Rohm: producto invisible y sigiloso

Puede ser el titán electrónico japonés más vendido del mundo. Sus semiconductores y lásers son el corazón anónimo de la mayoría de los electrodomésticos básicos y aparatos electrónicos.

3 septiembre, 2000

Lo mismo sucede con computadoras, reproductores de CD, aparatos de televisión y teléfonos celulares. Es muy probable también que Rohm haya fabricado el cerebro de las cocinas de microondas, heladeras y radios que todos hayamos comprado en los últimos años. las señales eléctricas de los aeropuertos o las terminales de trenes o de las autopistas: también podrían pertenecer a la empresa.

Rohm se construyó infiltrándose subrepticiamente en olvidados rincones de la industria y dominándolos absolutamente.

La mayoría de sus productos son customizados para los proveedores que abastece, lo que la diferencia de sus colegas con ingresos anuales entre 10 y 20 veces mayores: los titanes de los semiconductores Fujitsu, NEC y Toshiba.

Esa es una de las razones por las cuales la empresa pudo crecer tranquilamente sin demasiada competencia directa. pero ahora los grandes muestran un repentino interés en el producto que representa la mitad de sus ganancias (circuitos integrados a gran escala o LSI, un grupo de chips y otros componentes que realizan tareas, como por ejemplo enviar instrucciones a nuestra impresora).

Rohm también evitó competir en dispositivos de carga-cupla o CCD, los chips que convierten la luz en información digital para cámaras y videograbadoras digitales. En esa batalla ahora participan gigantes de la talla de Sony, Toshiba y Matsushita.

Mientras todos luchaban por conseguir la gloria con los CCD, Rohm advirtió que nadie se interesaba en la otra parte de la ecuación, el trabajo menos atractivo de convertir la información digital en película analógica. Ahora son los dueños de ese nicho.

Otra de las armas secretas de Rohm: su insistencia para producir sus propios equipos de fabricación, como había sucedido con sus resistores.

La mayoría de las empresas de semiconductores compran el mismo equipo de los mismos fabricantes. Por lo tanto, su producción no puede distinguirse.

Rohm visita a los fabricantes de elementos de producción para inspeccionar su mercadería y luego produce algo mejor.

La empresa también se ufana de ser la mejor del mundo en fabricación de LSI, el producto que proporciona la mitad de sus ganancias.

La mayoría de las empresas electrónicas están vinculadas a plantas de producción de chips multimillonarias dedicadas a un solo chip. Rohm, en cambio, observa todo el trabajo que hay que hacer y luego selecciona o rechaza los chips de acuerdo con ello.

La mayor parte de la industria de electrónica de consumo utiliza LSI dentro de un receptáculo, de manera que Rohm puede producir todo el producto terminado en lugar de suministrar solamente su motor central. Pero eso colocaría al proveedor en la mira de los grandes fabricantes y sus ganancias se diluirían rápidamente.

Rohm también tiene patentes básicas, entre las que se incluyen las de los nuevos ferro chips y es líder en producción masiva mundial. Como los chips de memoria –DRAMs, que significa memoria de acceso aleatoria dinámica–, los ferro chips son rápidos; pero, a diferencia de los DRAM, no pierden datos cuando se desactivan.

Tambien utilizan menos de un décimo de la energía de memoria flash, convirtiéndolos en ideales para teléfonos celulares y otros dispositivos manuales. Su pequeña capacidad de almacenamiento, sin embargo, les impide usos básicos en computación.

Pero la empresa está contenta con promover los ferro chips (los llama F-RAMs) a mercados más especializados, como rotulación de equipaje. Los rótulos que pueden volver a utilizarse permitirán algún día que los aeropuertos mejoren sus esfuerzos por automatizar la clasificación de equipaje. Rótulos similares pueden utilizarse para paquetes de couriers.

