11 hábitos de la gente verdaderamente valiente

Hasta los más valientes tienen miedo. Sólo han encontrado algo que les importa más que el miedo.

8 junio, 2016

Debemos comprometernos a ser más valientes en nuestra vida personal y profesional. Cuando escuchamos la palabra coraje por lo general pensamos en valentía física, pero hay muchas otras formas de valentía. Porque valentía no quiere decir ausencia de miedo, quiere decir triunfo sobre el miedo.
Por eso es que la valentía es un factor de éxito en las empresas y en los emprendimientos. Correr un riesgo cuando otros no lo hacen, seguir tras una visión cuando eso en lo que crees no es compartido por los demás o hacer lo correcto cuando existen opciones más fáciles. Todas esas son formas de valentía. Miremos esta lista para ver cuántas se pueden aplicar a tu accionar y cuántas deberías trabajar para incorporarlas en el futuro.

1. Eres lo suficientemente valiente como para creer en lo increíble.
Mucha gente trata de lograr lo lograble, Por eso es que muchas metas u objetivos en la vida son incrementales en lugar de masivos o incluso inconcebibles. Lo incremental es seguro. Lo creíble es seguro. ¿Por qué? Porque hay menos posibilidad de no conseguirlo. O de fracasar. Menos probable que pierdas credibilidad y autoridad. Alguna gente espera más de sí misma y de los demás. Pero no se detienen allí. También muestran cómo llevar a ese lugar. Y te arrastran en lo que termina siendo un viaje increíble.

2. Eres lo suficientemente valiente como para ser paciente.
Cuando las cosas salen mal, abandonar o hacer un cambio suele ser la forma más fácil de evadirse. Hace falta más coraje para ser paciente, para creer en ti mismo o para mostrar a la gente que crees en ella. Mostrar paciencia en los demás también demuestra interés. Cuando muestras que realmente quieres y te preocupas por los que tienes a tu alrededor, incluso cuando piden a gritos un cambio, ellos mismos pueden encontrar formas de hacer las cosas que sorprenderán a todos incluso a ellos mismos.

3. Eres lo suficientemente valiente como para decir que “no”.
Tal vez no tengas coraje para decir que no a US$ 3.000 millones, pero ¿tendrías el coraje para decir que no a pedidos de favores poco usuales, o exigencias poco razonables sobre tu tiempo, o a personas que sólo se preocupan por sus propios intereses? Decir que sí es una opción fácil. Decir no, cuando saber que más tarde te arrepentirás de haber dicho que sí es mucho más difícil, pero a menudo es lo mejor no solo para ti sino para la otra persona. y no.

4. Eres lo suficientemente valiente para adoptar una posición impopular.
Mucha gente busca destacarse de un modo superficial: ropa, intereses, muestras públicas de apoyo a iniciativas populares. Son ostentosos con el ruido, no con la nuez. Hace falta coraje para adoptar una posición impopular. Y hace falta coraje para arriesgarse por algo en lo que uno cree posible aunque los demás no, y con el ejemplo podemos inspirar a otros a arriesgarse para lograr lo que creen imposible.

5. Eres lo suficientemente valiente como para pedir ayuda.
Nadie hace nada de valor por sí solo. Las personas más brillantes, visionarias, fabulosamente talentosas logran sus éxitos mediante un esfuerzo colectivo. Con todo, hace falta coraje para decir con sinceridad y humildad “¿Me puedes ayudar?” Pedir ayuda muestra vulnerabilidad. Pero también muestra respeto y disposición a escuchar. Y esas son cualidades que poseen los grandes líderes. Tal vez por eso haya tan pocos grandes líderes.

6. Eres lo suficientemente valiente como para demostrar verdadera emoción.
Actuar profesionalmente es bastante fácil. Actuar profesionalmente mientras nos mantenemos abiertamente humanos requiere coraje la disposición a mostrar entusiasmo sincero, apreciación sincera, decepción sincera, no sólo en los otros sino también en uno mismo. Hace falta coraje para celebrar abiertamente, empatizar abiertamente y preocuparse abiertamente. Es difícil ser profesional y seguir siendo persona.

7. Eres lo suficientemente valiente como para perdonar.
Cuando un empleado comete un error – especialmente un error grande – es fácil ver a ese empleado para siempre con la lente de ese error. Pero un error, o una debilidad o una falla es apenas una parte de una persona. Es fácil despedir, castigar, resentir; es mucho más difícil dar un paso atrás, apartar un error y pensar en todo ese ser humano. Hace falta coraje para olvidar errores y tratar a un empleado, a un colega o a un amigo como una persona entera y no como un simple recordatorio viviente de un error, no importa cuán grave haya sido la equivocación .Perdonar puede ser divino, pero olvidar puede ser más divino.

8. Eres lo suficientemente valiente como para mantenerte en lo tuyo.
Es fácil tener ideas. Es mucho más difícil mantenerlas frente a repetidos fracasos. Es increíblemente difícil mantener el curso cuando todos los demás sienten que deberías abandonar. Todos los días nos asalta la duda, la incertidumbre y el fracaso hace que la gente abandone. Hace falta coraje para hacer frente al temor de lo desconocido y al temor al fracaso. ¿Pero cuántas ideas podrían salir bien si confiarías en tu propio criterio, en tus instintos y en tu disposición a superar todos los obstáculos?

9. Eres lo suficientemente valiente como para liderar por el permiso.
Todo jefe tiene un título. En teoría el título confiere el derecho de dirigir, tomar decisiones, organizar, dar instrucciones e imponer disciplina. El líder verdaderamente valiente se olvida del título y conduce haciendo que la gente sienta que trabaja con esa persona y no para esa persona. Hace falta coraje para no apoyarse en el título y en cambio ganarse el respeto, y, al ganar ese respeto, ganarse también el permiso para liderar.

10. Eres lo suficientemente valiente como para triunfar por sobre los demás.
Los grandes equipos están compuestos por gente que sabe lo suyo, que deja a un lado metas personales, que voluntariamente se ayuda una a la otra y que valora el éxito del equipo por sobre todas las cosas. Los grandes equipos empresariales ganan porque sus miembros más talentosos están dispuestos a sacrificarse para que otros triunfen y sean felices. Hace falta coraje para responder esta pregunta: “¿Puedes aceptar que tu felicidad vendrá del éxito de otros? Con un decidido sí?”. Las recompensa lo vale.

11. Eres lo suficientemente saliente compara decir que lo sientes.
Todos cometemos errores y todos tenemos cosas por las cuales nos tenemos que justificar. Palabras, acciones, omisiones, no dar un paso al frente, no mostrar apoyo. Hace falta coraje para decir “lo siento”!.

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