Una charla por el trigo transgénico
Las protestas por una clase de trigo transgénico que se cultiva en el Instituto Rothamsted instaron a los científicos involucrados a invitar a activistas a discutir los pros y los contras de este desarrollo agropecuario.
2 mayo, 2012
<p>“Esto podría eliminar la presencia de otros insectos como vaquitas de San Antonio y crísopas. Potencialmente esto podría ser una ventaja para los agricultores británicos porque eliminaría la necesidad de insecticidas. Serviría, aparte, para el crecimiento de las economías emergentes: las defensas contra las pestes ya se encuentran en la semilla”. <br />
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El grupo activista dice que no hay pruebas de que estos cultivos necesiten menos pesticidas y que la práctica de insertar genes resistentes a los antibióticos es considerada “vieja ciencia” en el resto de la Unión Europea. El problema es que la mayoría de los cultivos transgénicos pertenecen a grandes compañías como Monsanto y Syngenta que no son del agrado de quienes protestan. <br />
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Por su parte los científicos piensan que esta modificación podría ayudar a combatir el hambre en el mundo. Afirman, en su carta abierta, que los resultados no serán patentados por ninguna compañía. “Si nuestro trigo es beneficioso queremos que lo usen todos los agricultores del mundo a un costo mínimo”, escribieron. <br />
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Para alejarse de la controversia invitaron a los activistas a discutir los diferentes puntos de vista y prevenir, así, la destrucción de cultivos que, según el grupo, se llevaría a cabo el 27 de mayo. </p>
<p>En el Instituto de investigación Rothamsted usan trigo modificado para detener el avance de pestes e insectos. Es trigo transgénico pero, según los científicos que trabajan allí, la mejor opción para reducir el uso de pesticidas. Sin embargo son muchos lo que no están a favor de esta práctica: el grupo Take the Flour Back (“Recuperemos la harina”) ha instalado una línea de protesta para “descontaminar” el instituto y no van a parar hasta que las investigaciones allí se den por terminadas.</p>
<p>Pero los científicos no se dan por vencidos. En una carta abierta invitaron a los activistas a sentarse a discutir los pros y los contras de modificar genéticamente el trigo. “Les hablamos como colegas ambientalistas. Nuestro trigo podría reducir el uso de químicos para futuras generaciones”, dice la carta.</p>
<p>Sin embargo, los activistas dicen que las plantas de GM presentan un riesgo concreto a la manera de cultivar inglesa. Argumentan que los genes de los cultivos modificados podrían extenderse a tierras vecinas y, sin una evaluación que lo certifique, el trigo modificado podría ser peligroso para el consumo humano. Planean un llamado a la acción para el 27 de mayo bajo el slogan: “Un lindo de día de campo con picnics, música… y descontaminación”. <br />
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La posición del Instituto, lógicamente, difiere. “No entendemos cómo prevenir la adquisición de conocimiento puede ser una posición en esta era de la razón”, dijeron. El trigo modificado contiene genes sintetizados en laboratorios por lo que representan una intervención humana más suave comparada con la transferencia de genes de otros organismos. Los genes producirán una feromona llamada E-beta-farnesene que normalmente es emitida por insectos cuando se sienten amenazados. Cuando los bichos lo huelen, huyen. <br />
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