Nada es por siempre: ahora le toca el turno a Las Vegas
Se ha terminado un auge que parecía sin fin en los vallecitos del arroyo eso significa vegas-, donde ahora hay desempleados y hasta suicidas, no por culpa de la ruleta. Éstos doblan la media nacional.
11 enero, 2009
“El futuro es una incógnita, nadie sabe qué aspecto o alma tendrá esta ciudad, en el extremos sudeste de Nevada”, señala Michael Green, historiados de Las Vegas cuyas aguas acaban en el río Colorado. Capital del juego y cosas peores, imperio de lo efímero y los sueños de neón, también la castiga la crisis financiera de Estados Unidos y otras economías centrales. <br />
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<p> Para la ciudad, es un trauma colectivo que “pone en peligro la propia identidad”, añade el ensayista. Fundada en 1855 en pleno desierto meridional de Nevada, en algunos años, Las Vegas se hizo de un lugar único en la imaginería norteamericana e internacional.</p>
<p> Amén de haber inspirado cientos de películas (muchas rodadas ahí mismo), generó por lo menos dos series emblemáticas: “Historia del delito” en los años 70 e “Investigación en la escena del crimen” (CSI en inglés) desde hace varios años. No obstante, Associated Press se equivoca afirmando que es el único lugar del planeta donde la prostitución es legal. Por el contrario, son docenas y uno, Bangkok, hasta es más caro.</p>
<p> Eso sí, quizá sea el conjunto arquitectónico más abigarrado y espantoso que pueda encontrarse. Sus calles ostentan réplicas gigantes de la plaza San Marcos (Venecia), la torre Eiffel, las pirámides egipcias, un fragmento de Babilonia que la imaginaria Semirámide nunca reconocería. Otro atractivo es más terrestre: uno puede casarse y divorciarse en una hora (pero Reno, otra ciudad pecadora de Nevada, ofrece lo mismo).</p>
<p> En los últimos 25 años, el ascenso de la ciudad parecía imparable. Con escaso desempleo (casi el mínimo en EE.UU.), la construcción o los negocios inmobiliarios eran inagotables. La hotelería urbana contenía 140.000 habitaciones por donde pasaban 40 millones de visitantes anuales. Por año se abrían diez escuelas para una marea de inmigrantes que iba de hispanos a europeos orientales, de pobres a ricos. Todos seducidos por las perspectivas de ocupación segura y hasta casas con piscina.</p>
<p> A mediados de 2008, el sueño empezó a resquebrajarse. En semanas, se derrumbaron los valores residenciales y comerciales, se suspendieron obras y disminuyen los turistas. Sobre todo, norteamericanos y europeos occidentales. El primer proyecto en venirse abajo fue “L’échelon”, un coloso de US$ 5.000 millones que pretendía ser el mayor hotel del mundo.</p>
<p> En realidad, iban a ser seis hoteles ligados entre sí por parques, piletas, paseos de compras, restaurantes, cines, teatros, casinos y salas virtuales. Para darle espacio, la ciudad demolió el histórico “Stardust”. Pero, tras un año de trabajo y doce pisos erigidos, se agotó la plata y ahora un esqueleto que alberga linyeras y drogadictos.</p>
<p> Este fracaso tiene efecto dominó en el resto del mercado inmobiliario, hotelero y laboral. Las nuevas estadísticas sociales son aterradoras: el doble de suicidios por habitante que la media nacional, récord de estudiantes que abandonan escuelas secundarias y universidades, más otros récords de gente sin cobertura médica.</p>
<p> Por cierto, Las Vegas atravesó otras crisis, en particular las de 1997/8 y la posterior al 11 de septiembre de 2001. Pero eran pasajeras y se limitaban al turismo. Esta vez es distinto y “el golpe revela que la prosperidad era tan ilusoria como las luces de neón”, observa Green. “Vivíamos un presente continuo y, de pronto, no tenemos futuro”. </p>