sábado, 7 de diciembre de 2024

El clima del mundo, condenado a calentarse

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Aunque se detuvieran hoy las emisiones de gases de invernadero, dice un estudio, la temperatura global seguiría subiendo debido a la “inercia térmica”: el agua en los océanos se calienta y se enfría más lentamente que el aire por su mayor densidad.

La mejor manera de reducir las emisiones
de gases de invernadero es tema de un acalorado debate. Pero una nueva investigación
sugiere que el simple hecho de detenerlas no alcanza para desacelerar el cambio
climático porque el océano responde muy lentamente a las perturbaciones.
Los resultados del estudio, publicados esta semana en el periódico científico
Science, indican que aun si los niveles de gases de invernadero se hubieran estabilizado
hace cinco años, las temperaturas del globo igualmente subirían
cerca de medio grado para final del siglo y el nivel del mar se elevaría
unos 11 centímetros.

El estudio estuvo encabezado por Gerald Meehl del National Center for Atmospheric
Research
(NCAR) de Boulder, Colorado, Estados Unidos. En opinión del
investigador, "mucha gente no termina de entender que el calentamiento atmosférico
y la elevación del nivel del mar se deben a los gases de invernadero que
ya pusimos en la atmósfera. Cuanto más demoremos en atacar este
problema, más cambiará el clima en el futuro". Meehl y su equipo
elaboraron dos modelos climáticos que conectan los principales componentes
del clima del planeta e incorporan sus interacciones. Luego analizaron escenarios
donde los gases de invernadero continúan acumulándose en la atmósfera
a ritmo lento, mediano y rápido. En el de ritmo rápido de acumulación
el modelo arrojó resultados que incluían un aumento de 3,5°
(grados centígrados) en las temperaturas globales y una elevación
de 30 centímetros en el nivel del mar global.

Pero también descubrieron que aunque no hubiera una contribución
adicional de estos gases, la temperatura global seguiría subiendo debido
a una característica conocida como inercia térmica. El agua en los
océanos se calienta y se enfría más lentamente que el aire
por su mayor densidad, lo cual conduce a una respuesta más lenta. Además,
el dióxido de carbono y otros gases de invernadero tienen una vida atmosférica
larga y pueden afectar las temperaturas durante años después de
haber sido introducidos a la atmósfera. La conclusión del estudio
es que “aunque hoy mismo se estabilizaran las concentraciones de gases, los
cambios futuros en el clima de la tierra serán más grandes de los
que ya hemos visto".

La mejor manera de reducir las emisiones
de gases de invernadero es tema de un acalorado debate. Pero una nueva investigación
sugiere que el simple hecho de detenerlas no alcanza para desacelerar el cambio
climático porque el océano responde muy lentamente a las perturbaciones.
Los resultados del estudio, publicados esta semana en el periódico científico
Science, indican que aun si los niveles de gases de invernadero se hubieran estabilizado
hace cinco años, las temperaturas del globo igualmente subirían
cerca de medio grado para final del siglo y el nivel del mar se elevaría
unos 11 centímetros.

El estudio estuvo encabezado por Gerald Meehl del National Center for Atmospheric
Research
(NCAR) de Boulder, Colorado, Estados Unidos. En opinión del
investigador, "mucha gente no termina de entender que el calentamiento atmosférico
y la elevación del nivel del mar se deben a los gases de invernadero que
ya pusimos en la atmósfera. Cuanto más demoremos en atacar este
problema, más cambiará el clima en el futuro". Meehl y su equipo
elaboraron dos modelos climáticos que conectan los principales componentes
del clima del planeta e incorporan sus interacciones. Luego analizaron escenarios
donde los gases de invernadero continúan acumulándose en la atmósfera
a ritmo lento, mediano y rápido. En el de ritmo rápido de acumulación
el modelo arrojó resultados que incluían un aumento de 3,5°
(grados centígrados) en las temperaturas globales y una elevación
de 30 centímetros en el nivel del mar global.

Pero también descubrieron que aunque no hubiera una contribución
adicional de estos gases, la temperatura global seguiría subiendo debido
a una característica conocida como inercia térmica. El agua en los
océanos se calienta y se enfría más lentamente que el aire
por su mayor densidad, lo cual conduce a una respuesta más lenta. Además,
el dióxido de carbono y otros gases de invernadero tienen una vida atmosférica
larga y pueden afectar las temperaturas durante años después de
haber sido introducidos a la atmósfera. La conclusión del estudio
es que “aunque hoy mismo se estabilizaran las concentraciones de gases, los
cambios futuros en el clima de la tierra serán más grandes de los
que ya hemos visto".

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