Minería en el candelero, en busca de la licencia social

Las grandes empresas dedicadas a la extracción de minerales exploran nuevos territorios donde desplegar sus inversiones y avanzar en el negocio, en un contexto internacional favorable. Pero se enfrentan a quienes colocan la lupa en el impacto que generan sobre el medio ambiente.

7 diciembre, 2011

<p>Las grandes empresas dedicadas a la extracci&oacute;n de minerales exploran nuevos territorios donde desplegar sus inversiones y avanzar en el negocio, en un contexto internacional favorable. Pero se enfrentan a distintas organizaciones y a la sociedad en general, que las miran con malos ojos y colocan la lupa en el impacto que generan sobre el medio ambiente.</p>
<p>Es por esto que para los abogados del estudio Rattagan, Macchiavello, Arocena &amp; Pe&ntilde;a Robirosa, Gabriel Macchiavello, especialista en derecho ambiental, y Ricardo Barreiro Deymonnasz, especialista en derecho minero, el mayor reto del sector minero en la Argentina hoy es avanzar en los procesos de transparencia, para contrarrestar los ataques que la actividad recibe a diario.<br />
A su criterio, las empresas del sector, as&iacute; como la C&aacute;mara Argentina de Empresarios Mineros que las nuclea, han mantenido hasta el momento un perfil bajo en t&eacute;rminos de comunicaci&oacute;n, lo cual no ha contribuido a cambiar la imagen negativa que ya es propia de esta industria. Para lograr la indispensable &ldquo;licencia social&rdquo; para producir, las empresas mineras y la CAEM deber&aacute;n, entonces, avanzar en comunicar a la sociedad su forma de trabajar y dar a conocer otra cara de la historia.</p>
<p><strong>Qu&eacute; queda, qu&eacute; no</strong><br />
Una de las grandes controversias que encierra la miner&iacute;a tiene que ver con el delicado equilibrio costo-beneficio para la provincia en que la actividad se desarrolla. Hay quienes aseguran que, dado que se trata por lo general de multinacionales, si bien realizan inversiones importantes y grandes proyectos, no benefician a la provincia en que se instalan, en tanto que los ingresos generados se remiten al exterior. <br />
Visto de esta manera, el impacto sobre el medio ambiente, que inevitablemente se produce, no tendr&iacute;a una contrapartida de r&eacute;dito econ&oacute;mico-social para las provincias que las acogen. <br />
Al respecto, ambos profesionales son categ&oacute;ricos en su definici&oacute;n y aseguran que las &aacute;reas donde se instalan las empresas mineras son zonas olvidadas, incluso por el Estado. Alejadas de los centros urbanos, a 4.000 metros de altura y con condiciones de infraestructura y servicios paup&eacute;rrimas o inexistentes &ndash;sostienen&ndash;, los habitantes de estas &aacute;reas ven en la miner&iacute;a la posibilidad de acceder a lo que nunca tuvieron, ni tendr&iacute;an de otra forma. Rutas, energ&iacute;a el&eacute;ctrica, servicios de transporte, escuelas, centros de salud y, por supuesto, fuentes de trabajo. Si bien realizar estas obras no necesariamente forma parte de un contrato formal, muchas veces, las compa&ntilde;&iacute;as hacen acuerdos con los intendentes para llevarlas adelante.<br />
Adem&aacute;s, enfatizan que las compa&ntilde;&iacute;as mineras son grandes contribuyentes en cuanto a impuestos. Algo as&iacute; como 52% (incluidas las retenciones) es lo que las empresas destinan a cargas tributarias, las cuales, dado que se trata de proyectos a largo plazo, se congelan por 20 a&ntilde;os. La mayor parte de los impuestos son nacionales, que luego se redistribuyen a las provincias (en mayor o menor medida) por v&iacute;a de la coparticipaci&oacute;n. Por lo tanto, si bien reconocen que lo que queda en forma directa en la provincia es una peque&ntilde;a porci&oacute;n de la tajada, aseguran que, para las econom&iacute;as provinciales, esta resulta muy significativa.<br />
