Supercomputación para la era de grandes huracanes

EE.UU. está invirtiendo en supercomputadoras para predecir la gravedad de tormentas como el huracán Ian en la costa este. Los cazadores de huracanes volvieron a entrar en acción la semana pasada mientras el huracán Ian se abalanzaba sobre la Florida.

4 octubre, 2022

Los datos que recogieron fueron incorporados al trabajo de meteorólogos y pronosticadores.

Con una historia de huracanes recurrentes que ponen en peligro el normal funcionamiento de las aerolíneas en la zona de La Florida, Estados Unidos tiene un escuadrón de 10 aviones con una tripulación de 100 miembros y un personal total de 1.300 personas para realizar una rutina de vuelos que salen del National Hurrican Center en Miami para detectar si se está gestando en el mar alguna tormenta potencialmente peligrosa.

El envío de aviones a las tormentas para recabar información comenzó en la segunda guerra mundial, y el escuadrón sigue siendo parte integrante de la estrategia estadounidense de vigilancia de huracanes. La unidad es la única de este tipo en el mundo, y cubre un área que va desde Hawai hasta el Caribe.

A medida que los aviones realizan múltiples pasadas a través de las paredes de la tormenta, recogen información sobre la presión del aire en el interior del huracán, junto con temperaturas, velocidad del viento y humedad.

Los cazadores de huracanes volvieron a entrar en acción la semana pasada mientras el Huracán Ian se abalanzaba sobre la Florida. Los datos que recogieron fueron incorporados al trabajo de meteorólogos y pronosticadores, quienes actualizaban diariamente al público a qué lugar creían que se dirigiría la tormenta categoría 4, a qué velocidad avanzaba y cuánto poder podría adquirir.

El gobierno de Estados Unidos ordenó recurrir a todo para intentar rastrear el huracán: satélites, radares y cazadores de huracanes. Todos los datos recogidos iban directamente a integrar modelos del servicio meteorológico nacional.

Pero el camino de Ian resultó muy difícil de rastrear. En la semana anterior a que tocara tierra, su trayectoria proyectada cambió por cientos de millas. Pero su intensidad estaba clara.

Las proyecciones de la trayectoria e intensidad de Ian reflejan décadas de investigación e inversión de los científicos estadounidenses, quienes lograron aumentar notablemente la calidad de sus pronósticos gracias a mejoras en los satélites y potencia computacional.

Pero si la tecnología cambió, también cambió la naturaleza de las tormentas. Según los meteorólogos de la NASA, el calentamiento de la tierra está produciendo tormentas más grandes con lluvias más intensas y mayores mareas.

 

Súpercomputadoras

 

En Estados Unidos, cuyas costas orientales y sudorientales reciben la peor parte de los huracanes que se forman en el Océano Atlántico, las autoridades están invirtiendo miles de millones de dólares en nueva tecnología que ayude no sólo a predecir mejor esas tormentas, sino también a diseñar defensas costeras lo suficientemente resistentes para resistir tales magnitudes.

Los ciclones tropicales, o huracanes, generalmente necesitan una combinación de agua oceánica cálida, altos niveles de humedad en el aire y poca variación entre la velocidad del viento en diferentes niveles de la atmósfera cuando se los mide en un plano vertical. Una temperatura del aire más cálida significa que más humedad queda retenida en el aire, lo que genera más lluvia y la NASA observa que la creciente intensidad del viento está ligada al cambio climático.

Lo más importante es que estas tormentas cobran velocidad más rápidamente. El Huracán Dorian, que arrasó las Bahamas en 2019, de pronto pasó a Categoría 5 en dos días, luego de que se lo pronosticara como una tormenta tropical.

El Huracán María, que devastó a Puerto Rico en 2017, también tomó por sorpresa a los científicos cuando escaló a Categoría 5 en apenas 24 horas.

Ese mismo año a Estados Unidos llegó el Huracán Harvey que sirvió de indicador de que era una era de tormentas más devastadoras.

El gobierno norteamericano está ahora invirtiendo millones de dólares para aumentar la capacidad de computación para los fenómenos climáticos.

A principios de este año la National Oceanic Atmospheric Administration (NOAA) anunció que triplicará su capacidad de supercomputación.

Meteorólogos y expertos en clima del gobierno se encuentran en proceso de decodificar un nuevo modelo de pronóstico de huracanes que será puerto a prueba este año y calculan poner en operación a comienzos de 2023.

Las nuevas computadoras permitirían a los científicos obtener imágenes de mejor resolución de la temperatura de la tierra y los océanos. Eso les daría una visión más detallada de los pequeños patrones y tendencias en las tormentas incipientes que observan. De esa manera esperan poder predecir mejor dónde va a atacar más el huracán para ayudar a la gente a evacuar la zona.

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