<p>Algunos analistas ya sostienen, no sólo en Burdeos, que el vino francés puede imponerse como activo de refugio. Pese a la merma de calidad que –afirman italianos, españoles, argentinos o chilenos, sotto voce- sufren desde hace una generación.<br />
<br />
Sea como fuere, crece la demanda de tintos Bordeaux y Sauternes blancos. Lo revela el índice del mercado de vinos finos (Londres), que mide la rentabilidad de inversiones en el rubro. Esta fuente confirma aquel incremento de 57% y señala que los tintos quebraron la barrera de 400 puntos.<br />
<br />
La distancia entre el indicador bodeguero y mercados de rindes tan altos como el oro, el cobre o los crudos da a entender que las colocaciones en botella no son ya exclusividad de conocedores socialmente bien ubicados. También empiezan a atraer inversores convencionales, en particular británicos, suizos, alemanes, chinos, indios, japoneses y estadounidenses.<br />
<br />
A su vez las firmas que organizan subastas apelan a todo tipo de subterfugios para vender lo caro o lo exclusivo. En el caso del Château Lafitte, la botella se remató por cuenta del compositor Andrew Lloyd Webber. Pero esto no termina ahí: el músico anunció que pondrá en subasta otras 747 botellas de borgoña y burdeos. Algunos tintos provienen de una bodega casi “virgen” -nunca salieron al mercado- o son rarezas como un Châteaux Haut Brion 1949.<br />
</p>
¿Petróleo, oro o cobre? No, es mejor un vino
En Hongkong, por ejemplo, pagaron US$ 233.970 por una botella de Château Lafitte Rothschild en subasta. Los números cantan: en 2010 los crudos subieron 20%, el oro 35% y 38% el cobre. Pero el Bordeaux escaló nada menos que 57%.