Ambos problemas obligaron a la firma a apostarlo todo a una sola especialidad,
Zetia (tratamiento de hepatitis C), que la Food & Drug Administration acaba
de aprobar tras diez meses de pruebas. No obstante, la inminente competencia de
los "genéricos" afectará al Clarityne y no mejorará
los resultados del actual trimestre.
Máxime porque el estado financiero de julio-septiembre muestra ganancias
de apenas US$ 429 millones, casi 30% menos que un año atrás. No
obstante, Wall Street se fijó más en la advertencia de la SEC:
se sospechan maniobras poco claras en materia de estimaciones y proyecciones
de utilidades.
El trasfondo económico, común a varias empresas del sector, se
vincula a lo que en EE.UU. se define como "genéricos". No son,
al revés de Argentina o Brasil, drogas con la misma fórmula que
la marca pero sin marca, sino especialidades cuyas patentes iniciales han expirado.
Por tanto, cualquiera puede copiarlas, aunque no modificarlas sin permiso de
la FDA. Los laboratorios han tratado de reformar ese mecanismo, pero -no hace
mucho- tanto la FDA cuanto el propio George W. Bush se pronunciaron en favor
del régimen actual. "Si las empresas calculan mal futuras ventas
y las patentes expiran sin que hayan recobrado los costos de investigación
y desarrollo, es problema de ellas", dijo el presidente.
Entretanto, Pfizer informó anoche que abonará US$ 49 millones
de multa. La suma resulta de un arreglo con el departamento federal de Justicia
y se debe a que la farmoquímica había cobrado demasiado caro su
propia estrella, Lipitor, una droga contra el colesterol.
Ambos problemas obligaron a la firma a apostarlo todo a una sola especialidad,
Zetia (tratamiento de hepatitis C), que la Food & Drug Administration acaba
de aprobar tras diez meses de pruebas. No obstante, la inminente competencia de
los "genéricos" afectará al Clarityne y no mejorará
los resultados del actual trimestre.
Máxime porque el estado financiero de julio-septiembre muestra ganancias
de apenas US$ 429 millones, casi 30% menos que un año atrás. No
obstante, Wall Street se fijó más en la advertencia de la SEC:
se sospechan maniobras poco claras en materia de estimaciones y proyecciones
de utilidades.
El trasfondo económico, común a varias empresas del sector, se
vincula a lo que en EE.UU. se define como "genéricos". No son,
al revés de Argentina o Brasil, drogas con la misma fórmula que
la marca pero sin marca, sino especialidades cuyas patentes iniciales han expirado.
Por tanto, cualquiera puede copiarlas, aunque no modificarlas sin permiso de
la FDA. Los laboratorios han tratado de reformar ese mecanismo, pero -no hace
mucho- tanto la FDA cuanto el propio George W. Bush se pronunciaron en favor
del régimen actual. "Si las empresas calculan mal futuras ventas
y las patentes expiran sin que hayan recobrado los costos de investigación
y desarrollo, es problema de ellas", dijo el presidente.
Entretanto, Pfizer informó anoche que abonará US$ 49 millones
de multa. La suma resulta de un arreglo con el departamento federal de Justicia
y se debe a que la farmoquímica había cobrado demasiado caro su
propia estrella, Lipitor, una droga contra el colesterol.