El restaurante del futuro

Puede ser que el mozo tradicional, el que tomaba el pedido de memoria, deje de existir en el futuro cercano: en los locales gastronómicos del futuro el autoservicio mediado por las maquinas será la norma.

7 septiembre, 2012

<p>En los bares y restaurantes de Buenos Aires cada vez se ve menos: es el t&iacute;pico mozo que no necesita de libretas para tomar los pedidos, que sabe recomendar lo mejor de la casa, que no se siente intimidado por las demandas de un cliente cada vez m&aacute;s apurado. Es un todoterreno, el mozo porte&ntilde;o. Pero tal vez se trate de una especie en peligro de extinci&oacute;n.</p>
<p>Ya en varios establecimientos del mundo se puede comer mirando el men&uacute; a trav&eacute;s de un tel&eacute;fono inteligente, escaneando el c&oacute;digo QR que se encuentra en la mesa y que permite conocer m&aacute;s sobre los platos. En Londres, por ejemplo, llevaron el amor por los gadgets m&aacute;s lejos todav&iacute;a: en vez de men&uacute;es de cart&oacute;n hay pantallas t&aacute;ctiles para ordenar y se puede pedir la cuenta sin chistarle al camarero, a trav&eacute;s de una aplicaci&oacute;n.</p>
<p>Lo peor es que esto es solo el comienzo de una tendencia que pretende cortar la interacci&oacute;n entre los mozos y los clientes. Algunas compa&ntilde;&iacute;as de tecnolog&iacute;a est&aacute;n trabajando para que el futuro gastron&oacute;mico est&eacute; m&aacute;s automatizado y los mozos s&oacute;lo se encarguen de traer la comida a la mesa. Imaginarse un futuro en el que se pueda pedir lo mejor del men&uacute; a trav&eacute;s del tel&eacute;fono o en una tableta del local no deber&iacute;a ser tan dif&iacute;cil. Tambi&eacute;n se podr&aacute; pagar mediante esa tecnolog&iacute;a, desarrollada, entre otros, por Google.</p>
<p>El software para que todo esto ocurra no debe dise&ntilde;arse; ya est&aacute; entre nosotros. La aplicaci&oacute;n de Wagamama, por ejemplo, permite pedir comida de delivery de diferentes lugares y pagar a trav&eacute;s de PayPal. En Argentina Onda Delivery, en C&oacute;rdoba, se encarga de la log&iacute;stica de pedir comida por Internet: el usuario puede hacer el pedido y esperar la confirmaci&oacute;n por tel&eacute;fono de la casa elegida.</p>
<p>&iquest;Por qu&eacute; estas propuestas est&aacute;n ganando popularidad? Porque el negocio de los restaurantes es fan&aacute;tico de adoptar m&eacute;todos que lo ayuden a maximizar sus recursos. Es decir: m&aacute;s mesas disponibles, m&aacute;s r&aacute;pido; menos costos operativos, m&aacute;s automatizaci&oacute;n. Hay estudios que, inclusive, aventuran que el cliente est&aacute; dispuesto a gastar m&aacute;s si se lo deja solo, sin asesoramiento. Si se las pone en control de su propia aventura gastron&oacute;mica, las personas se sienten confiadas de que los restaurantes no los quieren estafar con ofertas o productos de segunda l&iacute;nea.</p>
<p>No todos est&aacute;n seguros de sentirse c&oacute;modos en este nuevo contexto. Especialmente porque achica el mercado laboral y la interacci&oacute;n social. Es una manera de deshumanizar el proceso y erradicar la posibilidad del buen servicio. Se ganar&aacute; en eficiencia y tal vez en rentabilidad pero se perder&aacute; una parte importante de las t&iacute;picas salidas a cenar: ya no existir&aacute;, nunca m&aacute;s, la frase &ldquo;tr&aacute;eme lo de siempre&rdquo;.</p>
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