<p>Tasas de crecimiento del 0.5% anual. Eso es éxito para algunas aldeas pequeñas de China en lo que a crecimiento poblacional se refiere. El pueblo de Xiaotun, por ejemplo, vio aumentada su población de 1871 en sólo diez personas en el último año. Nadie puede disputar con esas cifras, pero sí con los métodos: las esterilizaciones son cada vez más comunes y los abortos forzados por las autoridades, también.</p>
<p>De hecho, hay pueblos que tienen un control estricto de los números. En el Centro de Planificación Familiar de Xiaotun están registrados los números de las mujeres casadas en edad reproductiva que tienen uno, dos o más hijos. También allí aparecen listadas las medidas anticonceptivas que usan cada una de ellas. Sólo cuatro de 228 mujeres con dos hijos o más usan anticonceptivos orales o de barrera. El resto, 224, fueron esterilizadas. Un número elevado que deja margen para la sospecha.</p>
<p>El gobierno chino no niega que exista cierto nivel de intromisión. De hecho admite que las mujeres son revisadas en los pueblos cada mes. Si están embarazadas con un segundo hijo las autoridades sugieren un aborto. Sin embargo, reportes de otras provincias chinas sugieren métodos un poco más siniestros.</p>
<p>En la provincia de Shangong una mujer murió después de que oficiales invadiesen su hogar y la obligasen a realizarse un aborto en su séptimo mes de embarazo. Era su tercer hijo, un número que no agrada a las autoridades chinas. La operación fracasó y las autoridades tardaron en comunicar el fallecimiento a su familia. Del paradero del feto tampoco tuvieron noticias.</p>
<p>Pero comienzan a alzarse voces en contra de los métodos autoritarios del gobierno para garantizar la planificación familiar. Lo curioso es que en vez de castigar a aquellos que fuerzan a las mujeres a someterse a estas prácticas, el Estado castiga a quienes se animan a defenderlas. El activista y abogado Chen Guangcheng fue encarcelado por alertar al ministro de salud sobre los secuestros de bebés y abortos realizados por los empleados del centro de planificación familiar. Fue liberado después de tres años y muchos de sus visitantes- entre los que se encontraban abogados y periodistas- reportaron haber sido golpeados por matones pagados por el gobierno.</p>
<p>Esta coerción ha llevado a prominentes figuras de la academia y la cultura que antes apoyaban el proyecto a manifestarse en contra de estas estrategias de planificación familiar. Muchos empiezan a pensar que no son necesarias estas fuertes medidas para alcanzar buenos resultados: Tailandia ha reducido su tasa de natalidad en el mismo periodo sin recurrir a la violencia. Entendieron que estas decisiones están dentro del ámbito privado y son decisiones que le corresponden a las familias y no al Estado.</p>
China: una planificación familiar forzada
El viejo modelo de planificación familiar que China impuso hace una década es reforzado con esterilizaciones y abortos forzados. Inclusive aquellos que defendían el plan original comienzan a alzar su voz en contra de estas violaciones a los derechos humanos.