¿Quién fabrica iPod?

¿Quiénes fabrican el Apple iPod? La pregunta no es absurda porque Apple no es. La compañía terceriza en el extranjero el proceso completo de fabricación del aparato a una cantidad de empresas asiáticas.

28 junio, 2007

Pero ésa no es la respuesta completa, porque todas esas empresas – entre las cuales figuran Asustek, Inventec Appliances y Foxconn – sólo realizan el ensamble final. La pregunta entonces es ¿quién hace las 451 partes que van dentro de un iPod?

Tres investigadores de la Universidad de California realizaron una verdadera pesquisa utilizando un informe de Portelligent Inc. que analiza todas las partes que componen el iPod.

El estudio, que fue auspiciado por la Sloan Foundation, pone de manifiesto la fascinante complejidad de la economía global y lo difícil que es comprenderla usando sólo estadísticas de comercio convencional.

El valor al público del video iPod de 30 gigas que los autores examinaron era de US$ 299. El componente más caro en su interior era el disco rígido, fabricado por Toshiba y cuesta alrededor de US$ 73. Los componentes que le siguen en precio son el módulo pantalla (unos US$ 20), el chip de video/multimedia (US$ 8) y el chip controlador (US$ 5). Ellos estimaron que el ensamble final, hecho en China, cuesta sólo US$ 4 por unidad.

Un método para rastrear la geografía de la cadena de suministro podría ser atribuir el costo de cada componente al país de origen de su fabricante. Así, US$ 73 del costo del iPod sería atribuido a Japón pues Toshiba es una empresa japonesa, y los US$ 13 del costo de los dos chips sería atribuido a Estados Unidos, pues los proveedores, Broadcom y PortalPlayer, son empresas estadounidenses. Y así.

Pero este método esconde algunos de los detalles más importantes. Toshiba puede ser japonesa, pero fabrica la mayoría de sus discos rígidos en Filipinas y China. De modo que tal vez también deberíamos asignar parte del costo del disco rígido a uno de esos países. El mismo problema surge con los chips de Broadcom, puesto que en su gran mayoría se fabrican en Taiwán. Entonces, ¿cómo se puede distribuir de forma significativa el costo de los componentes de un iPod entre los países que los fabrican?
Para responder a esa pregunta, proponen los investigadores, hay que mirar el proceso de producción con una secuencia de pasos, cada uno posiblemente ejecutado por una compañía diferente en un país diferente. En cada etapa, insumos como chips y placas de circuitos son convertidos en productos terminados como una placa de circuidos ensamblados. La diferencia entre el costo del insumo y el valor del producto terminado es el “valor agregado” de esa etapa, que luego sí podrá atribuírsele al país donde se agregó ese valor. El margen de ganancia sobre las partes genéricas como tornillos y arandelas es muy bajo, puesto esos ítems son producidos en industrias intensamente competitivas y pueden ser fabricados en cualquier parte. Por eso agregan muy poco al valor final del iPod. Pero partes más especializadas, como discos rígidos y chips controladores, tienen un valor agregado mucho más alto.

Según cálculos de los autores, el disco rígido Toshiba de US$ 73, contiene US$ 54 en partes y mano de obra. De modo que el valor que agregó Toshiba. Los 19 dólares se atribuyen a Japón por Toshiba es una empresa japonesa. Continuando de este modo, los investigadores examinaron los principales componentes del iPod y trataron de calcular el valor agregado e las diferentes etapas del proceso de producción y luego asignaron el valor agregado al país donde se creó el valor. Esta tarea no es fácil, pero basándose en su examen inicial, está claro que la mayor porción del valor agregado en el aparatito va a empresas en Estados Unidos, particularmente por las unidades vendidas allí.

Los investigadores calcularon que US$ 163 de los US$ 299 que cuesta al público un iPod en Estados Unidos era capturado por compañías y trabajadores estadounidenses, y lo descomponen en US$ 75 por distribución y costos minoristas, US$80 a Apple, y US$8 a diversos fabricantes nacionales de componentes. Japón aportó unos US$26 al valor agregado (en su mayor parte a través del disco rígido Toshiba) mientras Korea contribuyó menos de US$ 1.

Los costos por partes y manos de obra que no se atribuyen a nadie en la fabricación del iPod sumaron US$110. Los autores esperan poder asignarlos a los correspondientes países, pero como ilustra el ejemplo del disco rígido, no es tarea fácil.

El cálculo ilustra la futilidad de calcular un proceso de fabricación tan complejo usando estadísticas convencionales.

En última instancia, la respuesta a la pregunta ¿quién hace el iPod? No tiene una respuesta simple. El iPod,k como muchos otros productos, se fabricado en diversos países por docenas de empresas, y cada etapa de la producción contribuye en proporciones diferentes al valor final del producto.

