Harvard logra transferir luz de un objeto a otro

Mientras Princeton cierra el “laboratorio de psicocínesis”, una forma de charlatanería, Harvard anuncia haber almacenado un rayo de luz en materia y, luego, haberlo recobrado en otra.

14 febrero, 2007

Según el informe respectivo, fue posible almacenar ese rayo en materia sometida a bajísima temperatura y recobrar a distancia de otra. Ambas concentraciones de materia estaban a 160 micrómetros. Una distancia imperceptible al ojo humano, pero esencial en física cuántica, que se relaciona con los infinitamente pequeño.

De acuerdo con “Nature”, un equipo dirigido por Naomi Ginsberg sostiene haber captado átomos congelados mediante un láser. Cerca del cero absoluto (-273 grados centigrados o cero grado Kelvin), en el contexto de condensados Bose-Einstein, la materia adquiere un estado diferente al sólido, el líquido o el gaseoso. En ese punto, una partícula atómica de refugia en el más bajo estado posible de energía.

Según el trabajo, los fotones del láser se desaceleran drásticamente, como si atravesaran melaza, pasan de la velocidad de la luz (unos 300.000 kilómetros por segundo) a 20 km/hora y enseguida se inmovilizan. La información sobre la señal luminosa –amplitud, fase- queda impresa como un holograma en la materia del condensado. “Es una copia perfecta de la pulsación, pero como materia”, señala Lene Vestergaard, coautora del estudio. “En ese ambiente, la materia se comporta casi como una onda”.

Esta onda sale del primer condensado y alcanza, unas fracciones de milímetros más allá, al segundo condensado. De ahí emerge un rayo de luz idéntico al primero. En observaciones adjuntas, Michaël Fleischhhauer (universidad de Kaiserslautern, Alemania) subraya que los dos condensados fueron preparados independientemente. El experimento sólo puede interpretarse si sus átomos son “objetos cuánticamente idénticos”.

Estas investigaciones pueden originar innovaciones tecnológicas. Por ejemplo, computadoras cuánticas, donde el fotón substituiría al electrón como vector informático. “Los fotones podrían transmitir datos cuánticos y los átomos son ideales para almacenarlos”, explica el científico. Pero, en tal caso ¿que ocurrirá con los microprocesadores de núcleos múltiples que ha presentado Intel?

Según el informe respectivo, fue posible almacenar ese rayo en materia sometida a bajísima temperatura y recobrar a distancia de otra. Ambas concentraciones de materia estaban a 160 micrómetros. Una distancia imperceptible al ojo humano, pero esencial en física cuántica, que se relaciona con los infinitamente pequeño.

De acuerdo con “Nature”, un equipo dirigido por Naomi Ginsberg sostiene haber captado átomos congelados mediante un láser. Cerca del cero absoluto (-273 grados centigrados o cero grado Kelvin), en el contexto de condensados Bose-Einstein, la materia adquiere un estado diferente al sólido, el líquido o el gaseoso. En ese punto, una partícula atómica de refugia en el más bajo estado posible de energía.

Según el trabajo, los fotones del láser se desaceleran drásticamente, como si atravesaran melaza, pasan de la velocidad de la luz (unos 300.000 kilómetros por segundo) a 20 km/hora y enseguida se inmovilizan. La información sobre la señal luminosa –amplitud, fase- queda impresa como un holograma en la materia del condensado. “Es una copia perfecta de la pulsación, pero como materia”, señala Lene Vestergaard, coautora del estudio. “En ese ambiente, la materia se comporta casi como una onda”.

Esta onda sale del primer condensado y alcanza, unas fracciones de milímetros más allá, al segundo condensado. De ahí emerge un rayo de luz idéntico al primero. En observaciones adjuntas, Michaël Fleischhhauer (universidad de Kaiserslautern, Alemania) subraya que los dos condensados fueron preparados independientemente. El experimento sólo puede interpretarse si sus átomos son “objetos cuánticamente idénticos”.

Estas investigaciones pueden originar innovaciones tecnológicas. Por ejemplo, computadoras cuánticas, donde el fotón substituiría al electrón como vector informático. “Los fotones podrían transmitir datos cuánticos y los átomos son ideales para almacenarlos”, explica el científico. Pero, en tal caso ¿que ocurrirá con los microprocesadores de núcleos múltiples que ha presentado Intel?

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