Como evitar el asiento del medio en un avión

Es cierto que viajar en avión no es un privilegio del que goza todo el mundo. Pero también lo es que los aviones son grandes dormitorios colectivos donde el lugar que uno ocupa define si las horas que pasamos allí dentro se disfrutan o se sufren.

12 mayo, 2016

No hay peor formar de comenzar un viaje de trabajo o de placer que quedar atrapado en el asiento del medio de la columna central. Los asientos de los aviones se redujeron. Estar entre dos personas significa estar chocando codos y brazos todo el tiempo. Ni hablar de cuando hay que levantarse para estirar un poco las piernas o para ir a lavabo. Los asientos de los aviones se han encogido de 18 pulgadas en los años 2000 a 16,5 pulgadas. Eso significa que el espacio adicional que se obtiene para las piernas  sentándose en un asiento de pasillo  o la privacidad adicional que se logra con uno en ventanilla adquieren un valor mayor.

Si llegas al aeropuerto y descubres que la aerolínea te ha colocado en un asiento del medio, no desesperes: todavía hay formas de cambiar asientos, dice la especialista Martha White. Ella habló con viajeros frecuentes para descubrir las estrategias más eficaces para evitar el asiento del medio. Aquí están las tres principales.

  1. Evitar los horarios en que viaja más gente. Hoy es más difícil elegir un asiento bueno sin que lo cobren un disparate.  Varias aerolíneas ya no dejan que los pasajeros elijan sus asientos con anterioridad  sin pagar un adicional  o elegir una clase un poco mejor que la económica básica. Si uno no quiere gastar más dinero  pero tampoco quiere caer en el del medio tendrá que reservar el vuelo en horarios no pico: a la mañana temprano, a la noche tarde o en martes, miércoles y sábados.
  2. Estar dispuesto a negociar. Pero si nos han encajado el del medio, lo que queda es tratar de convencer a algunas de las personas de al lado de que nos cambie el asiento. White dice que algunas personas intentan  convencer a sus compañeros de viaje con dinero o una bebida. Una ética dudosa con  resultado incierto.
  3. Inventar una excusa creíble. Si uno ha tratado de convencer al vecino sin resultado, se puede recurrir a la tripulación. Las autoridades de varias aerolíneas han dado una larga lista de excusas que da la gente  para explicar por qué no se pueden sentar en el medio: claustrofobia, ansiedad durante los vuelos, una de las más efectivas es la de problemas gastrointestinales que obligan a levantarse varias veces para ir al baño. Nunca se sabe si son verdades o mentiras, pero lo más probable es que sea ansiedad  provocada por el encierro imaginario.
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