Nokia: un caso donde el éxito puede ser indigesto

Toca hoy al líder finés en teléfonos móviles descubrir que demasiado éxito hace mal. En efecto, la compañía ha perdido posiciones en el mercado internacional de teléfonos inteligentes. Al cabo de años de hegemonía, Nokia se ha burocratizado como otras antes.

28 septiembre, 2010

<p>Sus avances se deb&iacute;an a excelentes dise&ntilde;os y un predominio en materia de interfaces simples, pero &ndash;sostiene el International Herald Tribune desde Par&iacute;s- las cosas est&aacute;n cambiando. Su estructura se anquilosa, las divergencias entre ejecutivos de l&iacute;nea se intensifican y las decisiones se dilatan m&aacute;s de lo prudente.<br />
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Por ejemplo, todo eso llev&oacute; a archivar largo tiempo un proyecto de celular inteligente precursor en a&ntilde;os al iPhone de Apple. Ahora bien, &iquest;la aparici&oacute;n de Stephen Elop, un canadiense completamente ajeno a la cultura Nokia, habr&aacute; llegado a tiempo para frenar el retroceso? Proveniente de Microsoft, es el primer no fin&eacute;s que conduce al gigante.<br />
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Los vaivenes de la empresa &ldquo;recuerdan &ndash;apunta el IHT- los de International Business Machines hace unos veinte a&ntilde;os. Por entonces, durante la gesti&oacute;n de John Akers, Big blue ced&iacute;a posiciones de dominio y se sum&iacute;a en una crisis tecnol&oacute;gica, estructural y de negocios. La compa&ntilde;&iacute;a se hab&iacute;a transformado en un ministerio cuyos funcionarios se peleaban entre s&iacute;&rdquo;.<br />
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Tuvo que surgir un Louis Gertsner, salido de American Express y RJR Nabisco, para salvar el barco. Por supuesto, la crisis de IBM era peor que la de Nokia: a principios de los 90, la primera perd&iacute;a plata, cosa que a&uacute;n no le sucede a la finesa. Gerstner forz&oacute; un cambio copernicano. Le bast&oacute; una videoconferencia con la primera l&iacute;nea gerencial para echar al fuego el dec&aacute;logo de Big blue, basado en una presuntuosidad: los clientes deb&iacute;an sentirse honrados de comprarle. &ldquo;En adelante, ser&aacute; al rev&eacute;s&rdquo; dictamin&oacute; el flamante director ejecutivo. A Elop todav&iacute;a le falta dar un paso similar. <br />
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