<p>Esta semana, en efecto, la contaminación ambiental pasó a primer plano pues, al mismo tiempo, Naciones Unidas auspiciaban negociaciones en Bonn sobre cambios climáticos indeseables. O sea, el efecto invernadero.</p>
<p>No por casualidad, poco antes –en igual ciudad- se realizaba “Carbonoexpo”, una feria anual que subraya las características y la situación del intercambio de cuotas. Amén del lado financiero, los bonos, se presentaban proyectos para reducir emisiones, sistemas de auditoria y modelos de negocios.</p>
<p>A primera vista, la cosa marcha. En 2007, el canje de emisiones significó alrededor de US$ 60.000 millones. Gran parte de ese monto provino de la Unión Europea, que ha puesto topes al dióxido originado en grandes plantas industriales y usina térmicas, permitiendo a las empresas que exceden cuotas de “comprar” derechos de emisión a firmas que no los han usado.</p>
<p>Otro aporte relevante lo constituye el mecanismo de desarrollo limpio (MDL), por el cual los países avanzados –que adhirieron al protocolo de Kyoto y han reducido emisiones- pueden “pagar” por acciones similares en el mundo subdesarrollado. Por ejemplo, India tiene un programa anticontaminante, Yemen propone eliminar las columnas de gas natural en llamas que emiten los pozos en tierra firme y Burkina Faso presentó un proyecto para el sector forestal.</p>
<p>La crisis mundial de alimentos (es decir, su alza especulativa) no parece afectar esos negocios. Pero el futuro de la actividad no se divisa tan claro y el Banco Mundial le pronostica años menos prósperos. Por de pronto, hay ya bastantes proyectos en marcha para cubrir las emisiones de países industriales asociadas a Kyoto, que tiene vigencia de 1992 a 2011. En cuanto a adherentes voluntarios del sector privado, aumenta pero siguen siendo muy escasos.</p>
<p>En el caso de EE.UU., el congreso parece más inclinado a aceptar topes pero, dejando de lado las reticencias del poder ejecutivo saliente (copado por “lobbies” contaminantes), tomará tiempo legalizar las eventuales restricciones de la ley en trámite. Por otro lado, no hay seguridad de que el mundo se ponga de acuerdo sobre un esquema post Kyoto o cómo preservar el MDL.</p>
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Pese a nuevas iniciativas, el canje de emisiones contaminantes tiene futuro incierto
En Estados Unidos, el senado inició los debates sobre monóxido y dióxido. Eventualmente, la ley Warner-Lieberman creará un mercado para intercambiar cuotas, con el fin de reducir hasta dos tercios las emisiones tipo invernadero hacia 2050.