Un grupo de científicos del Langley Research Center afirmaron que hay no hay una diferencia notable en el desempeño del motor de un DC-8 volando a 39.000 pies de altura con la mezcla de biocombustible elaborado con aceite de camelina. Los investigadores dijeron también que bajo ciertas condiciones las mezcla produce 30% menos de emisiones que el combustible tradicional en aviación.
La NASA es uno entre varios organismos oficiales de Estados Unidos que se encuentra investigando el uso de combustibles renovables para reducir la dependencia del petróleo extranjero mientras simultáneamente se reducen las emisiones de dióxido de carbono. Funcionarios militares también buscan usar biocombustibles y la marina espera desplegar una “Gran Flota Verde†de barcos y aviones alimentados totalmente con combustibles alternativos para 2016.
Camelina, una semilla oleaginosa del noreste de Europa, se puede cultivar en Estados Unidos y se considera adecuada para las áridas planicies de los estados norteños porque necesita poca agua y puede resistir bajas temperaturas.
El problema con el aceite de camelina es que actualmente es muy caro: US$ 18 el galón contra US$ 4 el galón de combustible tradicional para aviones.
La investigación concluyó que la reducción de emisiones sería mayor si el avión fuera alimentado totalmente con biocombustible en lugar de mezcla al ep%, pero para eso habría que modificar el avión.