<p>Fueron muchos los que previnieron a Reed Hastings, CEO de Netflix, que dividir a la compañía en dos unidades de negocios era una mala idea. Y mucho más después de la importante suba en el precio de las suscripciones, de 10 dólares a 16, de los últimos meses. Pero Hastings no escuchó a los pájaros de mal agüero: hace unas semanas se concretó la división del negocio. La renta de películas online via streaming sería dominio de “Netflix” mientras que del alquiler de DVD se encargaría “Qwikster”. Ni el peor de los analistas hubiese predicho este resultado: 800 mil suscriptores enojados dieron de baja sus cuentas y las acciones de Netflix se derrumbaron 25% en los días posteriores. Presionados, dieron vuelta atrás con la decisión.</p>
<p>Este error de Hastings no sólo le costó sus suscriptores sino que también dañó la reputación de la compañía que ya había sido golpeada en el invierno último por una importante suba en los precios. Como algunas otras empresas en Silicon Valley, Netflix perdió de vista los sentimientos del cliente y se enfocó en su estrategia a largo plazo: como el futuro del negocio de las películas está en Internet, dividir la compañía implicaba invertir más esfuerzos en esta área en crecimiento. Se olvidaron que los tiempos del usuario son otros y que algunos todavía esperan con entusiasmo la llegada del sobre rojo con sus DVD´s dentro.</p>
<p>En entrevistas recientes Hastings desvió la culpa del mal rumbo que emprendió su compañía y culpó el fracaso de su proyecto al mal estado de ánimo del país, promovido por el ala conservadora del Partido Republicano, el Tea Party, y por los activistas indignados de Wall Street. Cree honestamente que lo que molestó fue la suba en los precios de las suscripciones y no la división de sus operaciones. ¿Por qué la suba, entonces? Porque las licencias para las películas streaming son más caras. Los costos aumentaron y con eso también las suscripciones. Sin embargo, Hastings reconoce que fue un cambio de precios muy brusco y que se debería haber hecho gradualmente.</p>
<p>Pero lo mismo debería haber ocurrido con los cambios a su base de consumidores, aquellos que alquilaban DVD. Después de la fallida división, se acusó a Netflix de haberle prestado poca atención a su negocio de alquiler de DVD´s en relación a su negocio estrella de streaming online. De alguna manera los ejecutivos quisieron acelerar la transición sin tener en cuenta que los consumidores no estaban preparados para ella o que, simplemente, querían tener ambas opciones disponibles desde una misma cuenta. La posibilidad de elegir también tiene un valor de mercado que se olvidaron de calcular cuando crearon Qwikster. Ante la huida de 800 mil suscriptores, se vieron obligados a dar marcha atrás.</p>
<p>Recientemente crecieron los rumores de venta de la compañía por la competencia que significan Apple, Amazon y Hulu. Sin embargo, Hastings se encargo de disipar los rumores diciendo que él no pertenece al grupo de CEO´s mercenarios.</p>
Netflix pierde 800 mil suscriptores y da marcha atrás con la división de la compañía
Después de que su CEO Reed Hastings anunciase hace unas semanas la división de la empresa de alquiler de películas en dos unidades de negocios, una baja importante de suscriptores enojados lo obligó a dar marcha atrás.