viernes, 29 de noviembre de 2024

Hacia una biométrica multimodal

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Este campo del conocimiento –una variedad de tecnologías de reconocimiento, como lectura de huellas digitales o reconocimiento del iris– se ha ganado una lamentable reputación por haber sido usada casi exclusivamente para controles policiales o aduaneros.

<p>La tecnolog&iacute;a biom&eacute;trica apareci&oacute; hace mucho con grandes promesas y muchas ilusiones pero luego vinieron los desencantos. La evaluaci&oacute;n pertenece a David McIntosh, expresidente de la asociaci&oacute;n brit&aacute;nica de biom&eacute;trica. Aunque admite que las posibilidades son enormes, reconoce que su evoluci&oacute;n ha sido complicada debido en muchos casos, a que todav&iacute;a falta refinamiento tecnol&oacute;gico y a la utilizaci&oacute;n intrusiva que hizo de ella, especialmente el sector privado. <br />
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En Gran Breta&ntilde;a, dice McIntosh, la biom&eacute;trica fue utilizada en forma bastante masiva por organismos oficiales para implementar programas gubernamentales, especialmente en &aacute;reas como control de fronteras o prevenci&oacute;n del crimen: para tramitaci&oacute;n de pasaportes, programas de visados, o para las enormes bases de datos de criminales.<br />
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Esta asociaci&oacute;n entre tecnolog&iacute;a y b&uacute;squeda de criminales no la beneficia. La gente clama por la protecci&oacute;n de sus datos y sus libertades civiles y politiza el uso de la tecnolog&iacute;a. <br />
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Pero de espaldas al p&uacute;blico, los interesados en estas tecnolog&iacute;as siguieron haciendo calladas implementaciones. Will McMeechan, director del European Biometric Forum, dijo a <em>Information Age </em>que &ldquo;hay que hacer algunas cosas calladamente para no llamar la atenci&oacute;n, porque en Gran Breta&ntilde;a, la prensa popular es muy anti-biom&eacute;trica&rdquo;.</p>
<p><strong>&iquest;Qu&eacute; implementaciones? </strong><br />
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Uno de los casinos m&aacute;s grandes del Reino Unido, por ejemplo, hace reconocimiento facial para dar la bienvenida a sus clientes. Y varios bancos usan reconocimiento de voz para autenticar llamadas telef&oacute;nicas.<br />
Si se pudiera generalizar este tipo de usos no amenazantes, como programas de lealtad o puerta para acceder a servicios, la biom&eacute;trica podr&iacute;a desprenderse de la imagen negativa que le adjudicaron la seguridad y vigilancia.<br />
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El inconveniente actual es que para realizar tareas como &eacute;sas, en primer lugar hay que lograr mayor grado de refinamiento. En segundo lugar, admitir que t&eacute;cnicas como reconocimiento de iris, de rostros o de impresiones digitales no siempre son aceptables para implementaciones de acceso y control. Por lo general son intrusivas y requieren un hardware de parte del cliente. Ser&iacute;a preferible, dice por ejemplo, que operara a la distancia o sin el conocimiento o cooperaci&oacute;n del sujeto. O tambi&eacute;n funcionar en la Web o por tel&eacute;fono.<br />
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Lo que ya se sabe es que ninguna tecnolog&iacute;a va a solucionar todos los problemas. Para lograr una aplicaci&oacute;n exitosa habr&aacute; que aplicar una adecuada combinaci&oacute;n de biom&eacute;tricas que elimine el riesgo de la ambig&uuml;edad, opina Andrew Tilbrook del Centro Brit&aacute;nico de Tecnolog&iacute;a de Defensa.<br />
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Por ejemplo, al combinar un lector de pulgares (que tiene margen de error de uno en 10.000) con <em>software</em> de reconocimiento facial y de voz (ambos con margen de error de 1 en 1.000) se obtiene un margen de error de 1 en 10.000 millones. Esta utilizaci&oacute;n de biom&eacute;trica &ldquo;multimodal&rdquo; podr&iacute;a llegar a dominar la aplicaci&oacute;n de la tecnolog&iacute;a.</p>
<table width="500" cellspacing="0" cellpadding="0" border="0" bgcolor="#eeecda">
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<p><font color="#dd5d3f"><strong>Google, una derrota afortunada</strong></font></p>
<p>Google no ten&iacute;a mucho inter&eacute;s en apoderarse de una tajada <em>premium</em> de las ondas radiales de Estados Unidos, pero a una semana de la largada de la subasta oficial de radiofrecuencias, se encontr&oacute; en peligro de ser el ganador del codiciado espectro.<br />
El espectro habr&iacute;a costado US$ 4.700 millones, y habr&iacute;a significado la inversi&oacute;n m&aacute;s grande del motor de b&uacute;squeda. Ganar esa licitaci&oacute;n habr&iacute;a significado meterse de lleno en el negocio inal&aacute;mbrico y habr&iacute;a derrumbado el valor de sus ya castigadas acciones.<br />
Google hizo su oferta en la subasta para honrar una promesa hecha a la comisi&oacute;n Federal de Comunicaciones. El &uacute;ltimo verano, la compa&ntilde;&iacute;a hab&iacute;a prometido ofertar un m&iacute;nimo de US$ 4.600 millones, el precio de reserva, por un conjunto de frecuencias conocidas como el bloque C, siempre que la CFC impusiera ciertas condiciones de &ldquo;apertura&rdquo;. La CFC impuso dos condiciones, que requieren al propietario del espectro abrir su red a aparatos y servicios de terceros.<br />
El principal objetivo de Google, sin embargo, no era ganar sino asegurar que el precio de reserva se pagara para que las condiciones de apertura se hicieran efectivas. Eso asegura que el p&uacute;blico pueda acceder a sus servicios de b&uacute;squeda, e-mail, mapas y dem&aacute;s desde tel&eacute;fonos que operan sobre esas frecuencias. Pero aunque la compa&ntilde;&iacute;a hab&iacute;a accedido a correr el riesgo de ganar, bien pod&iacute;a terminar ganando. Y estuvo cerca.</p>
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</tbody>
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