El valor real del iPod no está en sus partes ni siquiera en la acción de juntar esas partes. El grueso de su valor está en el concepto y diseño del iPod. Por eso es que Apple recibe US$ 80 por cada unidad que se vende al público.

Pero ésa no es la respuesta completa, porque todas esas empresas – entre las cuales figuran Asustek, Inventec Appliances y Foxconn – sólo realizan el ensamble final. La pregunta entonces es ¿quién hace las 451 partes que van dentro de un iPod?

Tres investigadores de la Universidad de California realizaron una verdadera pesquisa utilizando un informe de Portelligent Inc. que analiza todas las partes que componen el iPod.

El estudio, que fue auspiciado por la Sloan Foundation, pone de manifiesto la fascinante complejidad de la economía global y lo difícil que es comprenderla usando sólo estadísticas de comercio convencional.

El valor al público del video iPod de 30 gigas que los autores examinaron era de US$ 299. El componente más caro en su interior era el disco rígido, fabricado por Toshiba y cuesta alrededor de US$ 73. Los componentes que le siguen en precio son el módulo pantalla (unos US$ 20), el chip de video/multimedia (US$ 8) y el chip controlador (US$ 5). Ellos estimaron que el ensamble final, hecho en China, cuesta sólo US$ 4 por unidad.

Un método para rastrear la geografía de la cadena de suministro podría ser atribuir el costo de cada componente al país de origen de su fabricante. Así, US$ 73 del costo del iPod sería atribuido a Japón pues Toshiba es una empresa japonesa, y los US$ 13 del costo de los dos chips sería atribuido a Estados Unidos, pues los proveedores, Broadcom y PortalPlayer, son empresas estadounidenses. Y así.

Pero este método esconde algunos de los detalles más importantes. Toshiba puede ser japonesa, pero fabrica la mayoría de sus discos rígidos en Filipinas y China. De modo que tal vez también deberíamos asignar parte del costo del disco rígido a uno de esos países. El mismo problema surge con los chips de Broadcom, puesto que en su gran mayoría se fabrican en Taiwán. Entonces, ¿cómo se puede distribuir de forma significativa el costo de los componentes de un iPod entre los países que los fabrican?
Para responder a esa pregunta, proponen los investigadores, hay que mirar el proceso de producción con una secuencia de pasos, cada uno posiblemente ejecutado por una compañía diferente en un país diferente. En cada etapa, insumos como chips y placas de circuitos son convertidos en productos terminados como una placa de circuidos ensamblados. La diferencia entre el costo del insumo y el valor del producto terminado es el “valor agregado” de esa etapa, que luego sí podrá atribuírsele al país donde se agregó ese valor. El margen de ganancia sobre las partes genéricas como tornillos y arandelas es muy bajo, puesto esos ítems son producidos en industrias intensamente competitivas y pueden ser fabricados en cualquier parte. Por eso agregan muy poco al valor final del iPod. Pero partes más especializadas, como discos rígidos y chips controladores, tienen un valor agregado mucho más alto.

Según cálculos de los autores, el disco rígido Toshiba de US$ 73, contiene US$ 54 en partes y mano de obra. De modo que el valor que agregó Toshiba. Los 19 dólares se atribuyen a Japón por Toshiba es una empresa japonesa. Continuando de este modo, los investigadores examinaron los principales componentes del iPod y trataron de calcular el valor agregado e las diferentes etapas del proceso de producción y luego asignaron el valor agregado al país donde se creó el valor. Esta tarea no es fácil, pero basándose en su examen inicial, está claro que la mayor porción del valor agregado en el aparatito va a empresas en Estados Unidos, particularmente por las unidades vendidas allí.

Los investigadores calcularon que US$ 163 de los US$ 299 que cuesta al público un iPod en Estados Unidos era capturado por compañías y trabajadores estadounidenses, y lo descomponen en US$ 75 por distribución y costos minoristas, US$80 a Apple, y US$8 a diversos fabricantes nacionales de componentes. Japón aportó unos US$26 al valor agregado (en su mayor parte a través del disco rígido Toshiba) mientras Korea contribuyó menos de US$ 1.

Los costos por partes y manos de obra que no se atribuyen a nadie en la fabricación del iPod sumaron US$110. Los autores esperan poder asignarlos a los correspondientes países, pero como ilustra el ejemplo del disco rígido, no es tarea fácil.

El cálculo ilustra la futilidad de calcular un proceso de fabricación tan complejo usando estadísticas convencionales.

En última instancia, la respuesta a la pregunta ¿quién hace el iPod? No tiene una respuesta simple. El iPod,k como muchos otros productos, se fabricado en diversos países por docenas de empresas, y cada etapa de la producción contribuye en proporciones diferentes al valor final del producto.

El valor real del iPod no está en sus partes ni siquiera en la acción de juntar esas partes. El grueso de su valor está en el concepto y diseño del iPod. Por eso es que Apple recibe US$ 80 por cada unidad que se vende al público.

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