Diabetes: cuatro drogas con potencial médico y bursátil

Surgen cuatro nuevos compuestos, centrados en el tipo 2. Por supuesto, no revierten los efectos de un mal que afecta a unos veinte millones de personas sólo en Estados Unidos. Pero abren nuevos caminos.

24 junio, 2006

Dado que se vincula con obesidad y falta de actividad física, los especialistas advierten que, por ahora, la diabetes continuará siendo una enfermedad de avance paulatino, con complicaciones devastadoras. Sin embargo, las nuevas drogas son aportes relevantes al arsenal de terapias, pues actúan en forma muy diferente a la de medicamentos existentes y en general tienen efectos colaterales benignos. De paso, pueden tornar los especialistas en anacronismos.

Con el mercado anual de tratamientos en vías de pasar de US$ 15.000 millones ahora a 25.000 millones hacia 2011 (+66,7%), las farmoquímicas están invirtiendo a gran ritmo. Datos expuestos en la última conferencia anual de la American Diabetes Association (ADA), días atrás, señalan que ya se han logrado algunos éxitos.

Uno de los nuevos específicos, Byetta (inyectable) está ya en plaza. Otro, Exubera –insulina inhalable-, llegará a las farmacias estadounidenses en julio. Los restantes, Galvus y Januvia (píldoras), esperan ser autorizados por la administración federal de alimentos y drogas (FDA) a principios de 2007.

“Hay motivos de optimismo” cree el doctor John Buse, universidad de Norcarolina. “Disponemos ahora de compuestos capaces de controlar la diabetes 2 en 90% de pacientes”. Byetta, presentada en junio de 2005 por Amytin Pharmaceuticals y Eli Lilly, causa notable pérdida de peso en muchos enfermos tratados, a la inversa de casi todas las terapias existentes, que suelen producir aumentos de peso. Por otra parte, estudios en animales sugieren que podría permitir al páncreas reconstituir células insulinógenas, proceso crucial para frenar la diabetes.

Los analistas bursátiles se entusiasman ante las perpectivas comerciales y financieras de los cuatro medicamentos. Anticipan para cada uno ventas mundiales por mil millones al año. Pero sus costos pueden alcanzar US$ 1.500/2.000 anuales por paciente, bastante más que las terapias actuales.

Los enfermos de diabetes tipo 2 pierden gradualmente la capacidad natural de general insulina, una hormona segregada por el páncreas que controla niveles de azúcar en la sangre. En el proceso, sus organismos se hacen más resistentes a la insulina que producen y, en las últimas etapas, surgen complicaciones como ceguera y amputaciones. Las actuales drogas actúan disminuyendo el azúcar en el torrente sanguíneo, sea sensibilizando el cuerpo a la insulina, sea haciendo que el páncreas genere más. Pero, con el tiempo, las terapias convencionales tienden a perder efectividad. Por eso los nuevos específicos resultan tan atractivos.

Galvus, de la suiza Novartis, y Januvia –Merck norteamericana- elevan el nivel de una hormona natural que se libera vía estómago e intestinos durante la comida. Esta hormona, llamada GLP-1, estimula en el páncreas mayor generación de insulina y, simultáneamente, boquea la producción de azúcar por vías hepática.

“Son otra clase de compuestos y serán de mucha ayuda”, sostiene el doctro Joel Zonszein, jefe de clínica diabética en el centro médico Montefiore (Bronx). En otros tiempos, este profesional era vocero de Merck, pero hoy afirma estar libre de compromisos.

Dados sus efectos colaterales benignos, Galvus y Januvia probablemente sean administrados junto con un grupo de compuestos existentes –llamado sulfoinilureas-, como segunda o tercera terapia. Las sulfonilureas hacen subir de peso. También presuponen alto riesgo de hipoglucemia, es decir bajo nivel de azúcar en la sangre, una condiciones potencialmente peligrosa que suele darse cuando los niveles de insulina suben demasiado rápido.

La cuarta novedad es Exubera, insulina inhalable de Pfizer, que la FDA y entró al mercado este mes. Insulina, tratamiento común para la diabetes desde los años 20, sigue siendo el método más potente para controlar el azúcar en la sangre y hoy lo emplean unos cinco millones de norteamericanos. Pero, hasta ahora, sólo venía en forma inyectable. De ahí que, según Pfizer, Exubera será adoptado por quienes no sean proclives a autoinyectarse. Algunos expertos sostienen que sus ventajas y se ha demostrado que la droga reduce levemente la capacidad respiratoria.

Eli Lilly y Amylin, que fabrican juntamente Byetta, no hacen publicidad orientada a la gente y prefieren un marketing dirigido a profesionales. No obstante, cerca de 200.000 persona toman Byetta, señalan las empresas, y se calculan ventas próximas a los US$ 400 millones este año. Mientras, ambas compañías ensayan una versión que requerirá sólo una inyección por semana, no ya una cada día. Si lo aprueban, ese compuesto –llamado exenatida LAR- podrá llegar fácilmente a mil millones en ventas anuales.

