La gerencia de sistemas comienza a ser prescindible

Hay una transformación profunda que se está operando en la forma en que se entrega la tecnología y que tiene como consecuencia la posibilidad de prescindir de la gerencia de sistemas. Bill Gates lo vio venir a finales de 2005.

8 abril, 2008

En un famoso memo escrito a fines de 2005, el número uno del negocio del
software en Microsoft, Ray Ozzie, decía que “la amplia y rica base
sobre la que se sustenta Internet va a desatar una ola de aplicaciones de servicios”.
Una ola que cambiará la naturaleza y los costos de las soluciones al alcance
de las empresas medias y pequeñas.”

El memo explicaba que “el progreso en computación y tecnologías
de comunicaciones es de tal magnitud que permite la viabilidad de un modelo
basado en los servicios. Cada vez más la gente está recurriendo
a economías de escala basadas en servicios para reducir los costos de
infraestructura y buscar soluciones en el momento en que las necesitan.”

Pero lo más interesante de este movimiento tectónico es que probablemente
no sean las grandes empresas las primeras en adoptar el nuevo modelo. Ellas
ya han instalado costosas infraestructuras propias de TI y tienen procesos de
negocios demasiado dependientes de sus sistemas propios. En cambio, la oportunidad
será aprovechada por las empresas pequeñas y medianas (PyMES),
que no pueden ni quieren hacer las cuantiosas inversiones en TI de las grandes
empresas pero sí tienen necesidades semejantes.

La viabilidad de aplicaciones y capacidades de sistemas que se entregan hoy
a través de Internet mediante conexiones de banda ancha ya permite a
empresas medianas conseguir el mismo resultado de negocios que podría
esperarse de una sofisticada implementación SAP u Oracle. Pero al disponer
de esas aplicaciones en la web – sin costos de mantenimiento, ni instalación,
ni problemas de licencia o de escalamiento – pueden conseguir el mismo resultado
sin los costos de rigor.
Antes, esa opción existía sólo para aplicaciones relativamente
simples como email y automatización de fuerza de ventas, pero ahora se
está extendiendo a los grandes servicios que permiten a las compañías
operar con muy pocas habilidades tecnológicas, y hasta sin gerente o
director de informática.

Las tecnologías y servicios que se ensamblan hoy para permitir esto
– almacenamiento y hosteo en servidores, actualizaciones automatizadas, software
como servicio y otras ofertas posibilitadas por la banda ancha – han alcanzado
tal grado de madurez que las hace confiables y universalmente aplicables. En
muchos casos, las organizaciones están contratando proveedores de servicios
múltiples que brindan las estructuras de aplicación que necesitan
para manejar sus negocios desde sistemas remotos. Pero aun en el caso de que
la organización quiera mantener los sistemas in-house, pueden encontrar
socios para la administración de la infraestructura tecnológica,
quienes los acondicionarán para el manejo remoto. Les indicarán,
por ejemplo, qué tocar, qué no tocar y la organización
tendrá su propio servidor, sus propios datos guardados localmente, pero
necesitará un mínimo de conocimiento in-house para manejar y mantener
todo eso.

“La automatización, cada vez más avanzada, permite que alguien,
en forma remota, nos ayude a controlar y manejar ese servidor. Claro que esas
opciones existen desde hace años; lo que ocurre es que los estándares
y el gran ancho de banda las pone cada vez más al alcance de cualquiera,
a un precio accesible”, dice Steve Mills, jefe del negocio de software
de IBM.

Ése es el argumento central de “The Big Switch”, el último
libro de Nicholas Carr, exdirector de la Harvard Business. Carr dice allí
que sólo en los últimos años se ha derrumbado el principal
obstáculo que impedía entregar todo tipo de servicios de aplicación
desde la web. Y que eso ha sido posible gracias a los kilómetros de cable
de fibra óptica que tendieron las empresas de comunicaciones durante
el boom de las puntocom y también a que el ancho de banda no sólo
es mayor sino mucho más barato. “No importa”, dice, “si
el servidor que maneja su programa está en el centro de datos en el cuarto
de al lado o en el otro extremo del país, todas las máquinas ahora
están conectadas y pueden ser compartidas.”

Y agrega: “La Internet de fibra óptica hace que la ubicación
de los equipos ya no tenga importancia para el usuario. Al proveer un medio
universal para la transmisión y traducción de datos, la Internet
está acelerando la creación de plantas centralizadas de computación
que pueden atender simultáneamente a miles o millones de clientes. Aquello
que antes las empresas tenían que salir a comprárselo por su cuenta,
ahora pueden comprarlo como servicio por una cuota mensual.”

