El futuro de los libros

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Con libros digitalizados ¿cómo va a leer la gente? A medida que se digitalizan más libros, surgen nuevos interrogantes, filosóficos y comerciales. ¿De qué manera vamos a leer libros en el futuro? ¿La tecnología los va a desencuadernar, como hizo con los álbumes de música? ¿Cambiarán los hábitos de lectura?

<p>&iquest;Qui&eacute;n va a leer los millones de p&aacute;ginas que Google y sus colegas est&aacute;n digitalizando? Algunos los leer&aacute;n en pantalla, otros usar&aacute;n Google para probar libros que luego comprar&aacute;n en papel o sacar&aacute;n de la biblioteca y otros m&aacute;s lo usar&aacute;n para buscar pedacitos que les interesan. <br />
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Los mayores cambios se ver&aacute;n en algo nuevo en que se va a convertir el libro. Y aqu&iacute; Internet podr&iacute;a ser para algunos g&eacute;neros de literatura lo que YouTube ha sido para el video. Para los m&aacute;s j&oacute;venes, el &aacute;lbum musical est&aacute; muerto. . Ha sido reemplazado por listas de temas individuales destinados a ser compartidos entre amigos. <br />
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En el terreno de los libros esto ya ocurri&oacute; con las enciclopedias. Wikipedia, que es gratis, de colaboraci&oacute;n y online, se ha comido las ventas de las alternativas en papel. As&iacute;, los libros que la gente no lee en su totalidad, o que requieren actualizaciones frecuentes, emigran a la web y tal vez dejen de ser libros completamente. Las gu&iacute;as telef&oacute;nicas y los diccionarios, y probablemente los libros de cocina y los de texto, todos caen en esta categor&iacute;a. <br />
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Con los libros que no son ficci&oacute;n la situaci&oacute;n es m&aacute;s compleja. Muchos de estos libros expresan una idea intelectual. Tradicionalmente, la &uacute;nica forma de transmitir esa idea de manera rentable implicaba encuadernarla en un libro de 300 p&aacute;tinas, dijo a The Economist Seth Godin, autor de ocho libros de marketing. &quot;Si uno ten&iacute;a una idea de 50 p&aacute;ginas, era imposible sacarle dinero&rdquo;, dice, &ldquo;de modo que muchos libros de no ficci&oacute;n terminan en los estantes con 250 p&aacute;ginas no le&iacute;das. Liberarnos de semejantes rigideces podr&iacute;a ahorrar mucho tiempo de redacci&oacute;n.&rdquo;<br />
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Los libros de no ficci&oacute;n tambi&eacute;n se pueden beneficiar con otro cambio que viene con la digitalizaci&oacute;n. Como las p&aacute;ginas web, los libros digitalizados pueden tener hiperv&iacute;nculos de entrada y de salida. Por ahora los v&iacute;nculos en books.google.com s&oacute;lo remiten a libros enteros. Pero en el futuro, llevar&aacute;n a frases espec&iacute;ficas, o palabras dentro de los libros. Las notas al pie, las citas y las bibliograf&iacute;as son puntos obvios para v&iacute;nculos vivos. <br />
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<p>Esto tiene varios beneficios. Ayudará la investigación académica, porque vuelve las fuentes mucho más accesibles. Y reducirá la búsqueda en bibliotecas académicas, con su necesidad de anotar la ubicación de cada libro, sacarlo del estante, hacer cola en la fotocopiadora – al mínimo esfuerzo de un clic con el ratón. <br />
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Esos vínculos también hacen que los libros sean mucho más fáciles de descubrir, con ayuda de los motores de búsqueda. A medida que se vayan desarrollando estructuras de vínculos alrededor de los libros, los algoritmos de búsqueda pueden contar los vínculos entrantes como “votos”, dando más peso a los vínculos entrantes desde lugares muy citados y menos a los más oscuros. <br />
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¿Qué ocurre con todos los géneros de libros que llenan una necesidad humana diferente? Ciertamente, algunos tipos de ficción – novelas– también podrían migrar hacia la web y dejar de ser libros. Muchos fanáticos de la fantasía, por ejemplo, ya han hecho a un lado los libros y se han logueado a “mundos virtuales, donde los héroes y heroínas se juntan para matar dragones y demás. La ciencia ficción puede andar el mismo camino. <br />
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Pero la mayoría de las historias nunca encontrarán un medio mejor que la novela encuadernada. Esto es porque los lectores inmersos en una historia quieren, por encima de todo, que no se los interrumpa, y todos los medios online están plagados de distracciones (hasta un hipervínculo es una interrupción). La gente no lee ficción para cumplir con una tarea en determinado plazo, como lee libros de referencia o libros de texto. El acceso libre a diccionarios y libros de cocina puede ser útil, pero no a novelas. <br />
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¿Y què ocurre con cuentos cortos y poemas? Al ser cortos, se acomodan a los nuevos medios, de modo que algunos pueden andar bien online y no hace falta encuadernarlos en papel. La gente que diariamente viaja a su trabajo podrían recibir su soneto diario en su teléfono móvil mientras está en el colectivo. También podrían usar los nuevos medios para disfrutar de la poesía de una forma más tradicional. “El relato de cuentos comenzó como una práctica oral”, dice Adam Smith, jefe del proyecto libros de Google, de modo que una reversión parcial a esa forma, a través de podcasting, sería natural. <br />
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Pero es probable que ni siguiera las antologías de cuentos cortos y poemas, como las novelas largas, lleguen a desaparecer. La gente quiere seguir leyendo en la cama, en la bañera y en la playa, tranquilamente y sin apuro. Los libros son, en palabras de Godin, “una especie de souvenir de la forma en que la gente se sintió que los leyó. Eso es algo que la gente muy probablemente seguirá comprando.</p>

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