Seminario sobre telecomunicaciones
En el transcurso de un encuentro realizado en Río de Janeiro sobre el desarrollo del sector en América latina, España y Portugal, se hizo hincapié en la confianza para el crecimiento de la tecnología en la región.
(EFE).- Empresarios y funcionarios de Brasil y España expresaron ayer (jueves 26), en el marco de un seminario titulado El desarrollo de las telecomunicaciones en Iberoamérica, realizado en Río de Janeiro, su confianza en el potencial, la expansión y la solidificación del mercado de las telecomunicaciones en América latina.
El presidente de la división latinoamericana del grupo Telefónica, Antonio Viana-Baptista, dijo que, pese a los avances de los últimos años, el mercado de esta región aún ofrece muchas posibilidades de crecimiento.
El número de líneas telefónicas por habitante en América latina “todavía está muy por debajo” del nivel que tienen los países más desarrollados, dijo Viana-Baptista.
El empresario subrayó que las inversiones en ese sector resultan en ganancias a largo plazo, por lo que los países deben ofrecer estabilidad política, económica y jurídica para atraer a las compañías.
El presidente de Hispasat, Pedro Martín Marín, señaló que su empresa ha escogido a Brasil como base para afianzarse en la región.
Hispasat prevé lanzar para fines del 2003 el satélite Amazonas, que cubrirá una extensa parte del continente americano y que demandará una inversión de alrededor de US$ 300 millones.
El centro de control del Amazonas estará en Río de Janeiro, y según Marín, el deseo es que “los puestos de trabajo sean básicamente brasileños”.
Jacinto Palacios, consejero delegado de Hispasat, afirmó que el uso de los satélites constituye una parte “pequeña pero esencial” del mercado de las telecomunicaciones.
La ministra de Ciencia y Tecnología de España, Anna Birulés, enmarcó el incremento de los negocios en el sector de telecomunicaciones entre su país y Brasil en la profundización de la relación entre ambas naciones en los últimos años.
Birulés aseguró que las altas inversiones hechas por empresas españolas en el país sudamericano demuestran que las compañías han desembarcado en Brasil dispuestas “a quedarse”.
Los US$ 10.000 millones destinados el año pasado por España a Brasil convirtieron al país ibérico en el principal inversor extranjero del gigante económico de América del Sur.
El vicepresidente de Brasil, Marco Maciel, alabó la integración económica entre los países de América latina, España y Portugal, que según el ejecutivo comparten una misma base cultural.
“Esta identidad que estamos construyendo y ampliando resultará en una mayor presencia iberoamericana en el contexto internacional”, auguró Maciel.
El venezolano Eduardo Fernández, presidente de la Fundación Popular Iberoamericana, una de las entidades que organiza el simposio, sostuvo que la universalización del acceso a las telecomunicaciones es uno de los principales retos de ese sector en la actualidad.
La presidenta de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados de España, María Bernarda Barrios, aprovechó el seminario para pedir que también se aproveche la tecnología de los satélites para controlar la evolución de los fenómenos naturales y la intervención humana en la biodiversidad del planeta.
(EFE).- Empresarios y funcionarios de Brasil y España expresaron ayer (jueves 26), en el marco de un seminario titulado El desarrollo de las telecomunicaciones en Iberoamérica, realizado en Río de Janeiro, su confianza en el potencial, la expansión y la solidificación del mercado de las telecomunicaciones en América latina.
El presidente de la división latinoamericana del grupo Telefónica, Antonio Viana-Baptista, dijo que, pese a los avances de los últimos años, el mercado de esta región aún ofrece muchas posibilidades de crecimiento.
El número de líneas telefónicas por habitante en América latina “todavía está muy por debajo” del nivel que tienen los países más desarrollados, dijo Viana-Baptista.
El empresario subrayó que las inversiones en ese sector resultan en ganancias a largo plazo, por lo que los países deben ofrecer estabilidad política, económica y jurídica para atraer a las compañías.
El presidente de Hispasat, Pedro Martín Marín, señaló que su empresa ha escogido a Brasil como base para afianzarse en la región.
Hispasat prevé lanzar para fines del 2003 el satélite Amazonas, que cubrirá una extensa parte del continente americano y que demandará una inversión de alrededor de US$ 300 millones.
El centro de control del Amazonas estará en Río de Janeiro, y según Marín, el deseo es que “los puestos de trabajo sean básicamente brasileños”.
Jacinto Palacios, consejero delegado de Hispasat, afirmó que el uso de los satélites constituye una parte “pequeña pero esencial” del mercado de las telecomunicaciones.
La ministra de Ciencia y Tecnología de España, Anna Birulés, enmarcó el incremento de los negocios en el sector de telecomunicaciones entre su país y Brasil en la profundización de la relación entre ambas naciones en los últimos años.
Birulés aseguró que las altas inversiones hechas por empresas españolas en el país sudamericano demuestran que las compañías han desembarcado en Brasil dispuestas “a quedarse”.
Los US$ 10.000 millones destinados el año pasado por España a Brasil convirtieron al país ibérico en el principal inversor extranjero del gigante económico de América del Sur.
El vicepresidente de Brasil, Marco Maciel, alabó la integración económica entre los países de América latina, España y Portugal, que según el ejecutivo comparten una misma base cultural.
“Esta identidad que estamos construyendo y ampliando resultará en una mayor presencia iberoamericana en el contexto internacional”, auguró Maciel.
El venezolano Eduardo Fernández, presidente de la Fundación Popular Iberoamericana, una de las entidades que organiza el simposio, sostuvo que la universalización del acceso a las telecomunicaciones es uno de los principales retos de ese sector en la actualidad.
La presidenta de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados de España, María Bernarda Barrios, aprovechó el seminario para pedir que también se aproveche la tecnología de los satélites para controlar la evolución de los fenómenos naturales y la intervención humana en la biodiversidad del planeta.
