X-45: Un robot que vuela y ataca por cuenta propia

La robótica no parece tener límites. Especialmente en el campo militar, donde un avión de doble propósito (detectar, cazar) protagonizó estos días vuelos sin gente en California.

30 mayo, 2002

Según un informe de la Fuerza Aérea, un prototipo X-45A
circundó la base Edwards durante pruebas que tomaron apenas un cuarto
de hora cada una. El aerorrobot es casi una "miniatura" respecto del
futuro modelo real, cuya función consistirá en salir de a cuatro
por formación, detectar plataformas lanza-proyectiles enemigas y destruirlas
con "mini-bombas inteligentes".

En operaciones, los cuartetos de autómatas serán supervisados
a distancia. Pero su grado de refinamiento tecnológico le permitirá
seleccionar y atacar blancos por cuenta propia y, recién después,
informar a la base.

Ello exige afinar todos los sistemas y prevenir que algún robot bombardee,
por ejemplo, San Diego.

El proyecto X-45 prevés sucesivos prototipos y modelos. Lo llevan
a cabo la Defense Advanced Reasearch Projects Agency (DARPA), la Fuerza
Aérea (FA) y la Division Phantom de Boeing. Sus ensayos
se planean en la base Wright-Patterson, los laboratorios de la FA y el
Centro de Sistemas Aeronáuticos.

"Creemos que la serie X-45 transformará radicalmente la
manera de encarar guerras en el aire", sostiene David Lanman, jefe de la
unidad vehículos no tripulados en DARPA. Este prototipo sin cola llegó
a desarrollar unos 360 kilómetros por hora a más de 2.000 metros
de altitud.

En realidad, la FA estadounidense ya ha empleado aviones no tripulados en combate.
Por ejemplo, en Afganistán el Predator -a control remoto- atacaba
con proyectiles áreos donde se sospechaba la presencia de guerrillas
talibán o Al-Qaida. Pero el X-45 representa otra etapa evolutiva,
pensada para actuar como "arma desde el primer día", capaz
de atacar los blancos más peligrosos; vale decir, las bases antiaéreas
enemigas.

Los responsables del proyecto estiman que fabricar una versión operativa
debería costar casi la mitad, por unidad, que el caza F-16. En cuanto
a las operaciones, demandarán 25% de sus gastos promedio. Por otra parte,
el aerorrobot no estará expuesto al desgaste que significan horas y horas
de vueltos para adiestramientos de personal. Según un cálculo
de Boeing, la vida útil de un X-45 será de diez a veinte
años.

En la versión "normal", el X-45 tiene unos ocho metros
de largo, dos de alto y 9,5 de ancho, por lo cual parece una especie de aladelta.
El programa prevé experimentar con otro prototipo X-45A este mismo
año, ahora equipado con mini-bombas inteligentes "de fogueo".
Más tarde, aparecerá el X-45B, cuyo tamaño se aproximará
más al normal previsto para el modelo.

El desarrollo y los ensayos de estas innovaciones tecnológicas involucran
robótica y nanorrobótica computadas. En este plano, el proyecto
X-45 tiende a un producir efecto habitual en otros campos de la vanguardia
tecnológica: acortar el tiempo necesario para convertir un prototipo
en vehículo operativo. Esto implica ir abandonando el método secuencial
o convencional, que suele exigir muchos prototipos y lapsos tan largos como
los casi 20 años que llevó el caza F-22 Stealth. La experiencia
X-45, por el contrario, opta por trabajar con uno o pocos prototipos
por vez, hacerlos operativos lo antes posible y pasar a otra cosa. Boeing
estima que ya habrá X-45 en vuelo alrededor de 2007 ó 2008.

Según un informe de la Fuerza Aérea, un prototipo X-45A
circundó la base Edwards durante pruebas que tomaron apenas un cuarto
de hora cada una. El aerorrobot es casi una "miniatura" respecto del
futuro modelo real, cuya función consistirá en salir de a cuatro
por formación, detectar plataformas lanza-proyectiles enemigas y destruirlas
con "mini-bombas inteligentes".

En operaciones, los cuartetos de autómatas serán supervisados
a distancia. Pero su grado de refinamiento tecnológico le permitirá
seleccionar y atacar blancos por cuenta propia y, recién después,
informar a la base.

Ello exige afinar todos los sistemas y prevenir que algún robot bombardee,
por ejemplo, San Diego.

El proyecto X-45 prevés sucesivos prototipos y modelos. Lo llevan
a cabo la Defense Advanced Reasearch Projects Agency (DARPA), la Fuerza
Aérea (FA) y la Division Phantom de Boeing. Sus ensayos
se planean en la base Wright-Patterson, los laboratorios de la FA y el
Centro de Sistemas Aeronáuticos.

"Creemos que la serie X-45 transformará radicalmente la
manera de encarar guerras en el aire", sostiene David Lanman, jefe de la
unidad vehículos no tripulados en DARPA. Este prototipo sin cola llegó
a desarrollar unos 360 kilómetros por hora a más de 2.000 metros
de altitud.

En realidad, la FA estadounidense ya ha empleado aviones no tripulados en combate.
Por ejemplo, en Afganistán el Predator -a control remoto- atacaba
con proyectiles áreos donde se sospechaba la presencia de guerrillas
talibán o Al-Qaida. Pero el X-45 representa otra etapa evolutiva,
pensada para actuar como "arma desde el primer día", capaz
de atacar los blancos más peligrosos; vale decir, las bases antiaéreas
enemigas.

Los responsables del proyecto estiman que fabricar una versión operativa
debería costar casi la mitad, por unidad, que el caza F-16. En cuanto
a las operaciones, demandarán 25% de sus gastos promedio. Por otra parte,
el aerorrobot no estará expuesto al desgaste que significan horas y horas
de vueltos para adiestramientos de personal. Según un cálculo
de Boeing, la vida útil de un X-45 será de diez a veinte
años.

En la versión "normal", el X-45 tiene unos ocho metros
de largo, dos de alto y 9,5 de ancho, por lo cual parece una especie de aladelta.
El programa prevé experimentar con otro prototipo X-45A este mismo
año, ahora equipado con mini-bombas inteligentes "de fogueo".
Más tarde, aparecerá el X-45B, cuyo tamaño se aproximará
más al normal previsto para el modelo.

El desarrollo y los ensayos de estas innovaciones tecnológicas involucran
robótica y nanorrobótica computadas. En este plano, el proyecto
X-45 tiende a un producir efecto habitual en otros campos de la vanguardia
tecnológica: acortar el tiempo necesario para convertir un prototipo
en vehículo operativo. Esto implica ir abandonando el método secuencial
o convencional, que suele exigir muchos prototipos y lapsos tan largos como
los casi 20 años que llevó el caza F-22 Stealth. La experiencia
X-45, por el contrario, opta por trabajar con uno o pocos prototipos
por vez, hacerlos operativos lo antes posible y pasar a otra cosa. Boeing
estima que ya habrá X-45 en vuelo alrededor de 2007 ó 2008.

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