“Ahora se acepta mucho más pasarse a una solución hosteada
por un tercero; la gente confía mucho más,” dice Robert Epstein,
jefe de ventas y marketing a PyMES de Microsoft UK. “El servicio es mejor,
la banda ancha está disponible y eso hace que la gente decida que en
lugar de manejar la infraestructura detrás de sus pantallas es mejor
pagar una cuota mensual y aumentar o reducir la tecnología según
los requerimientos de la compañía y su crecimiento.”
En definitiva, la idea es que “no hay necesidad de comprar la vaca si lo
único que se necesita es la leche”.

El deseo de atender los requerimientos de las compañías de tamaño
medio con mayor eficiencia se manifiesta en áreas igualmente fundamentales.
Los vendedores de software reconocen desde hace tiempo que los requerimientos
de las empresas de tamaño medio son diferentes de los de las grandes
y pequeñas, y que sin embargo ellos no siempre han sido rápidos
en atenderlos.

En opinión de David Pinches, número uno de Sage, una empresa
de software dedicada al mercado de empresas medianas), se están produciendo
algunos cambios importantes: “Lo que comenzamos a ver en el mercado mediano
de software empresario es que las empresas medianas quieren todo lo que las
grandes ya tienen en términos de infraestructura de software – una infraestructura
que permita compartir información, que permita el flujo de procesos y
a la que se pueda acceder desde diferentes redes locales – pero no están
dispuestas a pagar lo mismo que las grandes corporaciones, o a contratar personal
para que implemente y cuide todo el sistema”.

También se ha producido un desarrollo paralelo. La comunidad revendedora
está actuando cada vez más como un departamento de TI tercerizado
que entrega servicios de muy buen nivel. En muchos casos, esto permite a las
PyME obtener un mejor servicio y prescindir de un gerente o director de servicios
informáticos.

No son pocas las organizaciones que ya han prescindido del director de TI para
reemplazarlo con servicios de alta calidad que pueden obtener de empresas asociadas
mediante un contrato de terceriziación.

Pero esto es sólo el comienzo. Hay desarrollos y cambios estructurales
en evolución – en tecnología y servicios – que irán reduciendo
cada vez más la necesidad de una gerencia de informática en muchas
organizaciones, o que al menos aliviarán la presión en los que
tienen esa responsabilidad.

En un famoso memo escrito a fines de 2005, el número uno del negocio del
software en Microsoft, Ray Ozzie, decía que “la amplia y rica base
sobre la que se sustenta Internet va a desatar una ola de aplicaciones de servicios”.
Una ola que cambiará la naturaleza y los costos de las soluciones al alcance
de las empresas medias y pequeñas.”

El memo explicaba que “el progreso en computación y tecnologías
de comunicaciones es de tal magnitud que permite la viabilidad de un modelo
basado en los servicios. Cada vez más la gente está recurriendo
a economías de escala basadas en servicios para reducir los costos de
infraestructura y buscar soluciones en el momento en que las necesitan.”

Pero lo más interesante de este movimiento tectónico es que probablemente
no sean las grandes empresas las primeras en adoptar el nuevo modelo. Ellas
ya han instalado costosas infraestructuras propias de TI y tienen procesos de
negocios demasiado dependientes de sus sistemas propios. En cambio, la oportunidad
será aprovechada por las empresas pequeñas y medianas (PyMES),
que no pueden ni quieren hacer las cuantiosas inversiones en TI de las grandes
empresas pero sí tienen necesidades semejantes.

La viabilidad de aplicaciones y capacidades de sistemas que se entregan hoy
a través de Internet mediante conexiones de banda ancha ya permite a
empresas medianas conseguir el mismo resultado de negocios que podría
esperarse de una sofisticada implementación SAP u Oracle. Pero al disponer
de esas aplicaciones en la web – sin costos de mantenimiento, ni instalación,
ni problemas de licencia o de escalamiento – pueden conseguir el mismo resultado
sin los costos de rigor.
Antes, esa opción existía sólo para aplicaciones relativamente
simples como email y automatización de fuerza de ventas, pero ahora se
está extendiendo a los grandes servicios que permiten a las compañías
operar con muy pocas habilidades tecnológicas, y hasta sin gerente o
director de informática.

