Intel anuncia otra era en computación, pero hay algunas dudas

Intel presentó este lunes un chip experimental con gran número de núcleos procesadores. Dentro de cinco años, según la firma, será modelo de uso habitual en computadoras y servidores. Algunos científicos abrigan dudas.

12 febrero, 2007

El nuevo microprocesador múltiple, bautizado “teraflop” meses atrás, se describe en un trabajo ante la conferencia internacional sobre circuitos de estado sólido. Si bien la novedad no es compatible aún con los actuales chips de Intel (ni de AMD), la compañía ha empezado a diseñar una aplicación comercial que, en esencia, contendrá docenas o hasta cientos de núcleos ordenados por hileras en cada chip.

El teraflop busca explotar una nueva generación en tecnología de manufactura que la compañía presentó en enero. Intel ha cambiado el diseño básico de transistores, de modo tal que pueda seguir achicándolos y ofrecer menos potencia a mayor velocidad, por lo menos durante un lustro o más.

Durante una reunión con medios especializados, Nitin Borkar (uno de los diseñadores) mostró una computadora refrigerada que, empleando el nuevo semiconductor, procesa más de un billón de cálculos por segundo. Semejante potencia iguala el desempeño de la mayor supercomputadora del mundo, desarrollada hace diez años. No obstante, Intel admite que el superchip experimental no es aún un sistema completo capaz de operar en la realidad.

Durante la demostración, Justin Rattner (director de tecnología) recorrió varias aplicaciones eventuales que el nuevo producto hará posibles. Por ejemplo, una herramienta para edición automática de videos, que permite captar imágenes de un deporte o sus jugadores a medida del usuario.

Otra aplicación muestra una tecnología para captar imágenes en movimiento –método común para reproducir la figura humana en acción-, empleando sólo cámaras digitales y computadoras. La tecnología convencional exige una compleja red de sensores adheridos al cuerpo y la cara de un actor para grabar un video de uso interactivo. En el futuro, esto será posible mezclando videos sintéticos y en tiempo real.

Yendo más allá de los procesadores a doble o cuádruple núcleo fabricados por la firma y su rival, Advanced Micro Devices, Intel participa de una tendencia que arrasa el negocio. Ya, compañías de redes y gráficos para PC avanzan hacia diseños de chips que contienen cientos de núcleos, aunque sólo para aplicaciones especiales.

Por ejemplo, Cisco Systems emplea un microprocesador de 192 núcleos, llamado Metro, en ruteadores de alto desempeño. En noviembre, Nvidia presentó su procesador de gráficos más grande (GeForce 8800), de 128 núcleos.

El desplazamiento a sistemas con cientos o miles de núcleos por unidad es tanto una oportunidad como un riesgo. A criterio de algunos científicos, nadie ha probado todavía cómo programar aplicaciones amplias y concretas. “Si podemos hacerlo, será perfecto”, señala David Patterson (universidad de California, Berlekey), coautor de un texto sobre diseño de microprocesadores. “Si no, las cosas se pondrán negras”.

En un documento difundido en diciembre, Patterson y varios colegas sostienen que, sin rápidos progresos en materia de software que permitan aprovechar los chips multinucleares, el sector –hoy en busca de métodos más graduales de elevar el número de núcleos- comenzará a sufrir retornos descendentes. Por ende, añadir más núcleos no mejorará el rendimiento de los sistemas.

El semiconductor experimental, que consume apenas 62 vatios a velocidad teraflop y está refrigerado, contiene un paquete ruteador en cada hilera de procesadores. Puede por tanto pasar de una hilera de datos a otra en 1,25 nanosegundos, lo cual le permite transferir 80.000 millones de bytes por segundo en el interior de los núcleos.

El nuevo microprocesador múltiple, bautizado “teraflop” meses atrás, se describe en un trabajo ante la conferencia internacional sobre circuitos de estado sólido. Si bien la novedad no es compatible aún con los actuales chips de Intel (ni de AMD), la compañía ha empezado a diseñar una aplicación comercial que, en esencia, contendrá docenas o hasta cientos de núcleos ordenados por hileras en cada chip.

El teraflop busca explotar una nueva generación en tecnología de manufactura que la compañía presentó en enero. Intel ha cambiado el diseño básico de transistores, de modo tal que pueda seguir achicándolos y ofrecer menos potencia a mayor velocidad, por lo menos durante un lustro o más.

Durante una reunión con medios especializados, Nitin Borkar (uno de los diseñadores) mostró una computadora refrigerada que, empleando el nuevo semiconductor, procesa más de un billón de cálculos por segundo. Semejante potencia iguala el desempeño de la mayor supercomputadora del mundo, desarrollada hace diez años. No obstante, Intel admite que el superchip experimental no es aún un sistema completo capaz de operar en la realidad.

Durante la demostración, Justin Rattner (director de tecnología) recorrió varias aplicaciones eventuales que el nuevo producto hará posibles. Por ejemplo, una herramienta para edición automática de videos, que permite captar imágenes de un deporte o sus jugadores a medida del usuario.

Otra aplicación muestra una tecnología para captar imágenes en movimiento –método común para reproducir la figura humana en acción-, empleando sólo cámaras digitales y computadoras. La tecnología convencional exige una compleja red de sensores adheridos al cuerpo y la cara de un actor para grabar un video de uso interactivo. En el futuro, esto será posible mezclando videos sintéticos y en tiempo real.

Yendo más allá de los procesadores a doble o cuádruple núcleo fabricados por la firma y su rival, Advanced Micro Devices, Intel participa de una tendencia que arrasa el negocio. Ya, compañías de redes y gráficos para PC avanzan hacia diseños de chips que contienen cientos de núcleos, aunque sólo para aplicaciones especiales.

Por ejemplo, Cisco Systems emplea un microprocesador de 192 núcleos, llamado Metro, en ruteadores de alto desempeño. En noviembre, Nvidia presentó su procesador de gráficos más grande (GeForce 8800), de 128 núcleos.

El desplazamiento a sistemas con cientos o miles de núcleos por unidad es tanto una oportunidad como un riesgo. A criterio de algunos científicos, nadie ha probado todavía cómo programar aplicaciones amplias y concretas. “Si podemos hacerlo, será perfecto”, señala David Patterson (universidad de California, Berlekey), coautor de un texto sobre diseño de microprocesadores. “Si no, las cosas se pondrán negras”.

En un documento difundido en diciembre, Patterson y varios colegas sostienen que, sin rápidos progresos en materia de software que permitan aprovechar los chips multinucleares, el sector –hoy en busca de métodos más graduales de elevar el número de núcleos- comenzará a sufrir retornos descendentes. Por ende, añadir más núcleos no mejorará el rendimiento de los sistemas.

El semiconductor experimental, que consume apenas 62 vatios a velocidad teraflop y está refrigerado, contiene un paquete ruteador en cada hilera de procesadores. Puede por tanto pasar de una hilera de datos a otra en 1,25 nanosegundos, lo cual le permite transferir 80.000 millones de bytes por segundo en el interior de los núcleos.

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