Piedra Infinita, vinos de terroir sin maquillaje

“La naturaleza del lugar se expresa en los vinos, me gusta decir que hacemos vinos sin maquillaje. Hacemos aquí nuestros vinos ícono, vinos de terroir; son el resultado de un trabajo muy cuidado desde el viñedo. Como verán no hay formas cuadradas en el edificio, quisimos representar la naturaleza de la montaña. Como homenaje, en nuestro cilindro de guarda conservamos una piedra original. Y en el piso superior, los arquitectos diseñaron una cúpula, una especie de conexión con el cielo, con el universo que ilumina los viñedos, cuyos vinos encuentran aquí su expresión más pura. La bodega se llama Piedra Infinita en honor a un poema del mismo nombre del poeta mendocino Jorge Ramponi”, dice José “Pepe” Zuccardi mientras guía el recorrido por la flamante estructura de piedra y cemento.  Para construirla tuvieron que remover 1000 camiones de piedras inmensas para despejar el terreno y fue una obra que duró tres años y demandó 15 millones de dólares de inversión: es la primera bodega construida en Paraje Altamira, zona que hasta el momento no contaba con un emprendimiento productivo de este nivel.

En infraestructura, la bodega cuenta con vasijas y sectores de crianza en piletas de hormigón (elemento natural formado por componentes naturales: arena, limo, arcilla y piedras genuinas de la región), barricas y foudres, que le permiten alcanzar una capacidad total de 970.000 litros de producción.

Más tarde es Sebastián Zuccardi, hijo de “Pepe”, agrónomo y enólogo principal de la bodega (considerado uno de los profesionales más importantes del país) quien habla: “El vino es generaciones. Por eso yo creo que los únicos que pueden marcar en profundidad la nueva vitivinicultura argentina son las empresas familiares. Porque las familias van más allá de las circunstancias, van más allá de cuestiones económicas; se mantienen por un sueño, por una búsqueda de identidad. En ese sentido, el desafío de mi generación es dejar un legado a los que vienen; debemos dejar un mapa de los lugares que tenemos en Argentina para producir vinos. Y debe ser un trabajo muy a conciencia, porque en definitiva lo único que realmente puede subsistir es algo que tenga identidad, personalidad, que sea único e irrepetible. El próximo paso del vino argentino, no sólo del Malbec, es profundizar en el estudio de las regiones: es lugar, es clima, es suelo, es trabajo. Por eso esta bodega tiene un espacio dedicado a la investigación”.

Además del área productiva, la Bodega Zuccardi Valle de Uco contará con un área de turismo en la que se destaca el nuevo restaurant Piedra Infinita Cocina,  dirigido por el chef Matías Aldasoro y con el asesoramiento del chef Fernando Trocca.