martes, 15 de julio de 2025

Según un estudio, las computadoras mejoran productividad

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Invertir en tecnología informática promueve productividad laboral en mayor grado que otros gastos. Así sostiene un estudio recién publicado en Estados Unidos. Pero también advierte que el propio sector TI no será gran creador de empleos.

El informe de setenta páginas brinda una amplia visión del papel que la TI desempeña en la economía física y los servicios. Este trabajo se debe a un nuevo grupo investigador, la Information technology and innovation foundation, subsidiada por IBM, Cisco Systems, eBay y otros. Se encuentra en www.itif.org.

El estudio señala que la significación económica de la TI no atañe a la tecnología por sí misma, sino a la capacidad del hardware, el software y sus aplicaciones para transformar otros sectores. Las políticas, entonces, no deben enfocarse tanto en determinadas técnicas o compañías específicas, cuanto en alentar al mercado para acelerar el ritmo de los cambios inducidos por la TI. Robert Atkinsons, presidente de la entidad, cita como ejemplos la atención médica, los servicios eléctricos y el transporte.

En materia de salud, verbigracia, el gobierno federal ha presionado para definir normas sobre información relativa a pacientes y tratamientos, como paso para armar una base de datos nacional. Los prestadores públicos y privados, a su vez, requieren a clínicas y hospitales medir su desempeño en términos de seguridad y salud de los pacientes. Atkinsons fue director de proyectos en la oficina parlamentaria dedicada a evaluaciones tecnológicas y encabeza la sección TI del Progressive policy institute, una organización demócrata.

El informe señala que el empleo en el sector computación ha repuntado algo desde el desinfle de la burbuja puntocom (2000). En 2006, representaba 3.750.000 puestos laborales. No obstante, el potencial de crecimiento es escaso. “No parece que la actividad genere aumentos de empleo no proporcionales a su tamaño, En parte –apunta el experto-, porque la productividad en TI es alta y permite mayor rendimiento con menos mano de obra”.

Por el contrario, la demanda laboral provendrá cada vez más de industrias y áreas que aprovechen con inteligencia la TI. Como ha sido usual en años, el sector servicios, que emplea 76% de la fuerza laboral norteamericana, generará el grueso de futuros puestos. El aspecto más controvertido del estudio (se titula “Digital prosperity: benefits of the TI revolution”) es la reivindicación del alto grado de productividad originado por inversiones en TI.

Si bien el trabajo cita datos y fuentes que respaldan su postura, varios analistas no están convencidos; en particular, los republicanos. “Quizá las inversiones en ese área rindan más que en otras, pero faltan evidencias al respecto”, objeta Robert Litan (Ewing Kauffmann foundation). Los expertos conservadores también se muestran escépticos acerca de las políticas sectoriales, porque les recuerdan iniciativas prevalentes en Europa occidental y otros lugares en la posguerra, que ellos definen como “costosos fracasos” (Litan). En realidad, muchas de ellas tuvieron éxito.

El informe de setenta páginas brinda una amplia visión del papel que la TI desempeña en la economía física y los servicios. Este trabajo se debe a un nuevo grupo investigador, la Information technology and innovation foundation, subsidiada por IBM, Cisco Systems, eBay y otros. Se encuentra en www.itif.org.

El estudio señala que la significación económica de la TI no atañe a la tecnología por sí misma, sino a la capacidad del hardware, el software y sus aplicaciones para transformar otros sectores. Las políticas, entonces, no deben enfocarse tanto en determinadas técnicas o compañías específicas, cuanto en alentar al mercado para acelerar el ritmo de los cambios inducidos por la TI. Robert Atkinsons, presidente de la entidad, cita como ejemplos la atención médica, los servicios eléctricos y el transporte.

En materia de salud, verbigracia, el gobierno federal ha presionado para definir normas sobre información relativa a pacientes y tratamientos, como paso para armar una base de datos nacional. Los prestadores públicos y privados, a su vez, requieren a clínicas y hospitales medir su desempeño en términos de seguridad y salud de los pacientes. Atkinsons fue director de proyectos en la oficina parlamentaria dedicada a evaluaciones tecnológicas y encabeza la sección TI del Progressive policy institute, una organización demócrata.

El informe señala que el empleo en el sector computación ha repuntado algo desde el desinfle de la burbuja puntocom (2000). En 2006, representaba 3.750.000 puestos laborales. No obstante, el potencial de crecimiento es escaso. “No parece que la actividad genere aumentos de empleo no proporcionales a su tamaño, En parte –apunta el experto-, porque la productividad en TI es alta y permite mayor rendimiento con menos mano de obra”.

Por el contrario, la demanda laboral provendrá cada vez más de industrias y áreas que aprovechen con inteligencia la TI. Como ha sido usual en años, el sector servicios, que emplea 76% de la fuerza laboral norteamericana, generará el grueso de futuros puestos. El aspecto más controvertido del estudio (se titula “Digital prosperity: benefits of the TI revolution”) es la reivindicación del alto grado de productividad originado por inversiones en TI.

Si bien el trabajo cita datos y fuentes que respaldan su postura, varios analistas no están convencidos; en particular, los republicanos. “Quizá las inversiones en ese área rindan más que en otras, pero faltan evidencias al respecto”, objeta Robert Litan (Ewing Kauffmann foundation). Los expertos conservadores también se muestran escépticos acerca de las políticas sectoriales, porque les recuerdan iniciativas prevalentes en Europa occidental y otros lugares en la posguerra, que ellos definen como “costosos fracasos” (Litan). En realidad, muchas de ellas tuvieron éxito.

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