Las tecnologías y servicios que se ensamblan hoy para permitir esto
– almacenamiento y hosteo en servidores, actualizaciones automatizadas, software
como servicio y otras ofertas posibilitadas por la banda ancha – han alcanzado
tal grado de madurez que las hace confiables y universalmente aplicables. En
muchos casos, las organizaciones están contratando proveedores de servicios
múltiples que brindan las estructuras de aplicación que necesitan
para manejar sus negocios desde sistemas remotos. Pero aun en el caso de que
la organización quiera mantener los sistemas in-house, pueden encontrar
socios para la administración de la infraestructura tecnológica,
quienes los acondicionarán para el manejo remoto. Les indicarán,
por ejemplo, qué tocar, qué no tocar y la organización
tendrá su propio servidor, sus propios datos guardados localmente, pero
necesitará un mínimo de conocimiento in-house para manejar y mantener
todo eso.

“La automatización, cada vez más avanzada, permite que alguien,
en forma remota, nos ayude a controlar y manejar ese servidor. Claro que esas
opciones existen desde hace años; lo que ocurre es que los estándares
y el gran ancho de banda las pone cada vez más al alcance de cualquiera,
a un precio accesible”, dice Steve Mills, jefe del negocio de software
de IBM.

Ése es el argumento central de “The Big Switch”, el último
libro de Nicholas Carr, exdirector de la Harvard Business. Carr dice allí
que sólo en los últimos años se ha derrumbado el principal
obstáculo que impedía entregar todo tipo de servicios de aplicación
desde la web. Y que eso ha sido posible gracias a los kilómetros de cable
de fibra óptica que tendieron las empresas de comunicaciones durante
el boom de las puntocom y también a que el ancho de banda no sólo
es mayor sino mucho más barato. “No importa”, dice, “si
el servidor que maneja su programa está en el centro de datos en el cuarto
de al lado o en el otro extremo del país, todas las máquinas ahora
están conectadas y pueden ser compartidas.”

Y agrega: “La Internet de fibra óptica hace que la ubicación
de los equipos ya no tenga importancia para el usuario. Al proveer un medio
universal para la transmisión y traducción de datos, la Internet
está acelerando la creación de plantas centralizadas de computación
que pueden atender simultáneamente a miles o millones de clientes. Aquello
que antes las empresas tenían que salir a comprárselo por su cuenta,
ahora pueden comprarlo como servicio por una cuota mensual.”

“Ahora se acepta mucho más pasarse a una solución hosteada
por un tercero; la gente confía mucho más,” dice Robert Epstein,
jefe de ventas y marketing a PyMES de Microsoft UK. “El servicio es mejor,
la banda ancha está disponible y eso hace que la gente decida que en
lugar de manejar la infraestructura detrás de sus pantallas es mejor
pagar una cuota mensual y aumentar o reducir la tecnología según
los requerimientos de la compañía y su crecimiento.”
En definitiva, la idea es que “no hay necesidad de comprar la vaca si lo
único que se necesita es la leche”.

El deseo de atender los requerimientos de las compañías de tamaño
medio con mayor eficiencia se manifiesta en áreas igualmente fundamentales.
Los vendedores de software reconocen desde hace tiempo que los requerimientos
de las empresas de tamaño medio son diferentes de los de las grandes
y pequeñas, y que sin embargo ellos no siempre han sido rápidos
en atenderlos.

En opinión de David Pinches, número uno de Sage, una empresa
de software dedicada al mercado de empresas medianas), se están produciendo
algunos cambios importantes: “Lo que comenzamos a ver en el mercado mediano
de software empresario es que las empresas medianas quieren todo lo que las
grandes ya tienen en términos de infraestructura de software – una infraestructura
que permita compartir información, que permita el flujo de procesos y
a la que se pueda acceder desde diferentes redes locales – pero no están
dispuestas a pagar lo mismo que las grandes corporaciones, o a contratar personal
para que implemente y cuide todo el sistema”.

También se ha producido un desarrollo paralelo. La comunidad revendedora
está actuando cada vez más como un departamento de TI tercerizado
que entrega servicios de muy buen nivel. En muchos casos, esto permite a las
PyME obtener un mejor servicio y prescindir de un gerente o director de servicios
informáticos.

No son pocas las organizaciones que ya han prescindido del director de TI para
reemplazarlo con servicios de alta calidad que pueden obtener de empresas asociadas
mediante un contrato de terceriziación.

Pero esto es sólo el comienzo. Hay desarrollos y cambios estructurales
en evolución – en tecnología y servicios – que irán reduciendo
cada vez más la necesidad de una gerencia de informática en muchas
organizaciones, o que al menos aliviarán la presión en los que
tienen esa responsabilidad.

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