Dado que se vincula con obesidad y falta de actividad física, los especialistas advierten que, por ahora, la diabetes continuará siendo una enfermedad de avance paulatino, con complicaciones devastadoras. Sin embargo, las nuevas drogas son aportes relevantes al arsenal de terapias, pues actúan en forma muy diferente a la de medicamentos existentes y en general tienen efectos colaterales benignos. De paso, pueden tornar los especialistas en anacronismos.

Con el mercado anual de tratamientos en vías de pasar de US$ 15.000 millones ahora a 25.000 millones hacia 2011 (+66,7%), las farmoquímicas están invirtiendo a gran ritmo. Datos expuestos en la última conferencia anual de la American Diabetes Association (ADA), días atrás, señalan que ya se han logrado algunos éxitos.

Uno de los nuevos específicos, Byetta (inyectable) está ya en plaza. Otro, Exubera –insulina inhalable-, llegará a las farmacias estadounidenses en julio. Los restantes, Galvus y Januvia (píldoras), esperan ser autorizados por la administración federal de alimentos y drogas (FDA) a principios de 2007.

“Hay motivos de optimismo” cree el doctor John Buse, universidad de Norcarolina. “Disponemos ahora de compuestos capaces de controlar la diabetes 2 en 90% de pacientes”. Byetta, presentada en junio de 2005 por Amytin Pharmaceuticals y Eli Lilly, causa notable pérdida de peso en muchos enfermos tratados, a la inversa de casi todas las terapias existentes, que suelen producir aumentos de peso. Por otra parte, estudios en animales sugieren que podría permitir al páncreas reconstituir células insulinógenas, proceso crucial para frenar la diabetes.

Los analistas bursátiles se entusiasman ante las perpectivas comerciales y financieras de los cuatro medicamentos. Anticipan para cada uno ventas mundiales por mil millones al año. Pero sus costos pueden alcanzar US$ 1.500/2.000 anuales por paciente, bastante más que las terapias actuales.

Los enfermos de diabetes tipo 2 pierden gradualmente la capacidad natural de general insulina, una hormona segregada por el páncreas que controla niveles de azúcar en la sangre. En el proceso, sus organismos se hacen más resistentes a la insulina que producen y, en las últimas etapas, surgen complicaciones como ceguera y amputaciones. Las actuales drogas actúan disminuyendo el azúcar en el torrente sanguíneo, sea sensibilizando el cuerpo a la insulina, sea haciendo que el páncreas genere más. Pero, con el tiempo, las terapias convencionales tienden a perder efectividad. Por eso los nuevos específicos resultan tan atractivos.

Galvus, de la suiza Novartis, y Januvia –Merck norteamericana- elevan el nivel de una hormona natural que se libera vía estómago e intestinos durante la comida. Esta hormona, llamada GLP-1, estimula en el páncreas mayor generación de insulina y, simultáneamente, boquea la producción de azúcar por vías hepática.

“Son otra clase de compuestos y serán de mucha ayuda”, sostiene el doctro Joel Zonszein, jefe de clínica diabética en el centro médico Montefiore (Bronx). En otros tiempos, este profesional era vocero de Merck, pero hoy afirma estar libre de compromisos.

Dados sus efectos colaterales benignos, Galvus y Januvia probablemente sean administrados junto con un grupo de compuestos existentes –llamado sulfoinilureas-, como segunda o tercera terapia. Las sulfonilureas hacen subir de peso. También presuponen alto riesgo de hipoglucemia, es decir bajo nivel de azúcar en la sangre, una condiciones potencialmente peligrosa que suele darse cuando los niveles de insulina suben demasiado rápido.

La cuarta novedad es Exubera, insulina inhalable de Pfizer, que la FDA y entró al mercado este mes. Insulina, tratamiento común para la diabetes desde los años 20, sigue siendo el método más potente para controlar el azúcar en la sangre y hoy lo emplean unos cinco millones de norteamericanos. Pero, hasta ahora, sólo venía en forma inyectable. De ahí que, según Pfizer, Exubera será adoptado por quienes no sean proclives a autoinyectarse. Algunos expertos sostienen que sus ventajas y se ha demostrado que la droga reduce levemente la capacidad respiratoria.

Eli Lilly y Amylin, que fabrican juntamente Byetta, no hacen publicidad orientada a la gente y prefieren un marketing dirigido a profesionales. No obstante, cerca de 200.000 persona toman Byetta, señalan las empresas, y se calculan ventas próximas a los US$ 400 millones este año. Mientras, ambas compañías ensayan una versión que requerirá sólo una inyección por semana, no ya una cada día. Si lo aprueban, ese compuesto –llamado exenatida LAR- podrá llegar fácilmente a mil millones en ventas anuales.

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