Por qué es bueno que el bebé juegue con su comida

Un estudio reciente demuestra que los niños aprenden vocabulario más rápidamente al agarrar la comida con la mano, tirarla y esparcirla.

23 septiembre, 2014

 

 

 

 

Todos los padres saben que los bebés tienen a poner más comida sobre su cuerpo y sobre el piso que en su boca. Este juego con la comida se mantiene en la infancia. A pesar de lo que digan las abuelas, esto es una cosa maravillosa.

Investigadores de la Universidad de Iowa, en EEUU, han analizado cómo niños de 16 meses de edad aprenden palabras para objetos no sólidos, como el puré o la cola. Investigaciones anteriores habían demostrado que los niños pequeños aprenden más fácilmente los nombres de objetos sólidos porque pueden identificarlos fácilmente a través de su tamaño o su forma estable, pero que les cuesta más aprender los nombres de cosas pegajosas o que gotean. 

El estudio señala que esta situación puede cambiar si los niños experimentan con esos objetos en un entorno que conozcan bien, como es su plato de comida. Agarrar y jugar con sus propios alimentos aumenta su capacidad de aprendizaje de nuevas palabras referentes a objetos no sólidos, porque en ella están acostumbrados a ver cosas no sólidas (cuando están comiendo), explica la psicóloga Larissa Samuelson, autora del estudio y especialista en el aprendizaje de los nombres de las cosas en la infancia, en un comunicado de la Universidad de Iowa.

Ideas para jugar con la comida

Aquí hay algunas ideas para instar a los bebés a que usen alimentos en sus actividades de juego.

Crear arte con porotos secos, lentejas y fideos. Luego pegarlos con goma sobre papel pastas.

 Hacer caras divertidas sobre la comida. Usar diversas frutas y vegetales para hacer caras sobre un panqueque, una pizza o una tostada.

Dejar que los niños ayuden en la cocina. Darles la oportunidad de ayudar a revolver, cortar y crear platos para toda la familia.

Permitirles guiar. Si el pequeño quiere meter su galletita en jugo de naranja o agregar ananá a su sopa de pollo, déjelo. Está explorando nuevos sabores y lo que puede resultar  horrible a un adulto podría ser un manjar para el bebé.

Divertirse durante la comida es el secreto para una buena aceptación de la comida y abre al niño a todo un mundo nuevo de sabores.

 

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