Pero Siemens y otros grandes fabricantes también están apuntando a los ferro chips. El día en que los F-RAM se conviertan en un gigantes producto de uso corriente, Rohm se retirará y accederá a recibir los ingresos por sus patentes.

Lo mismo sucede con computadoras, reproductores de CD, aparatos de televisión y teléfonos celulares. Es muy probable también que Rohm haya fabricado el cerebro de las cocinas de microondas, heladeras y radios que todos hayamos comprado en los últimos años. las señales eléctricas de los aeropuertos o las terminales de trenes o de las autopistas: también podrían pertenecer a la empresa.

Rohm se construyó infiltrándose subrepticiamente en olvidados rincones de la industria y dominándolos absolutamente.

La mayoría de sus productos son customizados para los proveedores que abastece, lo que la diferencia de sus colegas con ingresos anuales entre 10 y 20 veces mayores: los titanes de los semiconductores Fujitsu, NEC y Toshiba.

Esa es una de las razones por las cuales la empresa pudo crecer tranquilamente sin demasiada competencia directa. pero ahora los grandes muestran un repentino interés en el producto que representa la mitad de sus ganancias (circuitos integrados a gran escala o LSI, un grupo de chips y otros componentes que realizan tareas, como por ejemplo enviar instrucciones a nuestra impresora).

Rohm también evitó competir en dispositivos de carga-cupla o CCD, los chips que convierten la luz en información digital para cámaras y videograbadoras digitales. En esa batalla ahora participan gigantes de la talla de Sony, Toshiba y Matsushita.

Mientras todos luchaban por conseguir la gloria con los CCD, Rohm advirtió que nadie se interesaba en la otra parte de la ecuación, el trabajo menos atractivo de convertir la información digital en película analógica. Ahora son los dueños de ese nicho.

Otra de las armas secretas de Rohm: su insistencia para producir sus propios equipos de fabricación, como había sucedido con sus resistores.

La mayoría de las empresas de semiconductores compran el mismo equipo de los mismos fabricantes. Por lo tanto, su producción no puede distinguirse.

Rohm visita a los fabricantes de elementos de producción para inspeccionar su mercadería y luego produce algo mejor.

La empresa también se ufana de ser la mejor del mundo en fabricación de LSI, el producto que proporciona la mitad de sus ganancias.

La mayoría de las empresas electrónicas están vinculadas a plantas de producción de chips multimillonarias dedicadas a un solo chip. Rohm, en cambio, observa todo el trabajo que hay que hacer y luego selecciona o rechaza los chips de acuerdo con ello.

La mayor parte de la industria de electrónica de consumo utiliza LSI dentro de un receptáculo, de manera que Rohm puede producir todo el producto terminado en lugar de suministrar solamente su motor central. Pero eso colocaría al proveedor en la mira de los grandes fabricantes y sus ganancias se diluirían rápidamente.

Rohm también tiene patentes básicas, entre las que se incluyen las de los nuevos ferro chips y es líder en producción masiva mundial. Como los chips de memoria –DRAMs, que significa memoria de acceso aleatoria dinámica–, los ferro chips son rápidos; pero, a diferencia de los DRAM, no pierden datos cuando se desactivan.

Tambien utilizan menos de un décimo de la energía de memoria flash, convirtiéndolos en ideales para teléfonos celulares y otros dispositivos manuales. Su pequeña capacidad de almacenamiento, sin embargo, les impide usos básicos en computación.

Pero la empresa está contenta con promover los ferro chips (los llama F-RAMs) a mercados más especializados, como rotulación de equipaje. Los rótulos que pueden volver a utilizarse permitirán algún día que los aeropuertos mejoren sus esfuerzos por automatizar la clasificación de equipaje. Rótulos similares pueden utilizarse para paquetes de couriers.

Pero Siemens y otros grandes fabricantes también están apuntando a los ferro chips. El día en que los F-RAM se conviertan en un gigantes producto de uso corriente, Rohm se retirará y accederá a recibir los ingresos por sus patentes.

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