&ldquo;Para las provincias que tienen recursos, el hecho que lleguen empresas mineras es important&iacute;simo. Por lo general, son provincias que no tienen otros recursos para ofrecer, como Catamarca&rdquo;, sostiene Barreiro Deymonnasz. &ldquo;En San Juan, se puede ver el cambio enorme que se produjo gracias a la actividad. Porque no se trata solo de la mina en s&iacute;, sino de las actividades que prestan servicios a la miner&iacute;a y a los empleados que, muchas veces, llegan de otras localidades. Hace unos a&ntilde;os, hab&iacute;a un vuelo diario a Buenos Aires. Ahora hay tres o cuatro. Adem&aacute;s, hay hoteles cinco estrellas y se ha desarrollado mucho el turismo y otras actividades que no tienen relaci&oacute;n directa con la miner&iacute;a&rdquo;. <br />
Por otra parte, agrega Macchiavello, hay que tener en cuenta que una de cada 100 exploraciones no da resultado positivo. Esto implica no solo una inversi&oacute;n grande de dinero sino generaci&oacute;n de empleos y obras en el lugar que repercuten positivamente en la poblaci&oacute;n, aunque finalmente no se desarrolle el proyecto.</p>
<p><strong>&iquest;Naturaleza versus desarrollo?</strong><br />
Para Macchiavello y Barreiro Deymonnasz, esta dicotom&iacute;a es una falacia. &ldquo;La miner&iacute;a es indispensable en la sociedad actual. Salvo el oro, que gran parte de su aplicaci&oacute;n es para uso suntuario o resguardo de capital, el resto de los minerales tiene aplicaciones en m&uacute;ltiples actividades econ&oacute;micas. Y siempre que se extrae oro, se extrae tambi&eacute;n plata y cobre. El cobre, principalmente, se usa para much&iacute;simas actividades industriales. Adem&aacute;s, el litio es fundamental para la industria electr&oacute;nica y los autos h&iacute;bridos, el potasio es necesario para los fertilizantes…&rdquo;, relata Barreiro Deymonnasz.<br />
Muchas voces que se alzan en contra de la actividad minera alegan la necesidad de preservar los recursos para generaciones futuras. &ldquo;Pero, mientras tanto, &iquest;qu&eacute; hacemos? &ndash;se pregunta Barreiro Deymonnasz&ndash;. Se habla de no alterar el medio ambiente, pero &iquest;a costa de que la gente que est&aacute; en ese lugar, sentada sobre esas potenciales riquezas, no tenga acceso a los productos m&aacute;s b&aacute;sicos? Lo que est&aacute; debajo del suelo no es riqueza; lo es reci&eacute;n cuando se lo extrae. Cuando uno saca oro, no saca un lingote sino rocas gigantes con puntitos de mineralizaci&oacute;n, que requieren luego distintos procesos e inversiones de millones. Entonces, la riqueza es tal en la medida en que una empresa desembols&oacute; miles de millones de d&oacute;lares y se puso a producir&rdquo;, enfatiza.<br />
Otra de las cr&iacute;ticas frecuentes a la miner&iacute;a refiere al uso de sustancias t&oacute;xicas, como el cianuro. Sin embargo, aseguran, la miner&iacute;a utiliza aproximadamente solo 6% del cianuro que se produce en la Argentina y otras tantas industrias usan esta sustancia en sus procesos. En cuanto al gran consumo energ&eacute;tico que los proyectos requieren, sostienen que esto no afecta a la sociedad ya que dicha energ&iacute;a es producida mediante generadores propios.<br />
&ldquo;Nadie puede negar que la miner&iacute;a genera impacto, como lo hacen todas las actividades econ&oacute;micas e industriales &ndash;enfatiza Macchiavello&ndash;. Pero esta en particular debe cumplir adem&aacute;s con muchos m&aacute;s requisitos ambientales que el resto de las actividades. Por ejemplo, es la &uacute;nica industria que cuenta con una ley ambiental espec&iacute;fica del sector&rdquo;.</p>
