Ensayos con energía geotérmica

Un grupo de científicos suizos perfora en estos momentos un pozo en la frontera con Alemania con la intención de obtener y suministrar energía aprovechando el calor del interior de la Tierra.

22 abril, 2001

(EFE).- Un equipo de geólogos perfora actualmente un pozo en las cercanías de Basilea, junto a la frontera con Alemania, con la esperanza de conseguir energía geotérmica suficiente para prestar servicio a cinco mil hogares.

Los geólogos quieren aprovechar como fuente de energía el calor del interior de la corteza del planeta, que puede llegar a los 200 grados a una profundidad de cinco kilómetros.

“El calor de la Tierra como fuente de energía ha sido infravalorado completamente”, señaló Markus Haering, director del proyecto, bautizado en inglés “Deep Heat Mining” y que ha sido financiado en su mayor parte por la compañía de electricidad de Basilea.

A profundidades de entre tres y diez kilómetros pueden explotarse con la tecnología actualmente disponible reservas energéticas al menos 15.000 veces mayores que las que quedan de petróleo en todo el planeta, afirmó el experto.

Además, ese tipo de energía apenas es contaminante ya que no produce dióxido de carbono, el gas que más contribuye al cambio climático, y sus únicos productos residuales son sal y azufre, sustancias más bien inocuas si se comparan, por ejemplo, con los desechos radiactivos.

El método, probado ya en algunas instalaciones piloto, consiste en utilizar la roca de la corteza terrestre a profundidades de en torno a los 5.000 metros para calentar una corriente de agua que se inyecta a presión en la piedra para perforarla y que se bombea posteriormente otra vez a la superficie.

Mediante el empleo de un intercambiador de calor, el agua, que alcanza temperaturas de hasta 200 grados centígrados, se convierte en fuente de energía tanto eléctrica como térmica.

Lo más difícil es determinar la dirección de las grietas abiertas en la roca por las que discurrirá el agua a presión.

Según los expertos, la tecnología, que se probó por primera vez en el Laboratorio Nacional de los Alamos (Nuevo México, Estaos Unidos), está tan desarrollada que los costos de inversión en una central geotérmica pueden amortizarse en quince años de funcionamiento.

(EFE).- Un equipo de geólogos perfora actualmente un pozo en las cercanías de Basilea, junto a la frontera con Alemania, con la esperanza de conseguir energía geotérmica suficiente para prestar servicio a cinco mil hogares.

Los geólogos quieren aprovechar como fuente de energía el calor del interior de la corteza del planeta, que puede llegar a los 200 grados a una profundidad de cinco kilómetros.

“El calor de la Tierra como fuente de energía ha sido infravalorado completamente”, señaló Markus Haering, director del proyecto, bautizado en inglés “Deep Heat Mining” y que ha sido financiado en su mayor parte por la compañía de electricidad de Basilea.

A profundidades de entre tres y diez kilómetros pueden explotarse con la tecnología actualmente disponible reservas energéticas al menos 15.000 veces mayores que las que quedan de petróleo en todo el planeta, afirmó el experto.

Además, ese tipo de energía apenas es contaminante ya que no produce dióxido de carbono, el gas que más contribuye al cambio climático, y sus únicos productos residuales son sal y azufre, sustancias más bien inocuas si se comparan, por ejemplo, con los desechos radiactivos.

El método, probado ya en algunas instalaciones piloto, consiste en utilizar la roca de la corteza terrestre a profundidades de en torno a los 5.000 metros para calentar una corriente de agua que se inyecta a presión en la piedra para perforarla y que se bombea posteriormente otra vez a la superficie.

Mediante el empleo de un intercambiador de calor, el agua, que alcanza temperaturas de hasta 200 grados centígrados, se convierte en fuente de energía tanto eléctrica como térmica.

Lo más difícil es determinar la dirección de las grietas abiertas en la roca por las que discurrirá el agua a presión.

Según los expertos, la tecnología, que se probó por primera vez en el Laboratorio Nacional de los Alamos (Nuevo México, Estaos Unidos), está tan desarrollada que los costos de inversión en una central geotérmica pueden amortizarse en quince años de funcionamiento.

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