¿Qué es una interfaz neural?

Es algo que permite inyectar electrodos en el cerebro humano para mejorar sus cualidades cognitivas.

17 septiembre, 2019

Neuralink es la compañía que ha fundado Elon Musk, quien está convencido de que si los seres humanos no nos apuramos para mejorar y ampliar nuestras capacidades pronto la inteligencia artificial nos volverá redundantes. Musk afirma que nos hemos vuelto tan dependientes del smartphone que nos hemos convertido en androides. Los dedos y las palabras son una interfaz eficiente, argumenta. Por eso busca dar con una interfaz que sea más rápida y más fluida fusionando nuestra inteligencia cognitiva con capacidad de procesamiento computacional. Eso, dice, nos permitirá mantenernos a la par de las máquinas.

Musk define así la misión de Neuralink: “Si no les puedes ganar, únete a ellas”. La visión del emprendedor tecnológico – fusionar ser humano y máquina – sorprende y asusta. Pero lo cierto es que la tecnología de la interfaz neural no es ciencia ficción, es una realidad. Ya se está usando mucho más de lo que se cree y puede ser enormemente beneficiosa. Y, como ocurre siempre con la tecnología, todo va a depender de cuán inteligentemente se la aplique.

Sarah Chan, investigadora de ética en la Universidad de Edimburgo, dice que la tecnología de interfaz neural está siendo cada vez más útil para tratar una serie de enfermedades. Puede permitir, por ejemplo, que una prótesis de pierna o brazo interactúe con los nervios del paciente. También se la puede usar para tratar la epilepsia, la depresión o el dolor.

Sin embargo, Chan dice que estas tecnologías plantean serias cuestiones filosóficas que deben ser debatidas ampliamente por la sociedad y los gobernantes. ” Si nos vamos convirtiendo en androides, en ihumanos, si comenzamos a fusionarnos con las máquinas, ¿qué significa eso para la naturaleza humana y nuestro sentido de identidad?”

 

Hay muchos otros investigadores también preocupados de que se cruce ese umbral, de ir demasiado lejos con la manipulación del cerebro. Marcelo Ienca, profesor de bioética en ETH Zurich, dice que siempre hemos usado tecnología para aumentar nuestras capacidades humanas. Ejemplos, los anteojos, las miembros artificiales o las computadoras. En cuanto a los desarrollos en tecnología de interfaz neural, podrían significar una evolución profunda en la historia de la humanidad. “Lo que no tiene precedentes es que podremos incorporar directamente poder computacional a la cognición humana. Será muy difícil definir dónde termina el ser humano y comienza la computadora”.

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