Facebook, una compañía que sí preocupa a Google

Su creador, Mark Zuckerberg, tiene 23 años, ofrece algo que Google todavía no ha sido capaz de desarrollar: una red de conexiones entre la gente.

11 julio, 2007

A fines de mayo, informa Advertising Age, el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, anunció que la red social abría su plataforma a desarrolladores externos de aplicaciones.

“Hoy vamos a dar comienzo a una revolución”, prometió Zuckerberg a finales de mayo ante unos 800 desarrolladores reunidos en el San Francisco Design Center. El muchacho estaba anunciando que su compañía abriría su plataforma para permitirles crear – y monetizar – aplicaciones en el sitio web. Era un anuncio ambicioso, en dirección totalmente contraria a la de su competidor MySpace News Corp. comprada en 2005 por Rupert Murdoch, quien pagó muchos millones por adquirir sus propias compañías de desarrollo de aplicaciones.

Zuckerberg ha rechazado propuestas de compra (incluyendo una de Yahoo por US$ 1.000 millones) y cuenta entre sus amigos y mentores a Ray Ozzie de Microsoft y Don Graham del Washington Post. Muchos creen que el futuro de Facebook podría incluir una OPI y que el mantenimiento de su independencia sería la clave de la capacidad de Zuckerberg para ejecutar su visión.

En el corazón de su mensaje se encuentra lo que él llama “la grilla social” o las conexiones que crea la gente en el sitio. Esas conexiones pueden usarse para mejorar servicios web tales como compras o búsquedas de recomendaciones de productos.
Owen Van Natta, COO de Facebook, explica que si uno visita Amazon.com verá todas las recomendaciones de productos que desee, pero el valor de esas recomendaciones está limitado por el anonimato de la gente que publica sus reseñas. Pero si esas actividades online se pasan por el filtro de la gente que uno conoce bien, esas acciones adquieren un significado más importante.

Van Natta explicó que todo eso funciona porque Facebook habita en la intersección de la web con la vida real, y sus conexiones son entre gente real que se conoce entre sí.

Facebook tiene un total de 29 millones de usuarios, Su creador sabía perfectamente de todas estas conexiones, pero lo que le faltaba eran recursos ilimitados de desarrolladores para crear aplicaciones usándolas.

“Era evidente que nosotros mismos no las íbamos a poder crear”, explica Van Natta. Y el método que adoptaron fue de mercado; ningún desarrollador, incluyendo el propio de Facebook, tendría ventaja alguna. Eso significaba ausencia de aplicaciones pre-instaladas; la popularidad de cada aplicación sería decidida democráticamente por los usuarios. Y para alentar a los desarrolladores a dedicar tiempo a la plataforma en Facebook, el sitio les permite monetizar sus aplicaciones mediante publicidad, suscripción o e-commerce.

En los 30 días que han pasado desde el 24 de mayo en que Facebook abrió su plataforma a los desarrolladores, más de 10 aplicaciones tuvieron por lo menos un millón de usuarios y más de 400 consiguieron 1.000 usuarios.

Algunos observadores dudan del compromiso de la empresa de mantener las aplicaciones gratuitas y abiertas; otros sugieren que el éxito instantáneo puede ser suficiente como para hacer tambalear a a todos los desarrolladores que no tengan bolsillos profundos, puesto que la carga de atender el tráfico recae sobre ellos.

A fines de mayo, informa Advertising Age, el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, anunció que la red social abría su plataforma a desarrolladores externos de aplicaciones.

“Hoy vamos a dar comienzo a una revolución”, prometió Zuckerberg a finales de mayo ante unos 800 desarrolladores reunidos en el San Francisco Design Center. El muchacho estaba anunciando que su compañía abriría su plataforma para permitirles crear – y monetizar – aplicaciones en el sitio web. Era un anuncio ambicioso, en dirección totalmente contraria a la de su competidor MySpace News Corp. comprada en 2005 por Rupert Murdoch, quien pagó muchos millones por adquirir sus propias compañías de desarrollo de aplicaciones.

Zuckerberg ha rechazado propuestas de compra (incluyendo una de Yahoo por US$ 1.000 millones) y cuenta entre sus amigos y mentores a Ray Ozzie de Microsoft y Don Graham del Washington Post. Muchos creen que el futuro de Facebook podría incluir una OPI y que el mantenimiento de su independencia sería la clave de la capacidad de Zuckerberg para ejecutar su visión.

En el corazón de su mensaje se encuentra lo que él llama “la grilla social” o las conexiones que crea la gente en el sitio. Esas conexiones pueden usarse para mejorar servicios web tales como compras o búsquedas de recomendaciones de productos.
Owen Van Natta, COO de Facebook, explica que si uno visita Amazon.com verá todas las recomendaciones de productos que desee, pero el valor de esas recomendaciones está limitado por el anonimato de la gente que publica sus reseñas. Pero si esas actividades online se pasan por el filtro de la gente que uno conoce bien, esas acciones adquieren un significado más importante.

Van Natta explicó que todo eso funciona porque Facebook habita en la intersección de la web con la vida real, y sus conexiones son entre gente real que se conoce entre sí.

Facebook tiene un total de 29 millones de usuarios, Su creador sabía perfectamente de todas estas conexiones, pero lo que le faltaba eran recursos ilimitados de desarrolladores para crear aplicaciones usándolas.

“Era evidente que nosotros mismos no las íbamos a poder crear”, explica Van Natta. Y el método que adoptaron fue de mercado; ningún desarrollador, incluyendo el propio de Facebook, tendría ventaja alguna. Eso significaba ausencia de aplicaciones pre-instaladas; la popularidad de cada aplicación sería decidida democráticamente por los usuarios. Y para alentar a los desarrolladores a dedicar tiempo a la plataforma en Facebook, el sitio les permite monetizar sus aplicaciones mediante publicidad, suscripción o e-commerce.

En los 30 días que han pasado desde el 24 de mayo en que Facebook abrió su plataforma a los desarrolladores, más de 10 aplicaciones tuvieron por lo menos un millón de usuarios y más de 400 consiguieron 1.000 usuarios.

Algunos observadores dudan del compromiso de la empresa de mantener las aplicaciones gratuitas y abiertas; otros sugieren que el éxito instantáneo puede ser suficiente como para hacer tambalear a a todos los desarrolladores que no tengan bolsillos profundos, puesto que la carga de atender el tráfico recae sobre ellos.

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