Por la movilidad, crecieron los polos tecnológicos

El mercado de IT es global y, por lo tanto, otras grandes ciudades han estimulado la creación de start ups y de polos polos tecnológicos de innovación descentralizados. Lo cierto es que hoy el sueño de la start up propia puede estar lejos de Silicon Valley.

2 enero, 2014

El desarrollo de tendencias en IT como Big Data, la nube o, la más fuerte de todas, la movilidad, podrían estar favoreciendo un sistema descentralizado de innovación con polos en ciudades como Estocolmo, Tel Aviv o Berlín, reporta The Financial Times. Esto significa que el sueño de tener una propia start up podría estar más cerca que nunca: ya no es necesario estar en Silicon Valley para lograrlo.

Como decía el técnico de fútbol “Mostaza” Merlo, sin embargo, conviene ir “paso a paso”. Si bien es cierto que Silicon Valley le saca varios cuerpos de distancia a cualquier otro polo tecnológico en el mundo, la creación de una infraestructura virtual más robusta ha permitido que otras ciudades se sumen al juego. Hoy, por ejemplo, no se necesita tener una oficina en California para crear una aplicación, mandarla a un mercado como Google Play o App Store, y llegar a millones de personas.

Historias de éxito abundan. La start up escandinava Supercell vendió 51% de sus acciones a un grupo inversionista japonés por US$ 1.500 millones recientemente. Otra coterránea fue Spotify, el servicio de música y radio online en streaming, que está valuada en US$ 4.000 millones o, mirando al mercado de los videojuegos, Rovio, la empresa detrás de Angry Birds, no se queda atrás. Estas tres grandes, que comenzaron muy pequeñas, le dan razones para sonreír al gobierno de ese país: si Nokia fracasa habrá otras que tomen su lugar.

En otros lugares del mundo se dan las mismas historias. Israel tiene un sector de IT importantísimo y el año pasado, por citar un ejemplo, Google desembolsó US$ 1.000 por la aplicación Waze. Facebook hizo lo suyo con Onavo, una empresa dedicada a la compresión de archivos, y Apple se hizo de Primesense, que desarrolló tecnología para controlar computadoras utilizando solo gestos.

Las historias de éxito como estás atraen a nuevos jugadores, como suele suceder, y estos mercados están inundados de start ups concentradas en innovar y hacer, así, pequeñas fortunas.

Pero no hay que olvidar que algo similar sucedió a principios de la década, con la fiebre de las puntocom. El mercado terminó cayendo porque ninguna de las empresas terminó estando a la altura de sus valuaciones. Se creó, así, una burbuja financiera. Ciudades tradicionalmente innovadoras como Nueva York o Londres escapan de esta nueva tendencia porque han fortalecido sus ecosistemas lo suficiente para evitar otra parálisis en el mercado.

Lo cierto es que a pesar de este marcado crecimiento en la descentralización es lógico que todavía la mayoría de las start ups miren a Silicon Valley: ya sea para atraer su atención y lograr una venta millonaria o para crecer en infraestructura todavía es difícil distraer la atención del lugar en donde todo sucede.

 

 

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