Ya circulan celulares parásitos

Así como ya lo hacen las computadoras portátiles, piratean Wi Fi utilizando la red de Internet inalámbrica para permitir a sus dueños hablar sin pagar la llamada.

30 noviembre, 2006

Ya están saliendo al mercado teléfonos capaces de usar los puntos Wi Fi de acceso inalámbrico a Internet, del mismo modo que ya hacen las computadoras portátiles. Una vez que captan conexión, con ellos se pueden realizar llamadas gratuitas a través de Internet. Otra vez se plantea el problema legal o ético de aprovechar gratuitamente algo por lo que otros pagan.

Los teléfonos celulares que ya tienen esta capacidad son vendidos por empresas como Belkin, Vonage, Skype o T-Mobile y se cuelgan de la infinidad de puntos de acceso Wi-Fi instalados en cafeterías, estacionamientos públicos, negocios y hasta casas particulares.

Belkin anuncia en su página web el lanzamiento de un su nuevo modelo para Skype, donde dice textualmente “realice gratis llamadas telefónicas ilimitadas mediante redes Wi-Fi, sin necesitar su ordenador”. Por su parte, VonagePresenta así su nuevo modelo WiFi UTStarcom F1000: “El WiFi UTStarcom F1000 es un teléfono inalámbrico de bolsillo para Internet que usa el servicio Vonage conectándose a puntos de acceso inalámbrico a Internet en todo el mundo, también conocidos como “WiFi hotspots”. Use su teléfono en casa y oficina o cuando viaja y conéctese desde un WIFI hotspot compatible”. Skype tiene su propio NetGear Skype Wi-Fi Phone, que presenta así: “Un teléfono móvil WiFi que le permite hacer llamadas gratuitas por Internet (sin su PC) a personas en cualquier parte del mundo que tengan Skype”.

Esta posibilidad genera planteos de tipo legal y ético, pues los dueños de esos teléfonos estarían aprovechándose de puntos de acceso pagados por otras personas, en beneficio de los fabricantes de esos teléfonos, que venden un servicio que ni siquiera suministran.

Además hay otro problema: las señales que detectan los móviles vía Wi-Fi privados no son iguales en todo momento y el uso parasitario de los “colgados” puede afectar a la calidad de la señal de los que están pagando por esos puntos de acceso.

Una de las limitaciones que presentan estas conexiones es que el espectro de radiofrecuencia de los Wi-Fi no tiene licencia ni está mantenido por ninguna compañía, por lo que la calidad de las llamadas no es fiable. Si se quieren hacer llamadas desde cualquier lugar, se debe buscar un nuevo punto de conexión, además de arriesgarse a que la llamada falle. Otra limitación es que la tecnología Wi-Fi consume mucha energía y las pilas se gastan rápido; en algunos casos, duran sólo una o dos horas.

Alternativa peligrosa

En el aspecto amplio – y en un futuro tal vez no muy cercano — esta tecnología podría amenazar el dominio de las telecomunicaciones tradicionales al ofrecer una alternativa distinta de voz y transmisión de datos.

Para los que paguen el Wi-Fi, no habrá ninguna indicación clara de que alguien les está pirateando la señal para hablar por teléfono, lo que resultaría un verdadero abuso. Este fenómeno de “parasitismo” de las señales ya se da con las computadoras laptop con conexión Wi-Fi, que también han abierto el debate porque utilizar una conexión sin permiso constituye una forma de acceso no autorizada.

La solución sería que los compradores de puntos de acceso Wi-Fi pidieran contraseñas que limitaran el uso de las señales. Tal vez, sugieren los expertos en la materia, sería mejor que se creara una red común de puntos Wi-Fi que sirviera para todos.

Ya están saliendo al mercado teléfonos capaces de usar los puntos Wi Fi de acceso inalámbrico a Internet, del mismo modo que ya hacen las computadoras portátiles. Una vez que captan conexión, con ellos se pueden realizar llamadas gratuitas a través de Internet. Otra vez se plantea el problema legal o ético de aprovechar gratuitamente algo por lo que otros pagan.

Los teléfonos celulares que ya tienen esta capacidad son vendidos por empresas como Belkin, Vonage, Skype o T-Mobile y se cuelgan de la infinidad de puntos de acceso Wi-Fi instalados en cafeterías, estacionamientos públicos, negocios y hasta casas particulares.

Belkin anuncia en su página web el lanzamiento de un su nuevo modelo para Skype, donde dice textualmente “realice gratis llamadas telefónicas ilimitadas mediante redes Wi-Fi, sin necesitar su ordenador”. Por su parte, VonagePresenta así su nuevo modelo WiFi UTStarcom F1000: “El WiFi UTStarcom F1000 es un teléfono inalámbrico de bolsillo para Internet que usa el servicio Vonage conectándose a puntos de acceso inalámbrico a Internet en todo el mundo, también conocidos como “WiFi hotspots”. Use su teléfono en casa y oficina o cuando viaja y conéctese desde un WIFI hotspot compatible”. Skype tiene su propio NetGear Skype Wi-Fi Phone, que presenta así: “Un teléfono móvil WiFi que le permite hacer llamadas gratuitas por Internet (sin su PC) a personas en cualquier parte del mundo que tengan Skype”.

Esta posibilidad genera planteos de tipo legal y ético, pues los dueños de esos teléfonos estarían aprovechándose de puntos de acceso pagados por otras personas, en beneficio de los fabricantes de esos teléfonos, que venden un servicio que ni siquiera suministran.

Además hay otro problema: las señales que detectan los móviles vía Wi-Fi privados no son iguales en todo momento y el uso parasitario de los “colgados” puede afectar a la calidad de la señal de los que están pagando por esos puntos de acceso.

Una de las limitaciones que presentan estas conexiones es que el espectro de radiofrecuencia de los Wi-Fi no tiene licencia ni está mantenido por ninguna compañía, por lo que la calidad de las llamadas no es fiable. Si se quieren hacer llamadas desde cualquier lugar, se debe buscar un nuevo punto de conexión, además de arriesgarse a que la llamada falle. Otra limitación es que la tecnología Wi-Fi consume mucha energía y las pilas se gastan rápido; en algunos casos, duran sólo una o dos horas.

Alternativa peligrosa

En el aspecto amplio – y en un futuro tal vez no muy cercano — esta tecnología podría amenazar el dominio de las telecomunicaciones tradicionales al ofrecer una alternativa distinta de voz y transmisión de datos.

Para los que paguen el Wi-Fi, no habrá ninguna indicación clara de que alguien les está pirateando la señal para hablar por teléfono, lo que resultaría un verdadero abuso. Este fenómeno de “parasitismo” de las señales ya se da con las computadoras laptop con conexión Wi-Fi, que también han abierto el debate porque utilizar una conexión sin permiso constituye una forma de acceso no autorizada.

La solución sería que los compradores de puntos de acceso Wi-Fi pidieran contraseñas que limitaran el uso de las señales. Tal vez, sugieren los expertos en la materia, sería mejor que se creara una red común de puntos Wi-Fi que sirviera para todos.

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