Polémica sobre el acceso a banda ancha

Según un informe de la Comisión Federal de Comunicaciones (CFC, Estados Unidos), el uso de banda ancha para acceso a Internet se difunde a gran velocidad. Unos dicen que el fenómeno no discrimina entre estamentos sociales, otros, lo contrario.

19 febrero, 2002

De acuerdo con la entidad, 7% de los hogares empleaba esos servicios al 30 de junio de 2001, nivel que triplica el 1,6% a mediados de 2000. En términos generales, había hace ocho meses 9.600.000 millones de subscriptores de banda ancha, 36% más que un año antes. Pero el estudio de la CFC aporta dos detalles significativos. Uno: entre mediados de 2002 y 2001, la cantidad de abonados a esa franja subió 250%. Otro: el mayor crecimiento se da en áreas residenciales, pequeñas empresas, usuarios de ingresos bajos y zonas rurales de escasa densidad.

Hasta ahí, el informe firmado por Michael K. Powell, presidente de la comisión. Pero uno de los directores, Michael J.Copps, hizo una interpretación opuesta. A su criterio, la CFC precisa más y mejores datos sobre acceso a la Red.

“Se necesita un debate profundo sobre la cuestión. Partiendo de los registros a nuestra disposición, es casi imposible determinar si el despliegue de telecomunicaciones de avanzada llega a todo el público razonable y puntualmente”. Ambas parte aluden a la misma gama de servicios, a saber: voz, datos, gráficos y video de alta calidad compatabiles con cualquier plataforma tecnológica.

Si bien aceptan que crece el acceso, Copps y otros críticos sostienen que se mantiene una brecha substancial entre áreas urbanas y rurales –por un lado- y, por el otro, hogares de mayores y menores ingresos. A su vez, analistas del sector telecomunicaciones estiman que el problema no radica en el acceso, sino en la demanda. Es decir que ya hay suficientes líneas y equipos actualizados (cubren más de la mitad del servicio de banda ancha asequible), pero apenas una fracción de usuarios se subscribe a ellos.

El senador Ronald Wyden (demócrata, Oregon), ve en el informe de la CFC “indicios claros de que el acceso seguirá siendo poco igualitario, por falta de una amplia política nacional. Sin duda sigue creciendo la brecha entre quienes disponen de tecnología adecuada y quienes no: apenas 25% de las personas que ganan menos de US$ 25.000 al año usan Internet, contra casi 75% de quienes ganan más de US$ 75.000”.

De acuerdo con la entidad, 7% de los hogares empleaba esos servicios al 30 de junio de 2001, nivel que triplica el 1,6% a mediados de 2000. En términos generales, había hace ocho meses 9.600.000 millones de subscriptores de banda ancha, 36% más que un año antes. Pero el estudio de la CFC aporta dos detalles significativos. Uno: entre mediados de 2002 y 2001, la cantidad de abonados a esa franja subió 250%. Otro: el mayor crecimiento se da en áreas residenciales, pequeñas empresas, usuarios de ingresos bajos y zonas rurales de escasa densidad.

Hasta ahí, el informe firmado por Michael K. Powell, presidente de la comisión. Pero uno de los directores, Michael J.Copps, hizo una interpretación opuesta. A su criterio, la CFC precisa más y mejores datos sobre acceso a la Red.

“Se necesita un debate profundo sobre la cuestión. Partiendo de los registros a nuestra disposición, es casi imposible determinar si el despliegue de telecomunicaciones de avanzada llega a todo el público razonable y puntualmente”. Ambas parte aluden a la misma gama de servicios, a saber: voz, datos, gráficos y video de alta calidad compatabiles con cualquier plataforma tecnológica.

Si bien aceptan que crece el acceso, Copps y otros críticos sostienen que se mantiene una brecha substancial entre áreas urbanas y rurales –por un lado- y, por el otro, hogares de mayores y menores ingresos. A su vez, analistas del sector telecomunicaciones estiman que el problema no radica en el acceso, sino en la demanda. Es decir que ya hay suficientes líneas y equipos actualizados (cubren más de la mitad del servicio de banda ancha asequible), pero apenas una fracción de usuarios se subscribe a ellos.

El senador Ronald Wyden (demócrata, Oregon), ve en el informe de la CFC “indicios claros de que el acceso seguirá siendo poco igualitario, por falta de una amplia política nacional. Sin duda sigue creciendo la brecha entre quienes disponen de tecnología adecuada y quienes no: apenas 25% de las personas que ganan menos de US$ 25.000 al año usan Internet, contra casi 75% de quienes ganan más de US$ 75.000”.

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