<p><strong>De normativas y controles</strong><br />
Para ambos profesionales, la normativa que regula la actividad en la Argentina es bastante similar a la de otros pa&iacute;ses del mundo. Es exhaustiva, exigente y clara. Sin embargo, no desconocen la falla en los controles y es este el punto donde, a su criterio, deber&iacute;a estar el foco de la atenci&oacute;n.<br />
Al respecto, remarcan que en otros pa&iacute;ses los Gobiernos destinan fondos para capacitar a sus funcionarios, de tal manera de poder ejercer los controles que corresponden. Mientras que en la Argentina esto no es as&iacute;, a tal punto que, no pocas veces, las mismas firmas mineras son quienes proveen la tecnolog&iacute;a y recursos necesarios para que los organismos competentes las controlen. Destacan, adem&aacute;s, el caso de San Juan, donde las compa&ntilde;&iacute;as del sector est&aacute;n orientadas a fomentar la educaci&oacute;n, a trav&eacute;s de un fondo de fomento educativo para este fin. <br />
&ldquo;La industria minera en todo el mundo es muy sensible a los ataques de ONG y ambientalistas, y las firmas elevaron los est&aacute;ndares para resistir esos ataques. Si alguna de estas empresas, que tienen negocios en todo el mundo, sufre un accidente grave, va a repercutir en el valor de la acci&oacute;n. Y eso es lo que ninguna quiere&rdquo;, refuerza Barreiro Deymonnasz.<br />
&ldquo;Si una compa&ntilde;&iacute;a no cumple las normativas y produce un da&ntilde;o, debe ser castigada con todo el peso de la ley. Pero no puede mostrarse a la miner&iacute;a como un cuco. Las firmas que operan en el sector son enormes, trabajan con tecnolog&iacute;as de avanzada y cumplen con pautas de buenas pr&aacute;cticas, que incluso superan a las normativas locales, &ndash;recalca Macchiavello y agrega&ndash; &ldquo;Las empresas mineras y carbon&iacute;feras son potencialmente contaminantes; manejan cianuro, compuestos qu&iacute;micos, se mueven en &aacute;reas v&iacute;rgenes, donde nacen los r&iacute;os, pero justamente por eso toman las precauciones que toman. Tambi&eacute;n existe una minor&iacute;a irresponsable, pero se trata de firmas chicas, o clandestinas&rdquo;.</p>
<p><strong>Los retos a futuro</strong><br />
La Argentina tiene un potencial geol&oacute;gico alt&iacute;simo, sin embargo a&uacute;n solo est&aacute; explorado un estimado de 16%. As&iacute; de incipiente, los entrevistados describen la actividad como el octavo grupo econ&oacute;mico del pa&iacute;s, a la par del de la carne. <br />
Para que pueda crecer, ambos identifican a la comunicaci&oacute;n como principal eje a desarrollar. El obst&aacute;culo de la oposici&oacute;n generalizada a la actividad es definido como a&uacute;n m&aacute;s poderoso que el aumento en las regulaciones y la falta de infraestructura y recursos humanos capacitados. <br />
&ldquo;No podemos lograr que la miner&iacute;a sea algo popular &ndash;dice Macchiavello&ndash; pero el dar a conocer datos como cu&aacute;nta mano de obra trabaja directa e indirectamente, c&oacute;mo se desarrolla la regi&oacute;n donde se instalan las compa&ntilde;&iacute;as, los impuestos que pagan y el cuidado en el impacto sobre el medio ambiente va a ayudar en este sentido&rdquo;.<br />
Algunos ejemplos pueden verse en la apertura de Barrick, que ofrece visitas guiadas a las minas, y los comit&eacute;s de monitoreo comunitario de aguas y audiencias p&uacute;blicas, que contribuyen a generar la requerida licencia social.</p>

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