Nueva técnica de trasplante cerebral

Anunciaron un método que implanta células cancerígenas en zonas con daños neurológicos provocados por infartos cerebrales. Su eficacia fue comprobada en 50%, pero se esperan avances.

22 agosto, 2000

(EFE).- Una nueva técnica desarrollada en Estados Unidos utiliza células procedentes de tumores que una vez tratadas, pueden ser trasplantadas a las zonas dañadas por un infarto cerebral, informaron hoy (martes 22) expertos en neurología.

Aunque sólo se experimentó una mejoría en la mitad de los enfermos a los que se les aplicó el método, los investigadores consideran que se trata de una técnica muy prometedora, informó la revista estadounidense Neurology.

Las investigaciones, que se han llevado a cabo en el Centro Médico de la Universidad de Pittburgh, en Pensilvania, han suscitado dudas entre otros especialistas en neurología.

Justin Zivin, un neurocientífico de la Universidad de California, sostiene que la evolución de las personas tratadas con ese procedimiento deberá ser seguida de cerca durante varios años para comprobar que las células trasplantadas no retornan a su estado anterior.
El director de la investigación, Douglas Kondziolka, explicó que las células implantadas, denominadas neuronas LBS, se obtuvieron de células similares a las embrionarias, presentes en tumores humanos.

En el laboratorio, los investigadores han desarrollado una técnica que, mediante el uso de distintas sustancias, permite transformar esas células cancerígenas, que se dividen rápidamente, en células estables del tipo neuronal.

Una vez convertidas en células nerviosas, se implantaron en las zonas dañadas del cerebro de doce pacientes que habían sufrido infartos cerebrales entre seis meses y seis años antes del tratamiento.

“No podemos extraer ninguna conclusión sobre la eficacia de esta terapia, porque es muy pequeño el número de pacientes implicados en el estudio”, señaló Kondziolka.

Sin embargo, el científico recordó que los datos revelan que algunos pacientes, experimentaron una mejoría en las funciones que habían perdido debido a la parálisis cerebral.

“Ahora mismo, no hay ningún tratamiento para volver atrás los daños neurológicos causados por un infarto cerebral. La única posibilidad es la rehabilitación a través de la terapia ocupacional”, añadió.

La nueva técnica necesitará la aprobación de la Agencia de Fármacos y Alimentos de Estados Unidos (FDA), con el fin de continuar realizando prácticas con seres humanos.

En la actualidad hay varias líneas de investigación en las que se utiliza el potencial de las células cancerígenas con fines médicos, pero ninguna de ellas ha proporcionado resultados satisfactorios hasta el momento.

(EFE).- Una nueva técnica desarrollada en Estados Unidos utiliza células procedentes de tumores que una vez tratadas, pueden ser trasplantadas a las zonas dañadas por un infarto cerebral, informaron hoy (martes 22) expertos en neurología.

Aunque sólo se experimentó una mejoría en la mitad de los enfermos a los que se les aplicó el método, los investigadores consideran que se trata de una técnica muy prometedora, informó la revista estadounidense Neurology.

Las investigaciones, que se han llevado a cabo en el Centro Médico de la Universidad de Pittburgh, en Pensilvania, han suscitado dudas entre otros especialistas en neurología.

Justin Zivin, un neurocientífico de la Universidad de California, sostiene que la evolución de las personas tratadas con ese procedimiento deberá ser seguida de cerca durante varios años para comprobar que las células trasplantadas no retornan a su estado anterior.
El director de la investigación, Douglas Kondziolka, explicó que las células implantadas, denominadas neuronas LBS, se obtuvieron de células similares a las embrionarias, presentes en tumores humanos.

En el laboratorio, los investigadores han desarrollado una técnica que, mediante el uso de distintas sustancias, permite transformar esas células cancerígenas, que se dividen rápidamente, en células estables del tipo neuronal.

Una vez convertidas en células nerviosas, se implantaron en las zonas dañadas del cerebro de doce pacientes que habían sufrido infartos cerebrales entre seis meses y seis años antes del tratamiento.

“No podemos extraer ninguna conclusión sobre la eficacia de esta terapia, porque es muy pequeño el número de pacientes implicados en el estudio”, señaló Kondziolka.

Sin embargo, el científico recordó que los datos revelan que algunos pacientes, experimentaron una mejoría en las funciones que habían perdido debido a la parálisis cerebral.

“Ahora mismo, no hay ningún tratamiento para volver atrás los daños neurológicos causados por un infarto cerebral. La única posibilidad es la rehabilitación a través de la terapia ocupacional”, añadió.

La nueva técnica necesitará la aprobación de la Agencia de Fármacos y Alimentos de Estados Unidos (FDA), con el fin de continuar realizando prácticas con seres humanos.

En la actualidad hay varias líneas de investigación en las que se utiliza el potencial de las células cancerígenas con fines médicos, pero ninguna de ellas ha proporcionado resultados satisfactorios hasta el momento.

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