La hormona del amor

Conocida como la hormona del amor, o de la monogamia, la oxitocina, producida naturalmente por el cuerpo humano, puede ayudar a las personas con autismo y esquizofrenia a superar sus déficits sociales. 

29 enero, 2014

Hace ya tiempo que se considera a la oxitocina la “hormona del amor” por el papel que l cabe en el relacionamiento social. Peo ahora, los investigadores han realizado un nuevo experimento que sugiere que la oxitocina estimula el centro de gratificación en el cerebro masculino aumentando el atractivo de la pareja y fortalciendo la monogamia.

Como explica Christopher Cardoso, estudiante de doctorado, “si tu potencial jefe hace una mueca, porque está incómodo en su silla, pero tú piensas que está reaccionando negativamente a lo que estás diciendo, o si la persona que está hablando en una fiesta sonríe para ser amable pero tú piensas que te está seduciendo, eso puede llevarte a reaccionar de forma exagerada, y eso puede ser un verdadero problema. Es por eso que estamos advirtiendo en contra de dar oxitocina a la gente que realmente no lo necesita” . 

Los investigadores del Medical Center de la Universidad de Bonn Alemania que publicaron sus resultados el journal PNAS, señalan que la monogamia no está muy difundida entre los mamíferos.

Más una excepción que una regla, los humanos frecuentemente la exhiben. Los investigadores dicen que desde hace tiempo tratan de descubrir las fuerzas que instan a las parejas a practicar la fidelidad.

El doctor René Hurlemann,m{edico ejecutivo del medical Center de Bonn, dice que un importante papel en el relacionamiento de la pareja  lo cumple la oxitocina que es segregada por el cerebro.

Sensibilidad excesiva

Algunos psicólogos prescriben oxitocina más allá de lo autorizado, para tratar el desasosiego social leve en pacientes que no sufren un trastorno diagnosticado. Pero eso no es muy buena idea, según investigadores del Centro para la Investigación del Desarrollo Humano de la Universidad de Concordia (Canadá).  Su reciente estudio muestra que, en adultos jóvenes sanos, el exceso de oxitocina en realidad puede provocar un exceso de sensibilidad a las emociones de los demás.  Los participantes en el estudio que tomaron la oxitocina y no el placebo vieron una mayor intensidad emocional en los rostros que les pusieron para observar. Esto puede ser perjudicial en una entrevista de trabajo o en una cena, señalan los investigadores. 

 

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