Macintel, la inexplicable alianza Apple-Intel

Muchos no aciertan a entender la nueva filosofía. Apple, la misma que en los ’80 optó por no poner en sus máquinas el chip que llevarían casi todas las computadoras del mundo, ahora hace alianza con Intel y sus Macintosh llevarán “Intel Inside”.

16 junio, 2005

Los fieles seguidores de Apple tuvieron una gran sorpresa al enterarse de que Apple terminaba una relación de 14 años con IBM y se asociaba con Intel por sus procesadores. Todos –desarolladores, bloggers y analistas– trataban de vislumbrar los verdaderos motivos tras la nueva alianza. Steven Jobs, cofundador de Apple, cobró fama cuando decidió desafiar la poderosísima alianza Windows-Intel (llamada Wintel) y no poner a las computadoras de Apple el chip que habitaba en todo el mundo Microsoft. Lo más sorprendente, fue que logró sobrevivir.

Aquella decisión que tomó Apple en los ’80, era característica de la filosofía de “piense diferente” impuesta en 1976 por sus dos fundadores, Stephen G. Wozniak y Steven Jobs. Por eso, ahora, mucha gente no puede entender este cambio.

Pero la alianza “ Macintel” puede lograr bastante. Personas allegadas a la industria creen que Jobs está avanzando silenciosamente hacia una posición en la que pueda desafiar a Microsoft y a Sony en el mercado de equipos hogareños de entretenimiento digital. Por cierto, los ejecutivos de Sony intentaron convencer a Jobs de que adoptara un chip que IBM venía desarrollando para la próxima generación de Sony PlayStation.

Un procesador Intel dentro de una Macintosh podría poner la amplísima biblioteca de juegos y programas con base Windows al alcance de los usuarios Mac, al menos de aquellos dispuestos a correr un segundo sistema operativo en sus computadoras.

Además, tener un “Intel Inside” resolvería un importante problema de percepción que se interpone desde hace mucho tiempo en el esfuerzo de Apple por convertir a los consumidores que se sienten atraídos por el diseño industrial de la compañía pero que se mantienen alejados porque las computadoras no corren Windows.

Pero el acuerdo con Intel plantea un peligro inmediato. Jobs podría verse atrapado si sus mejores clientes dejaran de comprar Macintosh basadas en IBM mientras esperan los sistemas más poderosos basados en Intel, que comenzarán a llegar para enero 2006.

Mientras avanzaba hacia la firma del acuerdo con Intel, Apple no decía una palabra a IBM. Sólo en el último minuto informó a la Big Blue de su cambio de ruta. Allegados a IBM dicen que lo que provocó la separación fue el precio; Jobs, por su parte, dijo que IBM no había cumplido con las metas de desempeño prometidas.

Los fieles seguidores de Apple tuvieron una gran sorpresa al enterarse de que Apple terminaba una relación de 14 años con IBM y se asociaba con Intel por sus procesadores. Todos –desarolladores, bloggers y analistas– trataban de vislumbrar los verdaderos motivos tras la nueva alianza. Steven Jobs, cofundador de Apple, cobró fama cuando decidió desafiar la poderosísima alianza Windows-Intel (llamada Wintel) y no poner a las computadoras de Apple el chip que habitaba en todo el mundo Microsoft. Lo más sorprendente, fue que logró sobrevivir.

Aquella decisión que tomó Apple en los ’80, era característica de la filosofía de “piense diferente” impuesta en 1976 por sus dos fundadores, Stephen G. Wozniak y Steven Jobs. Por eso, ahora, mucha gente no puede entender este cambio.

Pero la alianza “ Macintel” puede lograr bastante. Personas allegadas a la industria creen que Jobs está avanzando silenciosamente hacia una posición en la que pueda desafiar a Microsoft y a Sony en el mercado de equipos hogareños de entretenimiento digital. Por cierto, los ejecutivos de Sony intentaron convencer a Jobs de que adoptara un chip que IBM venía desarrollando para la próxima generación de Sony PlayStation.

Un procesador Intel dentro de una Macintosh podría poner la amplísima biblioteca de juegos y programas con base Windows al alcance de los usuarios Mac, al menos de aquellos dispuestos a correr un segundo sistema operativo en sus computadoras.

Además, tener un “Intel Inside” resolvería un importante problema de percepción que se interpone desde hace mucho tiempo en el esfuerzo de Apple por convertir a los consumidores que se sienten atraídos por el diseño industrial de la compañía pero que se mantienen alejados porque las computadoras no corren Windows.

Pero el acuerdo con Intel plantea un peligro inmediato. Jobs podría verse atrapado si sus mejores clientes dejaran de comprar Macintosh basadas en IBM mientras esperan los sistemas más poderosos basados en Intel, que comenzarán a llegar para enero 2006.

Mientras avanzaba hacia la firma del acuerdo con Intel, Apple no decía una palabra a IBM. Sólo en el último minuto informó a la Big Blue de su cambio de ruta. Allegados a IBM dicen que lo que provocó la separación fue el precio; Jobs, por su parte, dijo que IBM no había cumplido con las metas de desempeño prometidas.

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