El mercado del arte, entre recesión y globalización

El mercado del arte está sufriendo los efectos de la recesión que le impuso muchos cambios en la manera de funcionar. Sin embargo, en opinión de dos expertas británicas -- Fiammetta Rocco y Sarah Thornton – la globalización viene en su ayuda. Aquí, una condensación del panorama que trazan.

11 diciembre, 2009

<p>Algo que diferencia a las dos casas de remate es su estructura de propiedad. Sotheby cotiza en bolsa mientras que Christie’s, antes cotizante, fue privatizada en 1999 por su actual propietario, Pinault. Desde entonces su negocio creció notablemente. <br /><br />Sotheby’s, por su parte, todavía sufre la paliza pública que recibió en Estados Unidos hace casi diez años cuando su presidente, Alfred Taubman, y su directora ejecutiva, Diana Brooks, fueron encontrados culpables de conspirar con Christie’s para arreglar comisiones. Taubman cumplió diez meses de una sentencia de un año de prisión; a Brooks le dieron seis meses de arresto domiciliario, una multa de US$ 350.000 y 1.000 horas de trabajo comunitario. Nadie fue acusado en Christie’s, que fueron los que hicieron sonar la alarma sobre la maquinación. <br /><br />En los diez años que pasaron desde el escándalo ambas casas de remates se concentraron en la expansión. Sotheby’s fue la primera en interesarse en Rusia y sigue más grande allí que su rival. Christie’s, que desde hace tiempo es especialmente fuerte en el lejano oriente, ha puesto mucho esfuerzo en China. Aunque a los extranjeros no les está permitido abrir casas de remates allí, Christie’s tiene un acuerdo con la principal rematadora local. Oriente medio es una tentación para ambas. Christie’s tiene remates regulares en Dubai, donde sus ventas de arte y joyas son un éxito. Sotheby’s abrió una oficina en Qatar, importante por su relación con la familia real de Qatar, uno de sus mayores clientes.</p><p>La respuesta de ambas rematadoras a la actual contracción ha sido bastante parecida: recortes de personal, reducción de salarios, recorte de marketing y de presupuesto de viajes, y un edicto diciendo que el lujoso catálogo ya no se distribuirá como bombones.</p><p>Con una base de clientes tan inmensamente expandida, era sólo cuestión de tiempo hasta que ambas rematadoras comenzaran a incursionar en áreas que anteriormente habían sido territorio de los marchantes privados, buscando compradores para vendedores de nuevo arte en lugar de objetos que ya habían estado en el mercado. Sotheby’s demostró ser la más aguerrida de la dos.<br /><br />Ambas pusieron mucho esfuerzo también en aconsejar a los compradores en cómo mejorar sus colecciones. Muchos inversores, nerviosos por la recesión, ofrecen sus tesoros no a las casas de remate sino a marchantes que actúan en privado. <br /> </p>

<p><strong>Arte contemporáneo</strong></p><p>Esta parte del mercado representa casi la mitad del comercio mundial de arte y concita prácticamente todo el entusiasmo.<br />El aumento de la demanda se explica, en parte, por un gran aumento en el número de museos. En los últimos 25 años se construyeron más de 100, no sólo en Estados Unidos y Europa sino en los reinados del Golfo Pérsico y en ciudades asiáticas. Muchas de esas instituciones compran gran cantidad de arte contemporáneo. <br />Paralelamente creció mucho el número de acaudalados coleccionistas privados y también su diversidad. Joseph Lau, por ejemplo, un millonario de Hong Kong, pagó la cifra récord de US$ 17,4 millones por una de las gigantescas caras que Andy Warhol pintó de Mao Tse- tung. Un mes más tarde la familia real de Qatar compró la instalación de Hirst titulada “canción de cuna de primavera” en casi 10 millones de libras esterlinas. Todos quieren una obra emblemática, lo cual ayuda a explicar la demanda global de artistas como Warhol, Jeff Koons y Hirst—y los espectaculares precios que tales obras alcanzan.</p><p><strong>Cómo venderlo</strong></p><p>Uno de los más grandes cambios desde el último pico del mercado en 1989 fue la expansión de las casas de remate y el cambio en la naturaleza del negocio del marchand. Hace 20 años las casas de remate vendían a los marchantes, y ellos vendían a los clientes privados. Hoy muchos coleccionistas son asesorados por los rematadores, tanto en las ventas como privadamente.</p><p>Pero cuando los costos comenzaron a subir también marcaron el comienzo de los problemas para los grandes emporios tradicionales de arte fino. En Londres Christopher Gibbs vendió sus acciones; en París cerró la Galerie Segoura y también Salvatore Romano en Florencia. Ahora muchos marchantes prefieren tomar obras de arte en consignación, acercando compradores a los vendedores por una comisión en lugar de invertir en obras de arte.<br />Casi la mitad del negocio en este mercado, se desarrolla en subastas públicas, con Christie’s y Sotheby’s acaparando la parte del león. Hay casas más pequeñas, como Drouot en París, Bonhams con sede en Londres pero oficinas en varios países, y Doyle en Nueva York. La otra mitad es generada por marchantes privados y galerías que actúan con un notorio sigilo.</p><p>En comparación con el mundo privado. El de las subastas de Sotheby’s y Christie’s parece un modelo de transparencia. Aunque compradores y vendedores rara vez son nombrados, el precio de venta es público. Sin embargo, aún allí hay rincones oscuros. Los principales rematadores ofrecen precios garantizados para convencer a los vendedores de que se separen de sus tesoros, y generosos términos de pago a los compradores.</p><p> </p>

