¿Cuán saludable será el próximo hogar?

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La calidad del aire y del agua, los niveles de iluminación, los materiales de construcción y factores similares pueden tener un gran impacto en la salud de los ocupantes de una vivienda.

IWBI, la organización detrás de WELL Building Standard, un sistema de certificación de salud ampliamente utilizado para edificios de oficinas, se está diversificando hacia viviendas de familia.

Teniendo en cuenta que las personas pasan gran parte de su tiempo en sus casas y apartamentos (gracias al trabajo remoto e híbrido) es fundamental que los hogares sean espacios saludables.

IWBI cree que el sistema de certificación de salud tiene que extenderse a las viviendas porque la búsqueda de salud “es una prioridad”, principalmente en lo referente a la calidad del aire. Otro aspecto es la relación entre equidad, acústica y el sonido. A menudo, las viviendas de bajos ingresos y las viviendas de ingresos medios tienen casos masivos de intrusión de ruido y una construcción muy deficiente, y eso puede desde afectar el sueño a generar una mayor incidencia de enfermedades cardíacas.

Una vez que una nueva vivienda está en funcionamiento, los constructores de viviendas pueden solicitar que se califiquen sus proyectos de acuerdo con la certificación y luego usar su puntaje como un punto de marketing para atraer compradores, como lo explica el comentario de la consultora Trendsity.

Qué mirar: los compradores de viviendas están cada vez más interesados ​​en características orientadas a la salud, en parte debido a su experiencia con el COVID-19.

Mensaje para los negocios: si las personas piensan en el bienestar y la salud de forma cada vez más integral, ¿Qué servicios y productos están apuntando a pensar y mejorar más dimensiones de la vida cotidiana?

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