Proteger la privacidad en línea puede molestar a gobiernos

Philip Zimmermann protege la reserva en linea desde 1991, cuando creó el programa “Pretty good privacy”. O sea PGP. ¿A quién puede molestarle esa actividad? Pues a gobiernos tan paranoides como los de Estados Unidos y Gran Bretaña.

22 mayo, 2006

Esencialmente, PGP modula y desmodula mensajes de correo electrónico, por lo cual tiene fieles seguidores entre quienes defienden la privacidad personal y los derechos o las libertades civiles. Pero ya debió superar tres años de investigaciones federales, acusado de violar restricciones a la exportación de software de encripción. El caso se cayó en 1996 y Zimmermann fundó PGP Inc. para comercializar sus programas.

Ahora se expone nuevamente al escrutinio de Washington y también Londres. Días atrás, empezó a difundir la versión Windows de un programa gratuito, Zfones, que modula conversaciones computadora a computadora: cada parte sabe que nadie está escuchando. El mismo recurso está disponible, desde hace algunos meses, para usuarios de Macintosh y Linux, según el sistema conocido como “protocolo de voz en Internet” (VPI).

Lo que distingue a Zfone del resto es que no requiere una red de máquinas ni las largas serie de números comunes a la mayoría de criptografías. En lugar de eso, acopla el intercambio de claves al canal digital de voz mientras se realiza la llamada, así ningún tercero accede a ellas. Esta innovación coincide con nuevos esfuerzos de la Casa Blanca en materia de supervisión electrónica. Por ejemplo, una demanda de la Electronic Frontier Foundation (un grupo que defiende derechos a la privacidad) sostiene que ATY&T ha dado a la National Security Agency acceso en tiempo real a comunicaciones por Internet.

Tras el 11 de septiembre de 2001, abundaban las exigencias para que se establecieran nuevas trabas a la criptografía, para evitar su uso en comunicaciones entre enemigos de EE.UU. Ahora, el debate puede reanudarse ante el fácil acceso a contactos cifrados en el ciberespacio. “Temo que se replantee un tema resuelto hace años en favor de los derechos individuales”, señala James Dempsey, director del centro para la democracia y la tecnología, un grupo de Washington dedicado a políticas públicas.

Por de pronto, la comisión federal de Comunicaciones ha empezado a adoptar normas para obligar a proveedores de servicios por Internet y VPI a emplear técnicas que permitan a las autoridades monitorear llamados telefónicos convencionales. No obstante, todavía la CFC exceptúa programas que operan directamente entre computadoras, no vía un centro de comunikcaciones.

Zfone tal vez afronte más problemas en la Unión Europea, donde el gobierno británico se apresta a dar a la policía facultades para forzar, a individuos y organizaciones, a revelar claves criptográficas. Pero Zimmermann no en quienes temen la supervisión estatal su mercado primario. “La fase siguiente en la epidemia de programas espías en Internet –afirma- apuntará a los usuarios empresarios”.

En tanto regala su software, su finalidad es atraer desarrolladores de software VPI para licenciar tecnología criptográfica e instalarlas en sus servicios. Zfone puede encriptar automáticamente cualquier comunicación entre usuarios de programas tipo X-Lite, Gizmo o Sjphone. Puede descargarse en www.philzimmermann.com.

La modalidad no funciona con Skype, el sistema adquirido por eBay, que emplea su propio esquema criptográfico. Pero funcionarios alemanes poseen tecnología para interceptar y descifrar llamado vía Skype. Así lo reveló Anthony Rutkowski, vicepresidente de VeriSign, otra firma que ofrece seguridad en Internet y telefonía. A su vez, Zimmermann admitió que aún no ha probado la compatibilidad entre Zfone y Vonage, otro popular servicio VPI.

Esencialmente, PGP modula y desmodula mensajes de correo electrónico, por lo cual tiene fieles seguidores entre quienes defienden la privacidad personal y los derechos o las libertades civiles. Pero ya debió superar tres años de investigaciones federales, acusado de violar restricciones a la exportación de software de encripción. El caso se cayó en 1996 y Zimmermann fundó PGP Inc. para comercializar sus programas.

Ahora se expone nuevamente al escrutinio de Washington y también Londres. Días atrás, empezó a difundir la versión Windows de un programa gratuito, Zfones, que modula conversaciones computadora a computadora: cada parte sabe que nadie está escuchando. El mismo recurso está disponible, desde hace algunos meses, para usuarios de Macintosh y Linux, según el sistema conocido como “protocolo de voz en Internet” (VPI).

Lo que distingue a Zfone del resto es que no requiere una red de máquinas ni las largas serie de números comunes a la mayoría de criptografías. En lugar de eso, acopla el intercambio de claves al canal digital de voz mientras se realiza la llamada, así ningún tercero accede a ellas. Esta innovación coincide con nuevos esfuerzos de la Casa Blanca en materia de supervisión electrónica. Por ejemplo, una demanda de la Electronic Frontier Foundation (un grupo que defiende derechos a la privacidad) sostiene que ATY&T ha dado a la National Security Agency acceso en tiempo real a comunicaciones por Internet.

Tras el 11 de septiembre de 2001, abundaban las exigencias para que se establecieran nuevas trabas a la criptografía, para evitar su uso en comunicaciones entre enemigos de EE.UU. Ahora, el debate puede reanudarse ante el fácil acceso a contactos cifrados en el ciberespacio. “Temo que se replantee un tema resuelto hace años en favor de los derechos individuales”, señala James Dempsey, director del centro para la democracia y la tecnología, un grupo de Washington dedicado a políticas públicas.

Por de pronto, la comisión federal de Comunicaciones ha empezado a adoptar normas para obligar a proveedores de servicios por Internet y VPI a emplear técnicas que permitan a las autoridades monitorear llamados telefónicos convencionales. No obstante, todavía la CFC exceptúa programas que operan directamente entre computadoras, no vía un centro de comunikcaciones.

Zfone tal vez afronte más problemas en la Unión Europea, donde el gobierno británico se apresta a dar a la policía facultades para forzar, a individuos y organizaciones, a revelar claves criptográficas. Pero Zimmermann no en quienes temen la supervisión estatal su mercado primario. “La fase siguiente en la epidemia de programas espías en Internet –afirma- apuntará a los usuarios empresarios”.

En tanto regala su software, su finalidad es atraer desarrolladores de software VPI para licenciar tecnología criptográfica e instalarlas en sus servicios. Zfone puede encriptar automáticamente cualquier comunicación entre usuarios de programas tipo X-Lite, Gizmo o Sjphone. Puede descargarse en www.philzimmermann.com.

La modalidad no funciona con Skype, el sistema adquirido por eBay, que emplea su propio esquema criptográfico. Pero funcionarios alemanes poseen tecnología para interceptar y descifrar llamado vía Skype. Así lo reveló Anthony Rutkowski, vicepresidente de VeriSign, otra firma que ofrece seguridad en Internet y telefonía. A su vez, Zimmermann admitió que aún no ha probado la compatibilidad entre Zfone y Vonage, otro popular servicio VPI.

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