<p>El <em>boom</em> de los precios del arte termin&oacute; el 15 de septiembre de 2008m cuando Sotheby&rsquo;s de Londres vendi&oacute; 56 obras de Damien Hirst en m&aacute;s de 70 millones de libras esterlinas, cifra r&eacute;cord para una venta de un solo artista. Ese mismo d&iacute;a, en Nueva York, Lehman Brothers ped&iacute;a la quiebra.</p>
<p>Los precios hab&iacute;an ido subiendo sostenidamente desde 2003 hasta alcanzar su pico en 2007 y luego comenzar a bajar lentamente hasta 2008. <br />
Despu&eacute;s de aquella venta de Hirst, comprar arte pas&oacute; a ser un gasto de mal gusto, cuando se rescataban bancos y millares de personas perd&iacute;an su empleo. Ese momento signific&oacute; la muerte financiera de mucha gente que invert&iacute;a comprando obras de arte. Las ventas de arte contempor&aacute;neo cayeron dos tercios y las del sector m&aacute;s solicitado &ndash; el arte contempor&aacute;neo chino &ndash; cayeron casi 90% a noviembre 2008. Las dos casas de remate m&aacute;s grandes del mundo, Sotheby&rsquo;s y Christies&rsquo;s, tuvieron que pagar casi US$ 200 millones en garant&iacute;as a clientes que les hab&iacute;an confiado sus obras.</p>
<p>La actual ca&iacute;da es la peor que sufre el arte desde que los japoneses dejaron de comprar impresionistas a finales de 1989. Seg&uacute;n Edward Dolman, director ejecutivo de Christie&rsquo;s, ya estar&iacute;an tocando fondo, lo cual quiere decir que de ahora en m&aacute;s, solo se puede mejorar. Lo que diferencia esta ca&iacute;da de la &uacute;ltima, a&ntilde;ade Dolman, es que hay todav&iacute;a compradores en el mercado, mientras que a principios de los 90, cuando las tasas de inter&eacute;s estaban altas, los coleccionistas quer&iacute;an vender pero no hab&iacute;a demanda. El mayor problema en este momento no es la falta de demanda sino la falta de buenas obras para vender. En realidad no es que no haya &ndash; siempre hay muertes, siempre hay deudas y siempre hay divorcios &ndash; lo que ocurre que todo aquel que no se ve obligado a vender, prefiere esperar a que vuelva la confianza. <br />
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<p>El mercado está, entonces, como conteniendo el aliento hasta que pase este momento. En opinión de las expertas Rocco y Thornton ( que han entrevistado a muchos de los actores) va a volver a recuperarse y la clave de la recuperación está en la globalización, La oferta de las mejores obras de arte siempre será limitada, pero en el largo plazo la demanda va a subir a medida que se expande la riqueza por el mundo.</p><p>El <em>World Wealth Report</em>, publicado por Capgemini y Merrill Lynch, describe los hábitos de gasto de los ricos en todo el mundo. El arte es incluido allí como uno de los tantos elementos de lujo que gustan comprar. Según ese informe, en 2007 hubo más de 10 millones de personas con activos superiores a US$ 1 millón disponibles para inversión. El año pasado ese número cayó a 8,6 millones y muchos millonarios redujeron lo que llaman sus “inversiones en pasiones”: yates, jets, autos, joyas, etc. Pero acá viene lo curioso: la proporción de todo ese gasto en lujo que fue para obras de arte aumentó. La razón es que los inversionistas buscaban activos que mantuvieran su valor en el largo plazo.</p><p>También cambio significativamente la distribución regional de los compradores, pues algunas partes del mundo se volvieron ricas. Aparecieron millonarios de Rusia, India, China y Medio oriente dispuestos a invertir en arte. Hasta el año 2003 los mayores compradores en Sotheby’s provenían de 36 países. Para 2007 eran de 58 países.</p><p>Esa tendencia se mantiene aún hoy y muchos de los nuevos compradores se interesan particularmente en el arte de su propio lugar y momento. El año pasado China superó a Francia y pasó al tercer puesto entre los compradores de arte después de Estados Unidos y Gran Bretaña. La cuarta parte — en términos de valor – de las 100.000 obras de arte vendidas en Christie’s fue para compradores de Rusia, Asia y Oriente medio.</p><p>Aunque en los remates los récords siguen yendo a obras impresionistas y modernas, la mayor expansión de los últimos años ha sido en arte contemporáneo. Los precios de las obras más clásicas siguen subiendo porque hay cada vez más gente con dinero para gastar, pero pocas de esas obras estás disponibles porque coleccionistas y museos se aferran a lo que tienen. Las pinturas de los Viejos Maestros representan, desde hace muchos años, 5% de las ventas de Sotheby’s y Christie’s. De eso no se mueven. En cambio el arte contemporáneo, que a principios de los 80 representaba menos de 10% de los ingresos de Sotheby’s, para el año pasado había crecido a casi 30% de unos ingresos mucho mayores. Los marchantes y las casas de remates ahora venden mucho más arte de la post guerra y contemporáneo.</p><p> </p>

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