lutero. Entre ellos, la llegada de Colón a América, movida trece días por el papa Alejandro VI Borja.

Ahora bien ¿qué pasó el 4 de noviembre de 1612? Apenas un episodio durante la larga, complicada guerra de Treinta años. Aliada a Prusia y Austria, Ruisa fue invadida (1608) por las fuerzas de Segismundo III, primer rey polaco de la casa sueca de Vasa. Aquel 4 de noviembre, los rusos expulsaron al polaco. No obstante, el dominio de Varsovia continuaría un siglo más sobre la actual Rusia Blanca -país creado más tarde con pedazos de Lituania- y el oeste de Ucrania.

¿Por qué elegir un momento en el fondo tan poco trascendente? En parte porque, después de la irrupción polaca, ningún otro invasor ocuparía Moscú. Pero la decisión de Putin ha generado calurosos debates, aun dentro del gobierno. Algunos altos funcionarios comparten un criterio de varios historiadores: en tren de acontecimientos fundamentales, mejor haber preferido el arribo de Alyexandr Ñevski a Pskov (derrota de la Orden Teutónica y apertura al mar). O la ocupación de Kadzán por Iván IV “el terrible”, que quebró el yugo mongol sobre Rusia. Si el objetivo era exaltar Moscú, bastaba con ir a 1812, cuando el fracaso de Napoléon inició el colapso de su imperio.

El almanaque ruso nunca termina de complicarse. Eliminada por el régimen soviético la diferencia de trece días entre el calendario occidental (gregoriano) y el bizantino (o sea, el juliano), la Revolución pasó del 25 de octubre al 7 de noviembre. Cabe recordar que aquella refoma tuvo efectos sólo en el mundo católico romano, aún no quebrado por Lutero. Entre ellos, la llegada de Colón a América, movida trece días por el papa Alejandro VI Borja.

Ahora bien ¿qué pasó el 4 de noviembre de 1612? Apenas un episodio durante la larga, complicada guerra de Treinta años. Aliada a Prusia y Austria, Ruisa fue invadida (1608) por las fuerzas de Segismundo III, primer rey polaco de la casa sueca de Vasa. Aquel 4 de noviembre, los rusos expulsaron al polaco. No obstante, el dominio de Varsovia continuaría un siglo más sobre la actual Rusia Blanca -país creado más tarde con pedazos de Lituania- y el oeste de Ucrania.

¿Por qué elegir un momento en el fondo tan poco trascendente? En parte porque, después de la irrupción polaca, ningún otro invasor ocuparía Moscú. Pero la decisión de Putin ha generado calurosos debates, aun dentro del gobierno. Algunos altos funcionarios comparten un criterio de varios historiadores: en tren de acontecimientos fundamentales, mejor haber preferido el arribo de Alyexandr Ñevski a Pskov (derrota de la Orden Teutónica y apertura al mar). O la ocupación de Kadzán por Iván IV “el terrible”, que quebró el yugo mongol sobre Rusia. Si el objetivo era exaltar Moscú, bastaba con ir a 1812, cuando el fracaso de Napoléon inició el colapso de su imperio.

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