“La vida está llena de riesgos”.
No se trata de la sentencia de un marino enamorado de borrascas y tempestades.
Tampoco es James Bond el que pronuncia la frase frente a la chica de turno.
Se trata, simplemente, de uno de los párrafos del informe del Centro de Cooperación Internacional Y2K, un organismo que actúa en el marco de las Naciones Unidas para evaluar el grado de riesgo que tienen los sistemas informáticos ante la proximidad del 31 de diciembre, día en que un número aún desconocido de computadoras podría desconocer las cifras finales del año 2000: la Falla del Milenio o Y2K, según su sigla en inglés.
Según el informe, algunos sistemas funcionarán como lo hacen normalmente, más o menos tan bien, en los primeros días del nuevo año, afirma.
Según las conclusiones, los errores que cometen algunos sistemas propensos a las crisis tendrán un “desempeño deficiente en muchas infraestructuras” (y aquí radica el peligro), como la generación y distribución de energía eléctrica.
Sin embargo, se permite el optimismo, ya que si bien afirma que habrá errores, su impacto combinado será “moderado”.
Energía, telecomunicaciones, finanzas, transporte y aduanas son algunos de los sectores que el organismo señala como plausibles a sufrir algunas fallas.
Y dedica otro capítulo a los países en desarrollo, ya que, según afirma, el nivel de respuesta, si no es suficiente, podría acarrear consecuencias en sectores como la salud pública y seguridad.
“El Y2K crea riesgos adicionales en algunas áreas. Afortunadamente, el riesgo en el mundo disminuye a medida que aumenta la preparación”, dice el organismo.
“La vida está llena de riesgos”.
No se trata de la sentencia de un marino enamorado de borrascas y tempestades.
Tampoco es James Bond el que pronuncia la frase frente a la chica de turno.
Se trata, simplemente, de uno de los párrafos del informe del Centro de Cooperación Internacional Y2K, un organismo que actúa en el marco de las Naciones Unidas para evaluar el grado de riesgo que tienen los sistemas informáticos ante la proximidad del 31 de diciembre, día en que un número aún desconocido de computadoras podría desconocer las cifras finales del año 2000: la Falla del Milenio o Y2K, según su sigla en inglés.
Según el informe, algunos sistemas funcionarán como lo hacen normalmente, más o menos tan bien, en los primeros días del nuevo año, afirma.
Según las conclusiones, los errores que cometen algunos sistemas propensos a las crisis tendrán un “desempeño deficiente en muchas infraestructuras” (y aquí radica el peligro), como la generación y distribución de energía eléctrica.
Sin embargo, se permite el optimismo, ya que si bien afirma que habrá errores, su impacto combinado será “moderado”.
Energía, telecomunicaciones, finanzas, transporte y aduanas son algunos de los sectores que el organismo señala como plausibles a sufrir algunas fallas.
Y dedica otro capítulo a los países en desarrollo, ya que, según afirma, el nivel de respuesta, si no es suficiente, podría acarrear consecuencias en sectores como la salud pública y seguridad.
“El Y2K crea riesgos adicionales en algunas áreas. Afortunadamente, el riesgo en el mundo disminuye a medida que aumenta la preparación”, dice el organismo.