Molina: los porqués y cómos del FIFAgate

Convertido en gran negocio multinacional, el fútbol generó una maquinaria multiplicadora de dinero y de prácticas corruptas, al amparo de la pasión global que genera, según el experto en marketing deportivo Gerardo Molina.

10 junio, 2015

Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Relaciones Públicas, especializado en marketing y publicista, además de conferencista internacional en marketing deportivo y branding (el proceso de hacer y construir una marca), este editor de 10 libros sobre marketing deportivo, el Ceo de Euromericas Sport Marketing explicó el proceso que desembocó en la megainvestigación en torno de la FIFA y las alternativas que se presentan a futuro.

 

-¿Qué se descubrió en el “FIFAgate”?

-Es necesario aclarar que la FIFA es una organización sin fines de lucro, es decir una ONG, cuya finalidad es preservar, desarrollar y hacer expandir el fútbol en el mundo entero, en los cinco continentes, sin distinción alguna de raza, religión o política de los países. Como tal, la FIFA está siendo investigada por la forma en la que se administraron sus fondos y el destino que se les dio. Puntalmente si se utilizaron de manera ilícita. Hay sospechas de pagos de sobornos a funcionarios, empresarios y políticos.

Por el gran crecimiento de la FIFA, siempre estuvo en la mira de los negocios deportivos. Joao Havelange, su anterior presidente, transformó la institución cuando consiguió múltiples auspiciantes y les dio un valor real a los derechos televisivos. Así, la FIFA pudo sumar más torneos, con programas de desarrollo y un ascenso político y cultural enorme del fútbol, dejando que la FIFA pasara de ser una ONG a una multinacional de nivel planetario.

 

-¿Por qué surge esto ahora y no antes o después?

-El Mundial de Brasil y la asignación de las dos nuevas sedes han sido el factor desencadenante principal. De acuerdo con los balances oficiales, la recaudación ascendió a 1987 millones de dólares netos, si se suman los ingresos generados entre 2012 y 2013 por derechos televisivos vendidos, hay que sumar 345 millones en derechos de hospitalidad y licencias vendidas a las empresas patrocinantes.

Según cálculos realizados por Euromericas Sport Marketing, el monto final recaudado por el Mundial de Brasil ascendió a 6300 millones de dólares, superando los 3600 millones de dólares que logró la FIFA entre 2009 y 2010 por el Mundial de Sudáfrica.

Pero además, los números que obtiene la entidad son realmente asombrosos. El 95% de los ingresos que produce un evento queda en la FIFA, mientras que el 5% restante es para el país anfitrión. Una iniciativa legal que se votó en junio de 2012, insta a no tributar las ganancias en el país sede, por lo que la FIFA no pagó un solo beneficio por las ganancias obtenidas de Brasil 2014 ni lo hará en los próximos torneos.

 

-¿Por qué creés que se destapó todo? ¿Cuál fue la gota que rebalsó el vaso? ¿Qué rol cumplen Estados Unidos y el FBI?

-Chuck Blazer admitió que recibió sobornos para la elección de las sedes de Francia 1998 y Sudáfrica 2010. Confesó los delitos cuando se declaró culpable de corrupción en noviembre de 2013, lo que dio inicio a la investigación del FBI y terminó imputando, por el mismo delito, a nueve miembros actuales y pasados de la FIFA. Blazer fue miembro del comité ejecutivo de la FIFA y, entre otras cosas, participaba en el proceso de selección de los países anfitriones de los Mundiales.

 

-¿Por qué hay empresas e instituciones que hacen auditorías y la FIFA no las tiene?

-Cuando se tiene una ONG de esta talla, que cuenta con grandes cantidades de dinero y no hay formas de hacer auditorias desde afuera, entonces inevitablemente estará invadida por sospechas de corrupción, conflictos de interés y clientelismo político.

 

-¿Qué cambios cree que vendrán en la FIFA?

-Como primera medida, la FIFA deberá hacer una reestructuración interna, después abogar por la transparencia y enfocar todos los ingresos en desarrollar las federaciones de todo el mundo de manera descentralizada y con acciones de corte transversal. Hay que destacar el gran crecimiento interno de la FIFA en su burocracia a nivel organizativo, en rubros como instalaciones, congresos, asuntos legales, sueldos, prensa y mantenimiento. Se debería aumentar las partidas económicas destinadas a mejorar la auditoria en la asignación de contratos, crear un nuevo sistema de relación con los patrocinadores que esté asociado al desarrollo del deporte, programas en contra de la violencia en el fútbol y, fundamentalmente, bajo un mando de controles, es decir velar por el Fair Play financiero.

Fundamentalmente, es necesario que sean revisados todos los procesos internos de la FIFA, diseñar acciones con objetivos factibles y medibles de cara a reestructurar la planificación de los mundiales, la asignación de derechos de comunicación y el modo en que se administran y auditan las inversiones que reciben las confederaciones de los países, haciendo crecer la calidad y la transparencia de las competencias.

 

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