Otro debate en torno del recalentamiento planetario

Tony Blair, Arnold Schwarzenegger (gobernador de California) y veinticinco directivos empresarios discuten desde este jueves qué hacer con el “efecto invernadero”. Pero no hay un solo representante del gobierno federal norteamericano.

3 agosto, 2006

El primer ministro británico y el ex Terminator –nacido en Austria- son líderes en la defensa del equilibrio ambiental, tema que no preocupa a George W.Bush ni, mucho menos, al vicepresidente Richard Cheney. El tema del debate se centra en emisiones de monóxido y dióxido de carbono. También incluye el dióxido de sulfuro.

Las soluciones en el tapete implican formas más limpias de energía y combustibles, como los híbridos que está ensayando Ford Motor en ómnibus. Entre los asistentes del sector privado figuran John Browne (British Petroleum), Charles Holliday (DuPont), James Rogers (Duke Energy) y Richard Branson (Virgin Group), más gente de Goldman Sachs, Edison International, Swiss Reinsurance y Timberland.

Por supuesto, no hay grandes petroleras, mucho menos tejanas. Tampoco asiste James Connaughton, primcipal asesor de Bush en la materia. Arguyó “compromisos previos”, quizá la excusa más trillada del mundo). Parte de los panelistas y el organizador (Climate Group) acusan a la Casa Blanca de obstrucción en defensa del negocio de hidrocarburos. El asunto es muy serio, pues –según el propio departamento federal de energía y combustibles- la emisión global de dióxido ha ido de 20.000 millones de toneladas métricas en 1990 a 26.000 millones en 2004 y puede alcanzar más de 45.000 millones hacia 2030.

El primer ministro británico y el ex Terminator –nacido en Austria- son líderes en la defensa del equilibrio ambiental, tema que no preocupa a George W.Bush ni, mucho menos, al vicepresidente Richard Cheney. El tema del debate se centra en emisiones de monóxido y dióxido de carbono. También incluye el dióxido de sulfuro.

Las soluciones en el tapete implican formas más limpias de energía y combustibles, como los híbridos que está ensayando Ford Motor en ómnibus. Entre los asistentes del sector privado figuran John Browne (British Petroleum), Charles Holliday (DuPont), James Rogers (Duke Energy) y Richard Branson (Virgin Group), más gente de Goldman Sachs, Edison International, Swiss Reinsurance y Timberland.

Por supuesto, no hay grandes petroleras, mucho menos tejanas. Tampoco asiste James Connaughton, primcipal asesor de Bush en la materia. Arguyó “compromisos previos”, quizá la excusa más trillada del mundo). Parte de los panelistas y el organizador (Climate Group) acusan a la Casa Blanca de obstrucción en defensa del negocio de hidrocarburos. El asunto es muy serio, pues –según el propio departamento federal de energía y combustibles- la emisión global de dióxido ha ido de 20.000 millones de toneladas métricas en 1990 a 26.000 millones en 2004 y puede alcanzar más de 45.000 millones hacia 2030.

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